Forbes Argentina
Argentinas seleccionadas por Santander Women 50 Global
Liderazgo

Eligieron a cuatro argentinas entre las 50 líderes globales más comprometidas con el impacto social

Rocío Bravo

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En un momento donde las mujeres de más de 40 años suelen enfrentarse a prejuicios o "techos de cemento" en sus carreras, este reconocimiento demuestra que el liderazgo femenino maduro está más vigente que nunca, pero que aún queda mucho por construir. La importancia de las redes y la capacitación para abordar este dilema.

22 Julio de 2025 08.10

Cuatro mujeres argentinas fueron seleccionadas entre las 50 líderes globales más comprometidas con el impacto social. Así se desprende de la última edición del programa Santander Women 50 Global, una iniciativa internacional que busca potenciar el liderazgo femenino seleccionando a mujeres con roles destacados en sus organizaciones.

A nivel global, el programa recibió más de 8.000 postulaciones, pero solo medio centenar de mujeres fueron seleccionadas: las cuatro argentinas tuvieron la oportunidad de viajar a Londres para participar del SW50 Global Leadership Programme 2025, dictado por la London School of Economics and Political Science (LSE).

Según la Organización Internacional del Trabajo, solo 32% de los cargos directivos a nivel mundial están ocupados por mujeres. En América Latina, en tanto, la cifra apenas alcanza el 25% de los puestos de liderazgo. 

Todas las finalistas del programa Santander Women 50 Global
Todas las finalistas del programa Santander Women 50 Global

¿Quiénes son las seleccionadas?

Natalia Facciolo (42 años) es Licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales de UADE. Empresaria, socia fundadora y gerente general de Ludmarc, una distribuidora de comestibles al por mayor de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Es presidenta de Mujeres Empresarias de la Federación Económica de Buenos Aires, (MEFEBA) y secretaria adjunta de Mujeres Empresarias de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), donde acompaña a las mujeres en la búsqueda por crecer, capacitarse y llevar sus pymes, negocios y emprendimientos, a un nuevo nivel. 

María Teresa Arias (40 años) es líder en inclusión y tecnología para el desarrollo. Es ejecutiva principal en la Dirección de Sistemas y Soluciones Digitales del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), desde donde lidera proyectos regionales en diversidad, accesibilidad digital y sostenibilidad tecnológica. 

Claudia Gómez (59 años) tiene más de 20 años de experiencia liderando proyectos de impacto y responsabilidad social en entornos corporativos y organizaciones no gubernamentales. Es cofundadora de la Fundación Queen Mary, apasionada por impulsar iniciativas que promuevan la equidad de género, la transformación cultural y el desarrollo del talento femenino. 

Jorgelina Peciña (47 años) es consultora en comunicación estratégica. Actualmente, se desempeña como Regional Managing Director para el Cono Sur en una consultora internacional de comunicación y asuntos públicos, donde lidera proyectos vinculados al mundo del entretenimiento, el consumo masivo y la cultura digital. Impulsa proyectos de contenido con perspectiva de género, como Mujeres que corren, plataformas que promueven el acceso a experiencias culturales, deportivas y transformadoras para mujeres en distintas etapas de la vida y es advocate en Mujeres en Publicidad.

El reconocimiento como validacion y motor de transformacion

Para las profesionales argentinas seleccionadas, ser parte de este grupo representa mucho más que un logro personal: es una validación de trayectorias construidas desde la convicción y el impacto real. Para Facciolo, "es el reconocimiento a un liderazgo ejercido desde ciudades del interior, desde los sectores productivos y desde las redes de mujeres, dándoles un lugar en las mesas de conversación global". En este sentido, enfatiza en la idea de que "es posible liderar y ser escuchadas, incluso cuando venimos de entornos tradicionalmente subrepresentados".

Teresa Arias
María Teresa Arias

Peciña, por su parte, describe la selección como un "impulso muy potente tras años de trabajo corporativo y social". Para ella, el programa no solo brinda herramientas concretas sobre liderazgo estratégico, comunicación e influencia, sino que también la conectó con una "red global de mujeres brillantes, diversas y profundamente comprometidas". 

En tanto, Arias considera esto que vivió como "un verdadero regalo de la vida", que le permitió acceder a una de las universidades más prestigiosas del mundo y "construir una red poderosa, reafirmando que la perseverancia y la sororidad pueden transformar realidades". 

Finalmente, Claudia lo vive como un "honor profundo y una enorme responsabilidad", la validación del impacto de las mujeres en la educación latinoamericana que necesitan más visibilidad e influencia.

La actualidad del rol femenino: rompiendo barreras y techos invisibles

Según reflexionan estas cuatro líderes, el programa Santander Women 50 Global destaca el poder del liderazgo femenino maduro, desafiando la creencia de que después de los 40 años, las mujeres han superado su etapa de mayor proyección profesional.

