Las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se estabilizaron en el rango de los US$ 40.000 millones, el más alto en dos años, pero todavía hay dudas sobre si alcanzan o no para cerrar el año con solidez dada la alta inestabilidad política y económica que podría surgir en los próximos meses.
Puntualmente, las reservas del organismo ahora rondan los US$ 41.400 millones tras crecer casi US$ 10.000 millones desde enero y más de US$ 20.000 millones desde la llegada del nuevo Gobierno en diciembre de 2023.
No obstante, gran parte de este monto provino de préstamos externos y no de compras genuinas de divisas. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) desembolsó US$ 2.000 millones sólo en agosto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le brindó al país US$ 1.100 millones y hubo operaciones con bancos internacionales por US$ 1.000 millones.
Y desafortunadamente, el engrosamiento real de reservas parece estar bastante congelado, principalmente por la situación de tasas de interés y el control inflacionario y cambiario.
"Tras estabilizar el tipo de cambio en torno a $1.300, el Gobierno sigue teniendo dificultades para estabilizar las tasas de interés, absorbiendo todos los pesos excedentes, definidos principalmente como aquellos que podrían potencialmente amenazar la estabilidad cambiaria. Por lo tanto, no esperamos una acumulación relevante de reservas hasta las elecciones, ya que ello implicaría más pesos en circulación", proyectaron desde Adcap Grupo Financiero.
Por su parte, los analistas de Proficio Investment relataron que la acumulación de reservas se muestra "en pausa" para no agregar presión compradora al Mercado Libre de Cambios (MLC), lo que impulsaría al alza el precio de la divisa. Por lo tanto, el equipo económico de Milei "debería volver a poner en la mira ese objetivo" una vez pasadas las elecciones legislativas de octubre.
Desafortunadamente, el nivel actual de reservas no tendría que preocupar de no ser por los fuertes vencimientos de deuda que se avecinan.
"Entre 2026 y 2028, los compromisos netos en moneda extranjera promediarán US$ 28.000 millones anuales, una cifra equivalente a casi todo el nivel actual de reservas brutas descontando los encajes bancarios. El Gobierno busca reforzarlas con desembolsos del FMI y organismos multilaterales, además de emisiones de deuda en dólares. Aunque el colchón actual ayuda a contener la volatilidad cambiaria, no es suficiente para garantizar estabilidad hasta fin de año sin nuevos ingresos", comentó Martín D'Odorico, director de Guardian Capital.
"Las dudas sobre la capacidad de acumular dólares persisten. Para cumplir la nueva meta de reservas, el Gobierno debe acumular US$ 3.500 millones para fin de año. En paralelo, al 14 de agosto, el Tesoro dispone en el BCRA de apenas US$ 2.011 millones, mientras enfrenta vencimientos por US$ 790 millones con el FMI en noviembre y por US$ 4.300 millones con acreedores privados en enero de 2026", agregó Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica.
"La incógnita es doble: por un lado, si el Gobierno se limitará únicamente a continuar comprando dólares en bloque a través del Tesoro o comenzará a hacerlo a través del BCRA como lo recomendó el FMI en su staff report; y, por otro, si optará por emitir nuevos Bontes o, en cambio, apostará a un resultado electoral contundente que comprima el riesgo país lo suficiente como para volver a colocar deuda hard dollar", añadió.
Cabe señalar que, actualmente, el riesgo país oscila en torno a los 750 puntos. Aunque el nivel es muy inferior al registrado en gran parte de los últimos años, los expertos de la city coinciden en que la métrica elaborada por JP Morgan tendría que ubicarse en un rango de entre 450 y 500 puntos para que el Estado pueda volver a los mercados internacionales cómodamente a reestructurar su deuda. En este escenario optimista, las reservas del BCRA no se verían tan castigadas y los US$ 40.000 millones aproximados actuales serían suficientes para mantener la paz económica.