Ya no es novedad que el influyente periódico inglés siga de cerca el fenómeno Milei y su efecto en la Argentina. Una muestra de ello es que hace una semana, su equipo en Buenos Aires, siguió al minuto el comportamiento del Congreso argentino a la hora de votar la Ley de leyes, el Presupuesto 2026.
Ahora, más precisamente, esta mañana, el Financial Times dedicó un extenso análisis al segundo año del gobierno de Javier Milei y su batalla por recuperar el flujo de inversión extranjera directa en Argentina. En un artículo titulado “Javier Milei battles to bring multinationals back to Argentina”, el periódico británico destacó que, pese al interés que genera la figura del presidente libertario, el regreso masivo de las empresas internacionales al país “sigue siendo un desafío en un contexto de desconfianza estructural y volatilidad macroeconómica”.
Según datos del Banco Central citados por FT, los flujos de dólares provenientes de inversión extranjera directa fueron negativos en 2025 por primera vez desde 2003, reflejando que las ventas de activos de grupos internacionales superaron a las entradas de capital. El fenómeno coincidió con la salida de compañías de peso como HSBC y Carrefour, sumadas a una docena de multinacionales que decidieron reducir exposición o abandonar el mercado argentino.
Un ejecutivo consultado por FT sintetizó el clima corporativo: “La Argentina de Milei no compite con la de hace cuatro años. Compite con países donde los directorios se sienten más cómodos”. Su comentario refleja que, aunque Milei despertó entusiasmo entre los inversionistas globales por su programa de estabilización y desregulación, la historia reciente del país sigue pesando.
Las salidas y las ventas estratégicas
El informe recuerda que la liberalización del cepo y el aumento de precios de los activos argentinos permitió a varias multinacionales concretar salidas sin grandes pérdidas. Exxon, por ejemplo, vendió su negocio de shale a Pluspetrol por unos U$S 1.700 millones en diciembre de 2024. A su vez, Telefónica transfirió su filial local a Telecom Argentina por U$S 1.250 millones en febrero.
Para el consultor Dante Sica, citado en el artículo, muchas empresas “están dejando América Latina como parte de reestructuraciones globales, y Argentina es el primer lugar del que se van”. Al respecto, Sica sostuvo que el país representa “el 1% de su facturación y el 40% de sus problemas”, debido al largo historial de políticas imprevisibles, cepos a la importación y prohibiciones para repatriar utilidades.
El valor del peso argentino, que perdió alrededor del 99% de su valor en la última década, es otro ejemplo de la fragilidad estructural que las empresas multinacionales toman en cuenta antes de invertir. “El gobierno ha heredado 40 años de comportamientos que espantaron a los inversores… el proceso de recuperar la confianza recién comienza”, añadió Sica.
Los sectores que apuestan por quedarse
En contraste, FT señala que el sector de los recursos naturales se ha convertido en una fuente clave de nuevas inversiones. Gigantes como Rio Tinto, Glencore y otros grupos mineros planean aportar U$S 25.000 millones en los próximos años, atraídos por el potencial del litio y el cobre en el marco de la transición energética global.
El auge del shale también impulsa proyectos en la Patagonia: Eni, la petrolera italiana, invertirá U$S 25.000 millones junto a YPF en una planta de exportación de gas natural licuado, mientras que la estadounidense Continental Resources adquirió un yacimiento en noviembre. En paralelo, FT reveló que OpenAI proyecta gastar U$S 25.000 millones en centros de datos alimentados por gas, como parte de su expansión global.
El gobierno argentino confía en que la segunda mitad del mandato de Milei consolide esta tendencia. Su victoria en las elecciones de medio término de octubre fortaleció su programa de reformas fiscales y laborales, aumentando su capacidad para avanzar con el Congreso. Además, Argentina firmó en noviembre un acuerdo comercial limitado con Estados Unidos, su principal fuente histórica de inversión extranjera directa.
La urgencia por los dólares y el escepticismo global
Para los analistas citados por FT, atraer más capital es esencial para la estrategia económica de Milei. “La inversión extranjera directa es la fuente más estable de financiamiento externo que el gobierno necesita con urgencia”, afirmó Ramiro Blazquez Giomi, estratega de StoneX. La escasez de divisas en el Banco Central continúa dificultando el pago de importaciones y deudas, y mantiene la presión sobre el tipo de cambio.
El ministro de Economía Luis Caputo se muestra optimista. En una conferencia en noviembre aseguró que la marca personal del presidente “despertó un interés fenomenal por invertir en la Argentina”. Sin embargo, expertos consultados por FT advirtieron que 2026 será un año clave para comprobar si ese interés se traduce efectivamente en flujos de inversión más allá de la minería y la energía.
Una señal incipiente de diversificación viene del retail: la cadena Decathlon inauguró en noviembre la primera de 20 tiendas planificadas en el país, con una inversión de U$S 100 millones a cinco años. Pero el panorama es menos alentador en manufacturas, donde la apertura económica deja a sectores antes protegidos frente a una competencia creciente de productos importados. Whirlpool, por ejemplo, anunció el cierre de una planta en Buenos Aires apenas tres años después de haberla inaugurado.
Controles, confianza y futuro
El FT enfatiza que la persistencia de los controles de capital y del mercado cambiario sigue siendo una de las principales trabas para la inversión. Aunque el gobierno relajó ciertas restricciones, miles de millones de dólares en dividendos permanecen inmovilizados en el país. Recién desde enero el Banco Central comenzará a “aflojar gradualmente los controles” y a reconstruir reservas, medida que será observada con atención por el sector privado.
“La falta de reservas y los controles de capital siguen siendo una gran preocupación para las multinacionales”, advirtió Kezia McKeague, directora de la consultora McLarty Associates. Y agregó: “Fuera de la minería y la energía, la inversión probablemente seguirá siendo un goteo, no una avalancha”. Aun así, reconoció que, “si se consolida el progreso hasta ahora alcanzado, podría abrirse una oportunidad histórica después de 2027”.
La mirada del Financial Times refleja el contraste que marca hoy la economía argentina: por un lado, un liderazgo con fuerte apoyo político y orientación a los mercados; por otro, una realidad de desconfianza acumulada y estructuras económicas que aún tensan los flujos de capital. Para Milei, el desafío no será solo atraer CEOs, sino convertir el entusiasmo en dólares que permanezcan dentro del país.