Informe del segundo año de Milei del JP Morgan: avances clave para las reformas y señales positivas de la política
El banco destaca la aprobación del Presupuesto 2026 como una señal política de peso y valora la Ley de Inocencia Fiscal como incentivo para formalizar capitales. Aun con un Congreso dividido, el oficialismo logró marcar el ritmo legislativo.

La Argentina atraviesa un momento político y económico que no pasaba inadvertido para los grandes bancos de inversión internacionales. En su más reciente informe, J.P. Morgan destaca un cambio de dinámica que considera relevante: el fortalecimiento del programa de reformas del gobierno de Javier Milei, con el eje puesto en la disciplina fiscal y la capacidad de construir consensos legislativos.

El dato central es la aprobación del Presupuesto 2026 por parte del Congreso, un hecho poco frecuente en la historia reciente del país. Para el banco estadounidense, se trata de una señal política contundente, no solo por el contenido del presupuesto sino por el contexto en el que fue sancionado. El oficialismo logró avanzar pese a no contar con mayoría propia, apoyado por sectores de la oposición y con un peronismo visiblemente fragmentado.

El presupuesto aprobado compromete al Estado nacional a alcanzar el equilibrio fiscal nominal, un punto que J.P. Morgan considera clave para recomponer credibilidad. En su escenario base, el banco proyecta incluso un superávit primario del 1,5% del PBI, algo que rompe con una larga tradición de déficits persistentes y financiamiento monetario.

Otro aspecto que el informe subraya es la sanción de la llamada Ley de Inocencia Fiscal. La norma introduce cambios profundos en el régimen penal tributario, elevando significativamente los montos a partir de los cuales se configura un delito fiscal y reduciendo la exposición penal de pequeños y medianos contribuyentes. El objetivo, según interpreta J.P. Morgan, es incentivar la formalización de ahorros hoy fuera del sistema, los denominados “dólares del colchón”. @@FIGURE@@

Las estimaciones oficiales mencionadas en el informe hablan de unos 170.000 millones de dólares en ahorros informales. Si bien el banco mantiene una postura prudente, reconoce que una parte de esos fondos podría canalizarse hacia la economía formal, con impacto positivo tanto en la actividad como en las reservas internacionales.

En el plano macroeconómico, J.P. Morgan señala que este proceso abre un escenario de riesgo al alza para el crecimiento, aunque aclara que los efectos dependerán de la velocidad de implementación y de la confianza que logre generar el marco institucional. La apuesta del Gobierno es que la menor presión penal y la simplificación regulatoria funcionen como incentivo suficiente para blanquear capitales sin recurrir a amnistías tradicionales.

El informe también pone el foco en lo que viene. Con el Congreso entrando en receso, la agenda legislativa se reactivaría en febrero con debates sensibles: la reforma laboral, cambios en el sistema impositivo, un nuevo marco de estabilidad fiscal y monetaria y modificaciones a la Ley de Glaciares, esta última considerada clave para destrabar inversiones mineras de gran escala.

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Desde la óptica política, J.P. Morgan advierte que la reciente votación dejó al descubierto fisuras internas dentro del peronismo, lo que podría facilitar nuevos avances legislativos. Sin embargo, aclara que el escenario sigue siendo frágil y que el éxito del programa dependerá de la capacidad del Gobierno para sostener apoyos en un contexto social y económico todavía exigente.

En síntesis, el banco ve en Argentina una ventana de oportunidad poco habitual: un programa económico con anclaje fiscal claro, avances concretos en el Congreso y una narrativa reformista que empieza a traducirse en hechos. El desafío, como señala el informe, ya no es la formulación del plan, sino su ejecución sostenida en el tiempo.