La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) inició ayer la colocación de unn bono en dólares por hasta US$ 600 millones, aprovechando una ventana de oportunidad financiera que se abrió tras la caída del riesgo país argentino.
La operación, que se realizará bajo legislación inglesa en Wall Street, forma parte de una ofensiva más amplia de emisiones de deuda tanto de gobiernos locales como de empresas privadas, en un momento en el que el escenario externo se vuelve más favorable para captar dólares frescos.
Según fuentes oficiales del gobierno porteño, encabezado por Jorge Macri, la colocación inicial apuntará a captar entre US$ 400 y US$ 600 millones, con un interés estimado para los inversores de entre 8% y 8,5% anual.
El objetivo principal es refinanciar el bono CABA 2027, un título que este año demandó un pago cercano a los US$ 300 millones, para mejorar su perfil de vencimientos.
Y tras la emisión principal, se evalúa una ampliación de hasta US$ 600 millones mediante un canje dirigido a inversores minoristas. La estrategia permitiría que quienes ya tengan bonos de la Ciudad pasen a las nuevas condiciones más agresivas como si hubieran participado desde el inicio.
Para CABA, la colocación no es solo refinanciamiento, ya que parte de los fondos se destinarán también a proyectos de infraestructura, como la construcción de la Línea F del subte porteño, según confirmó el propio Macri. La deuda, afirman, es "muy confiable" y bien rankeada, lo que aporta atractivo para inversores exigentes.
De momento, se sabe que los bancos que facilitarán la operación son Bank of America, JP Morgan, Deutsche Bank y Santander. En tanto, la estructura legal bajo ley inglesa también suma un plus de credibilidad para los compradores institucionales.
"La emisión por parte de CABA es consistente con la mejora reciente en las condiciones financieras para emisores locales. Con la incertidumbre electoral despejada y un mercado más receptivo, tanto compañías como provincias están recuperando acceso a los mercados internacionales, una dinámica que probablemente continúe en las próximas semanas", sostuvo Justina Gedikian, estratega de bonos en Cohen Aliados Financieros.
"En este marco, la salida de CABA es una señal positiva: muestra que los subsoberanos con buen perfil crediticio vuelven a encontrar ventanas de financiamiento, incluso en plazos más largos. Su bono a 2027 rinde cerca del 6%, mientras que referencias provinciales como Córdoba 2032 operan alrededor del 8,5% TEA, por lo que no sorprendería que la colocación de CABA termine con un rendimiento más cercano a estos últimos niveles", añadió.
La clave de esta "lluvia de dólares" está en el nuevo clima financiero que atraviesa el país. Después de las elecciones legislativas nacionales, el riesgo país argentino cayó significativamente hasta ubicarse por debajo de los 600 puntos, lo que despertó el interés de fondos internacionales.
Por eso la mejora ya se reflejó en otras emisiones: varias empresas nacionales, especialmente del sector energético, aprovecharon para emitir obligaciones negociables por más de US$ 3.100 millones solo en noviembre.
Algunas de las más destacadas fueron Tecpetrol (US$ 750 millones), YPF (US$ 500 millones), Pluspetrol (US$ 500 millones) y Pampa Energía (US$ 450 millones).
"El boom de emisiones de deuda corporativa se da gracias a la abrupta baja del riesgo país, sumado a la estabilidad económica que generó el resultado de las elecciones legislativas. Un riesgo país más bajo significa un incremento en la confianza del país y de sus empresas. Por eso es que muchas aprovecharon a salir al exterior a buscar crédito a tasas competitivas", comentó Gonzalo Otaola, analista corporativo en Bull Market Brokers.
"Esto es una muy buena noticia tanto para las empresas como para el país. Ahora muchas compañías pueden financiarse a tasas más bajas y así poder invertir ese capital en proyectos que las hagan más productivas. Hoy el mercado argentino pone en precio que el Gobierno de Javier Milei va a poder realizar las reformas impositivas y laborales necesarias para promover las inversiones en el país. Y con eso consolidar una argentina más productiva", agregó.
Para el Gobierno nacional, el fenómeno de la emisión de deuda es doblemente relevante. Por un lado, implica un ingreso sostenido de divisas que podría aliviar tensiones cambiarias y proveer liquidez al mercado local. Por otro, marca un paso hacia la reapertura financiera, algo que hasta ahora se le resistía: la administración afronta vencimientos privados por US$ 8.700 millones en 2026, una cifra elevada para sus posibilidades sin acceso estable al financiamiento externo.
Aun así, a pesar del entusiasmo, no todo es garantía. En mercados sensibles, como el de deuda en moneda extranjera, siempre existe el riesgo de una reversión repentina de condiciones. Si algo interrumpe la tendencia favorable, podría complicarse la sostenibilidad de estos nuevos pasivos.
Además, para que esta ola de emisiones se traduzca en crecimiento real, será fundamental que no solo se usen para refinanciar, sino también para invertir en obras productivas que pueden generar retorno económico y social.