Cabernet Franc: la voz sutil que conquistó las copas argentinas
Pancho Barreiro Editor LifeStyle
Pancho Barreiro Editor LifeStyle
A nadie le sorprende la fuerza con la que avanzó (y sigue avanzando) el querido Cabernet Franc: un varietal que parece haber brotado en los argentinos como un susurro que regala sutilezas, elegancia y personalidad. Así fue como se ganó su lugar en titulares, rankings y, sobre todo, copas.
Durante mucho tiempo fue la uva silenciosa del vino nacional, tan discreta que a menudo se la confundía con el Cabernet Sauvignon. Desde esa sombra acompañaba variedades -hasta entonces- más difundidas.
Pero su despertar no fue ni lento ni tímido. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la superficie de Cabernet Franc creció de forma notable desde 2010: hoy ronda las 1.569 hectáreas, un aumento cercano al 150% en solo quince años.
Podríamos decir que parte de su encanto está en la libertad con la que se expresa. Las bodegas encontraron en el Cabernet Franc un territorio donde explorar sin traicionar su esencia. Puede ser vibrante y herbal, o profundo y especiado. Puede mostrarse ligero o con una estructura más seria.
Ese rango amplio -casi una paleta completa para todo enólogo- explica por qué se volvió un varietal de experimentación, de identidad y de competencia sana entre proyectos que buscan diferenciarse.
Con el tiempo, lo que empezó como una curiosidad terminó convertido en un símbolo de modernidad sobria. El Cabernet Franc pasó de actor de reparto a figura central en cartas de restaurantes, vinotecas y tiendas especializadas. Es un vino que acompaña momentos de calma, charlas lentas y encuentros en distintas mesas (y sobremesas).
En ese equilibrio entre tradición y novedad reside su fuerza. Con estilos que combinan lo clásico con lo contemporáneo sin exagerar en ninguno de los dos extremos. El Cabernet Franc creció porque no buscó imponerse, sino convencer. Y lo logró.

Los hermanos Pablo y Héctor Durigutti llevan años cuidando de Las Compuertas como si fuera su pequeño santuario. Su viñedo propio, orgánico y elegido entre los mejores del mundo es defendido con la misma convicción con la que encaran cada vino. Así es como su Proyecto Las Compuertas Cabernet Franc está pensado para contar ese lugar más que la mano del propio enólogo.
Es un vino que respira un paisaje fresco, elegante, con una fineza que no necesita levantar la voz. Se siente el toque herbal, las frutas rojas y una tensión en el paladar que habla de un lugar vivo desde la altura mendocina. Nada forzado, nada exagerado. Un Cabernet Franc que no busca exuberancia sino quedarse en la memoria: preciso, sobrio y fiel a su origen.
Precio: $52.400

En Domiciano, la noche no es un recurso poético, sino parte de su esencia. Muchas de sus uvas se cosechan bajo la oscuridad fresca de Barrancas, Maipú, Mendoza, para proteger aromas y evitar fermentaciones espontáneas, y así preservando su expresión más pura. La bodega familiar, y con raíces que se hunden en la tradición de Coquimbito desde 1919, mantiene un equilibrio singular entre herencia y modernidad. En ese cruce nace este Cabernet Franc amplio y seguro de sí mismo, que proviene de viñedos jóvenes, pero ya con carácter propio.
En boca avanza con paso firme. Se notan los frutos maduros con un dejo especiado, una frescura que sostiene la potencia y una estructura que invita a degustarlo con calma. La crianza en roble suma matices y un final largo, envolvente. Es un Cabernet Franc que prefiere la intensidad a la timidez, pensado para momentos que se disfrutan con tiempo: un encuentro con amigos, una cena íntima o ese rato en silencio al caer la noche.
Precio: $19.700.

En los últimos años, Trivento realizó un trabajo minucioso en el estudio y reconocimiento de los suelos de cada uno de sus viñedos. Con este Cabernet Franc 2023, nacido de parcelas seleccionadas de Luján de Cuyo, moldea una expresión precisa y sobria del presente de los vinos argentinos: más definidos, con mayor personalidad y mucho más seguros de sí mismos.
Su crianza en barrica acompaña sin imponerse y deja espacio a un carácter limpio, equilibrado y de taninos elegantes. Es un Franc que mira al futuro y que refleja el momento actual de Trivento: una bodega consolidada, que exporta constancia y que encontró en esta variedad un vehículo claro para mostrar un estilo bien marcado dentro de los vinos argentinos.
Precio: $21.100.

Este Cabernet Franc llega del viñedo orgánico propio de Altos Las Hormigas, en Luján de Cuyo. Una finca que se lució durante años con su Malbec y su Bonarda, y que ahora traslada esa misma identidad a esta variedad: un tinto joven, vibrante y honesto. Vinificado en pequeñas vasijas de concreto, sin madera y con una frescura natural bien marcada.
El resultado es un vino ligero y fácil de beber, pero lejos de ser simple. Muestra su ADN Franc de forma amable y fresca, ideal para quienes buscan disfrutar sin pensar demasiado. Con acidez viva, centro frutado y un final especiado que aporta carácter, es un vino para abrir joven, compartir con amigos o acompañar platos sencillos que le permitan lucirse en la mesa.
Precio: $17.000.

Este Cabernet Franc nace en Los Chacayes, donde la altura mendocina y los suelos pedregosos marcan el pulso del vino. Es un tinto serio y directo, que prefiere la precisión antes que la exageración. El protagonista es el lugar: frescura natural, elegancia, sutilezas y un carácter bien definido.
En boca avanza con firmeza y equilibrio. Se mezclan frutas negras maduras, un perfil especiado sobrio y un final persistente. Es un Franc que pide calma y atención, ideal para acompañar platos con presencia o para guardarlo y verlo evolucionar con el tiempo.
Precio: $38.000.

Kaiken suma Frankly a su recorrido con la variedad, y lo hace desde un lugar donde el Cabernet Franc alcanza una expresión plena: Los Chacayes, en el Valle de Uco. El vino surge de un cuartel específico, a más de 1.200 metros, donde la altura sostiene la tensión justa. El estilo es directo, fiel al nombre: un Cabernet Franc preciso y equilibrado.
En boca avanza con naturalidad. Es fresco, amable, con fruta nítida y un costado especiado elegante, sostenido por una textura fina y un final que afirma su carácter. No busca imponerse por potencia, sino por claridad. Es un Cabernet Franc pensado para múltiples momentos, versátil y honesto, que refleja una lectura lúcida del terruño.
Precio: $64.800.

Hay vinos que construyen su prestigio en silencio, botella a botella, hasta que un día se suben al podio y no bajan nunca más. El Gran Cabernet Franc de Pulenta Estate es ese nombre que cualquier amante de la variedad menciona sin dudar cuando le preguntás por sus tres favoritos. No llegó ahí por marketing ni por tendencias fugaces, sino por constancia, y por la seriedad con la que la familia Pulenta y el enólogo Javier Lo Forte sostienen un estilo fiel, preciso y reconocible.
En copa se siente su profundidad: un tinto elegante, intenso, con notas clásicas del Franc sostenidas por una textura refinada y taninos maduros. No exagera, no grita, no busca impactar en la primera impresión. Prefiere convencer desde la armonía, desde esa persistencia que se queda un rato largo y confirma por qué este vino se ganó un lugar propio en la memoria de los consumidores. Uno de los grandes referentes de la variedad en Argentina.
Precio: $96.000