En estos tiempos en los que vivimos con revoluciones tecnológicas impensadas, donde lo que hoy funciona mañana queda obsoleto, quizás sea válido no subirse a cada moda del momento. Nunca fue tan importante como ahora parar y reflexionar hacia dónde vamos, qué deseamos lograr y cuáles son las premisas que guían nuestras conductas para no movernos con la marea y quedar mareados ante tanto cambio. Quiénes somos, qué ofrecemos y cuál es nuestro diferencial como empresa deben reflejar la esencia del cambio y para ésto, debemos mirar adentro.

Hay cuestiones que la IA no hace ni resuelve por nosotros y lo celebro, porque quizás nos haga volver de verdad hacia lo que realmente importa, cuestiones "filosóficas" que siempre estuvieron en las bases de la gestión de empresas: cómo vamos a liderar a nuestros equipos, cuáles son los valores que nos contienen y practicamos  y qué objetivos nos representan. Es decir, profundizar en todos esos intangibles que contribuyen a darnos sentido para ir a trabajar todos los días.

Cambié de opinión: no es el proceso perfecto lo que verdaderamente impulsa a las empresas hacia adelante, ni la estructura más eficiente el factor que las hará sobresalir. Las empresas que evolucionan, además de tener un modelo de negocio óptimamente ejecutado, tienen dinámicas internas saludables que las llevan hacia horizontes más elevados. La gente no se quiere ir y los equipos funcionan: lo hacen apoyados en el respeto de lo que cada persona es, con sus talentos y dones.

Quiero creer que las características que nos hacen humanos van a ser el faro para diferenciarnos de las máquinas: nuestra capacidad para vincularnos y conectar, las acciones con conciencia, el discernimiento y nuestra plasticidad para aprender y desaprender sin duda nos llevarán más lejos que cualquier prompt (**).

En definitiva, en tiempos de cambios vertiginosos, volver a la esencia es indispensable para construir soluciones que nos representen.  Qué preguntas nos hacemos, cómo abrimos opciones y soluciones a partir de nuestra curiosidad es tan o más importante que la respuesta obtenida para desarrollarnos en un entorno incierto y cambiante que puede resultarnos difícil de comprender y asimilar.
Una invitación a despertar, conectar y desde allí, accionar.

(*) María Florencia Rizzardi, fundadora en MFR Consultoría y Gestión

(**) Instrucción específica que se proporciona a un sistema de IA para obtener un respuesta.