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La banda, la brecha y las dificultades de la política cambiaria en la previa electoral

Esteban Monte

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El alivio financiero que trajo el respaldo de EE.UU. calmó los mercados, pero no despeja el dilema central: el modelo cambiario vigente acumula tensiones y los principales bancos de inversión reclaman un giro hacia la flotación. La definición electoral marcará si el gobierno tiene margen para avanzar o si la fragilidad política frena cualquier intento de reforma.

29 Septiembre de 2025 14.57

Argentina transita un momento decisivo donde economía y política se cruzan de lleno. Tras semanas de presión cambiaria y un traspié electoral en la provincia de Buenos Aires, el gobierno de Javier Milei encontró un respiro con el anuncio de un respaldo sin precedentes del Tesoro de Estados Unidos por hasta US$20.000 millones, que modificó de inmediato las expectativas en los mercados.

Según Goldman Sachs, la intervención norteamericana fue un punto de inflexión: "El sentimiento se estabilizó, los bonos en dólares repuntaron, el peso se apreció y el Banco Central incluso bajó la tasa y recompró dólares tras el anuncio". El paquete contempla un swap de divisas con el BCRA, la posibilidad de compras de deuda argentina por parte del Tesoro y acceso al Exchange Stabilization Fund, en lo que se percibe como una "bazooka" financiera para sostener la estabilidad.

Desde Washington, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, fue categórico: EE.UU. "está preparado para intervenciones grandes y contundentes" para apuntalar a la Argentina, país que definió como un socio estratégico en la región.

Scott Bessent, Estados Unidos
Scott Bessent, Estados Unidos

El talón de Aquiles: el esquema cambiario

Pese al alivio inmediato, los tres grandes bancos de inversión —Goldman Sachs, J.P. Morgan y Bank of America— son coincidentes y contundentes: las bandas cambiarias están agotadas y Argentina debería avanzar hacia un régimen de mayor flexibilidad cambiaria, idealmente un tipo de cambio flotante.

Goldman Sachs lo resume con claridad: "el final de las bandas sería mejor que intentar remendarlas", recordando que el BCRA debió vender más de US$1.100 millones en tres días cuando el peso tocó el límite superior de la banda. Para el banco, la transición a una mayor flexibilidad y la paulatina relajación de controles de capital sería positiva para la competitividad externa y la acumulación sostenible de reservas.

J.P. Morgan coincide en que el actual esquema genera incertidumbre crónica y que, tras las elecciones de octubre, avanzar hacia la flotación permitiría recomponer reservas y reducir la volatilidad estructural del USD/ARS. Además, señala que con un tipo de cambio más libre y reservas en recuperación, disminuye el riesgo de que la fragilidad financiera se traduzca en problemas de pago.

En la misma línea, Bank of America advierte que la ayuda de EE.UU. compró tiempo, pero "no sustituye la necesidad de un régimen cambiario sostenible y coherente con un programa fiscal de largo plazo". Para BofA, eliminar las bandas es una condición clave para que el rescate externo no quede reducido a un parche temporal.

Javier Milei en Paraguay
Javier Milei en Paraguay

Lo político: las elecciones decidirán el margen de maniobra

El alivio financiero llega en un momento político cargado. La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires —donde el peronismo se impuso con comodidad— fue un golpe para Milei. Ahora, toda la atención está puesta en las legislativas nacionales del 26 de octubre, que marcarán el verdadero termómetro de gobernabilidad.

Los bancos subrayan que un resultado favorable en octubre podría fortalecer al oficialismo para profundizar reformas y aplicar un giro cambiario decisivo; un revés, en cambio, ampliaría la fragilidad política y limitaría el impacto positivo del blindaje estadounidense. En ese sentido, el respaldo de Washington actúa como un paraguas que compra tiempo institucional, pero no elimina la necesidad de un permiso político claro para avanzar con reformas estructurales —en especial, la liberalización cambiaria— que requieren aceptación y credibilidad.

Una ventana de oportunidad que exige decisiones

Los tres informes trazan paralelos con experiencias internacionales donde la asistencia externa funcionó como detonante de la recuperación —siempre que se acompañó con ajustes de fondo (ej.: ciertas medidas de política fiscal y de confianza para atraer capital privado). J.P. Morgan ve valor potencial en bonos y acciones argentinas bajo el nuevo paraguas, mientras que Goldman Sachs y BofA insisten en que la clave es transformar el respiro en una estrategia sostenible: abandonar las bandas, permitir mayor flexibilidad cambiaria y consolidar disciplina fiscal.

En definitiva, el apoyo de Washington estabilizó el corto plazo; sin embargo, la sostenibilidad dependerá de dos factores: la decisión política que emerja de las urnas el 26 de octubre y la voluntad del gobierno de avanzar hacia un tipo de cambio flotante, como piden los bancos de inversión. Sin esa combinación, el oxígeno ganado podría agotarse con rapidez.

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