Natalia Facciolo
Natalia Facciolo

Lo cierto es que la carrera de muchas mujeres en posición de liderazgo sigue marcada por desafíos. Peciña, por ejemplo, menciona la paradoja de empresas con discursos de diversidad e inclusión, pero que mantienen boards integrados solo por hombres o donde los altos cargos femeninos reciben remuneraciones inferiores a sus pares hombres".

Facciolo comparte que ha enfrentado "múltiples y acumulativos desafíos, incluyendo sesgos de género, los prejuicios asociados a la edad y el hecho de haber iniciado su carrera joven en una industria profundamente masculinizada como la de alimentos y supermercados".

Pese a que la participación femenina en el ámbito gremial empresario crece, "los lugares de poder real siguen siendo mayoritariamente masculinos", asegura. Su estrategia para superarlo ha sido la "formación continua, resultados concretos y, sobre todo, la construcción de redes que visibilizan la necesidad del liderazgo femenino diverso".

Para Arias, el desafío ha sido "equilibrar la vida personal con un entorno laboral que, históricamente, espera disponibilidad absoluta", mientras que para Gomez, a sus 50 años, el reto ha sido consolidar su rol como agente de transformación educativa en un entorno tradicionalmente conservador, con prejuicios sutiles como la expectativa de pensar en la jubilación o no necesitar más formación. 

Jorgelina Peciña
Jorgelina Peciña

Las entrevistadas coinciden en que la edad, lejos de ser una desventaja, es un "activo estratégico". "A partir de los 40, las mujeres poseen experiencia, criterio, perspectiva y un nivel de foco y determinación que vale oro", destaca Jorgelina y Natalia agrega: "Las mujeres mayores de 40 no están en el cierre de una etapa, sino en "nuestro mejor momento para aportar, transformar y liderar con visión y solidez".

Visión de futuro: liderazgo con propósito y un cambio sistémico

La formación de alto rendimiento y la red global de contactos que ofrece el programa SW50 están transformando la perspectiva de liderazgo de estas mujeres. En este sentido, Jorgelina afirma que su comprensión del liderazgo se redefinió. "Ya no se trata solo de resultados, sino de propósito: de cómo sostenemos equipos, cómo lideramos desde la empatía sin perder foco y cómo creamos culturas de trabajo más humanas y sostenibles". Y trae a la conversación un insight sumamente poderoso: "El liderazgo no se mide solo en logros individuales, sino en cuánto habilitamos el crecimiento de otras personas".

Para Maria Teresa la principal lección es que "liderar también es ser intencional: levantar la mano, construir una marca personal coherente y sostenerla con acciones". Natalia, subraya que "la red global es lo más potente, rompiendo el aislamiento y transformándose en aliadas reales para potenciar el impacto. Finalmente, Claudia destaca el "poder de la pregunta disruptiva aprendida en LSE, que planea aplicar para fomentar la innovación y desafiar suposiciones en su equipo".

Claudia Gómez
Claudia Gómez

Las mujeres argentinas, según las entrevistadas, tienen muchísimo que aportar al liderazgo global. Mientras que Peciña destaca la combinación de una "formación académica sólida y una resiliencia extraordinaria, junto con una capacidad natural para conectar y generar puentes", Arias señala que, "por su historia de pioneras en reformas sociales y la costumbre de entornos complejos y cambiantes, las argentinas son líderes resilientes, adaptativas, directas y capaces de gestionar crisis". Algo que también opina Facciolo, quien resalta la "resiliencia, capacidad de adaptación y liderazgo con sensibilidad social de las argentinas". No en vano, dice, "Argentina ocupa el puesto 16 en el Índice de Mujeres Emprendedoras Globales, lo que demuestra nuestra capacidad de innovación en entornos complejos. Por décadas, nos hemos desarrollado en contextos desafiantes, lo que nos obliga a ser creativas, estratégicas y comprometidas".

De cara al futuro, el compromiso de las participantes es claro: multiplicar el impacto de su experiencia. Programas como el SW50 de Santander son fundamentales para acelerar la igualdad de género al proporcionar herramientas, visibilidad y redes, pero también al cuestionar los modelos tradicionales y enviar un mensaje claro al mundo corporativo y social. "Invertir en liderazgo femenino no es una concesión, es una decisión inteligente", sentencian. Y Facciolo impulsa esta idea resaltando que "involucrar a la mujer en la economía global es un ganar-ganar, con proyecciones de un aumento del 25% en el PBI mundial si esto sucede".

En definitiva, el mensaje a las mujeres mayores de 40 años es de confianza y acción: "La experiencia es tu activo, no tu pasivo, y es el momento de reafirmar tu valor, redefinir tu propósito y de impactar cosechando lo que has cultivado", plantea Claudia.  

Para las más jóvenes, "el consejo es prepararse, estudiar, construir redes de apoyo, fortalecer su carácter y autoconfianza, y saber que el liderazgo no se trata solo de llegar, sino de construir el camino para que otras también puedan hacerlo". Este enfoque colectivo y de servicio es lo que, según estas líderes, definirá el futuro del liderazgo global.

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