En febrero de 2024, Santiago Ruberto enfrentó un ultimátum. Sus padres fueron claros: o vas a la universidad o te arreglás solo. Eligió lo segundo. "Tengo US$ 1.500 para bancar esto. Sigamos hasta que no tengamos más", le dijo a Mateo Zarate, su socio y amigo desde la secundaria.
La historia había comenzado un año antes. En 2023, con 17 años, ambos se mudaron juntos a la casa del padre de Santiago en Paraná: una habitación para dormir, la otra como oficina. Pasaron un año entero sin levantar inversión hasta que en febrero de 2025, firmaron más de US$ 2 millones con Hi Ventures. El término de la negociación fue garabateado sobre un ensayo de Paul Graham en la hacker house de Belgrano donde hoy viven y trabajan los tres fundadores de Melián.
Qué es Melián
La startup, cuyo principal modelo de negocios es el advertising, promete unificar todas las tiendas online en una sola aplicación. "Querés comprar una remera negra en Google Shopping y aparece todo chino porque son los que pagan para estar ahí", explica Santiago a Forbes. "Nosotros indexamos desde la tienda nube que recién empieza hasta las grandes marcas, sin comisiones".
El usuario target es específico: "Una chica en Nueva York que tiene 5.000 tiendas anotadas en las notas del celular", ejemplifica. Son power users obsesivos de la moda que quieren ver todo lo disponible online en un solo lugar.
Valentín Ratti (25), el actual CTO, no estaba en los planes originales. Desarrollaba "Mira Precios", una app similar para supermercados. "Nos conocimos por Twitter", cuenta Santiago. "Éramos de las personas que más estaban metiéndole al scraping en Argentina. Sabíamos de la misma tecnología, éramos amigos y si ambos escalábamos íbamos a terminar compitiendo". En un viaje a San Francisco, decidieron unir fuerzas. "Se terminó sumando como tercer cofundador".
Los primeros US$ 20.000 que cambiaron todo
Todo había empezado a principios de 2023 con la primera versión experimental de Sirvana —el nombre original de la startup— lanzada en marzo de ese año. Pero la historia de la inversión empezó con un tweet. Borja Martel, ex Lemon, había publicado: "A lo largo de mi carrera, levanté 65 millones de dólares. Mucho de lo que he hecho lo hice por gente que me ayudó sin pedir nada a cambio". Santiago respondió. Se reunieron en el Kavanagh en septiembre de 2023. No invirtió.
Santiago decidió cambiar el viaje de egresados a Bariloche por estudiar inglés en San Francisco. Estuvo cuatro meses tocando puertas. Volvió con las manos vacías.
Hasta que en febrero de 2024, tras el ultimátum familiar, Borja pidió un update. Le mandaron un PDF con los cambios de seis meses. "Nos vemos en Buenos Aires", respondió. Primer cheque: US$ 20.000 entre Borja Martel, Diego Pando y Nick Damico. "Ahí arrancó todo", recuerda Santiago. "Nos mudamos a vivir juntos, sumamos gente al equipo y lanzamos una versión que se hizo viral".
El error que les costó cuatro meses
Con miles y miles de búsquedas mensuales en 2024, tomaron la decisión más costosa: cerrar todo. "Fue un error básico", admite Mateo, ahora CPO. Durante cuatro meses mantuvieron un cartel de "volvemos pronto" mientras rediseñaban el producto.
Cuando reabrieron, habilitaron un botón para mensajes anónimos. Las respuestas fueron brutales: "Son unos boludos, ¿cómo van a hacer esto? Amaba el producto antes". Perdieron usuarios, tráfico, momentum.
"Es carísimo en términos de conocimiento", reflexiona Mateo sobre esos meses sin lanzar, sin hablar con usuarios, sin aprender. La lección quedó grabada: "Los inversores siempre nos dicen que hay que estar lanzando cosas constantemente. Perdimos cuatro meses de esa velocidad de aprendizaje", cuenta a Forbes.

Más de 100 "no" antes del primer "sí"
Una inversora en Estados Unidos fue particularmente brutal: "Esto es malísimo, es peor que Google Shopping. Estás perdiendo el tiempo". Santiago recuerda: "Fue tan dura que casi me largo a llorar".
Sin embargo, la persistencia tuvo recompensa. En febrero de 2025, Federico Antoni de Hi Ventures llegó a la hacker house de Melián 2040 para una reunión de 45 minutos. Cuatro horas después, estaba probando la app, sacándole fotos a Luciano Peretti —el único empleado por ahora— para testear la búsqueda por imagen.
"Viajo por todo Silicon Valley, Latinoamérica, buscando gente como ustedes. No necesito nada más", les dijo Antoni. Y garabateó sobre el ensayo "Mean people fail" los términos de una inversión de US$ 2 millones.
Cuando Santiago publicó la foto en X, Paul Graham, uno de las figuras más icónicas de Silicon Valley, respondió: "Me hace feliz que haya sido ese ensayo".
El nuevo producto es radicalmente distinto. En vez de que ellos curen las tiendas, el usuario agrega las que quiere. Como dato exclusivo para Forbes, pronto lanzarán funciones inéditas: conectar Instagram para agregar automáticamente todas las tiendas que uno sigue, y enviar marcas por mensaje privadopara indexarlas al instante.
El mercado estadounidense es más exigente pero también más receptivo. "La vara en Silicon Valley es tan alta que te hace tratar de ir por más", explica Santiago. "Acá decís 'tuve un millón de búsquedas en tres meses' y te cruzás a alguien que te dice 'yo las tuve en un día'".
Los números del crecimiento
La startup que nació en Paraná hoy maneja cifras como:
- US$ 2.7 millones levantados entre 2023 y 2025
- 250.000 usuarios alcanzó Sirvana en Argentina antes del cierre
- 1 millón de búsquedas procesó la plataforma desde su lanzamiento
- 70.000 clicks redirigió hacia compras en tiendas
- 4 personas conforman todo el equipo
- US$ 3.000 mensuales (aproximadamente) cuesta mantener la infraestructura
- 3ra app más descargada en la categoría Shopping del App Store argentino en 2024
Cerraron la operación en Argentina para enfocarse exclusivamente en Estados Unidos y siguen el modelo clásico de Silicon Valley: crecer primero, monetizar después. Como en el caso de Facebook, que tardó tres años en generar ingresos. Hoy hace US$ 120.000 millones anuales de publicidad.
Los inversores que apostaron
Entre quienes pusieron dinero figuran nombres pesados del ecosistema tech:
- Hi Ventures
- Guillermo Rauch (CEO de Vercel)
- Diego Pando (fundador de Brubank)
- Borja Martel (ex Lemon, ahora Roxom)
- Newtopia VC
- Broom Ventures (Silicon Valley)
- Damián Schenkelman (uno de los primeros empleados de Auth0)
"Para los nerds, Guillermo es como el número uno", dice Santiago sobre Rauch. Lo conocieron cuando visitaron las oficinas de Vercel en San Francisco. "Se sentó a comer una hora con nosotros. Es un tipo que maneja una startup que vale cuatro billones de dólares".
La convivencia tiene sus reglas. Cuando hay desacuerdo, votan. Si alguien insiste mucho en su posición, los otros ceden. "Confiamos en vos, vamos por ese lado", es la frase que zanja las discusiones. Aplican la regla de Jeff Bezos: tomar decisiones con el 70% de la información, no el 90%.
"No la hacemos para venderla", aclaran sobre una potencial adquisición. "Queremos que sea más grande que nosotros".
Santiago tiene un tweet de Sam Altman de 2017 fijado en su perfil: "En algún lugar del mundo, una persona joven y desconocida probablemente está empezando una empresa que eventualmente será tan grande como los gigantes tecnológicos de hoy". A los 20 años y con US$ 2.7 millones levantados, esa frase dejó de ser una simple inspiración para convertirse en un plan de acción.