Durante más de diez años, el mensaje dirigido a los millennials fue directo: laburá más, armá tu propio emprendimiento y vas a salir adelante. Pero en 2025, esa idea empezó a quedar vieja. Aunque el costo de vida sigue por las nubes y los sueldos no le ganan a la inflación, cada vez más millennials le bajan el ritmo a la cultura del ajetreo que marcó buena parte de sus veinte y treinta.
Ya no se desesperan por tener mil fuentes de ingreso a costa del descanso. Ahora apuntan a algo más concreto: una economía personal más estable y, sobre todo, recuperar su tiempo libre. Es una especie de rebelión callada contra el desgaste, impulsada tanto por la realidad del bolsillo como por un cambio de prioridades.
La reacción contra el agotamiento
Los millennials entraron al mercado laboral durante o justo después de la crisis financiera de 2008. Después les tocó atravesar una pandemia, enfrentar dificultades para acceder a una vivienda y adaptarse a un mundo laboral atravesado por la inteligencia artificial y el trabajo híbrido. En ese contexto, los laburos extra fueron un salvavidas para muchos, pero también terminaron siendo un segundo empleo encima de jornadas que ya eran demasiado largas.
La encuesta de la Generación Z y Millennials 2025 de Deloitte mostró que menos de seis de cada diez millennials consideran que su salud mental es buena o muy buena. Más de un tercio dice sentirse estresado o ansioso casi todo el tiempo, y muchos señalan al trabajo como una de las principales causas. Según Forbes, el auge de las renuncias silenciosas y los giros en la vida profesional reflejan una respuesta más amplia contra la cultura del esfuerzo, sobre todo entre millennials y centennials, que buscan frenar el desgaste y encontrar un poco de equilibrio. Las redes sociales, que antes idealizaban esa lógica del sacrificio constante, ahora están llenas de posteos sobre cómo dejar un trabajo sin hacer ruido o cambiar el rumbo laboral.
Por qué el esfuerzo no alcanza
Es cierto que algunos trabajos extra terminan convirtiéndose en negocios rentables. Pero la mayoría no genera ingresos significativos. En el Reino Unido, por ejemplo, los datos muestran que quienes tienen un ingreso extra ganan, en promedio, unas 780 libras (US$ 983) por mes antes de descontar gastos. Muchos le meten unas 10 horas semanales, lo que hace difícil justificar el sacrificio si eso implica entregar tardes y fines de semana. Si se suman las horas adicionales —muchas veces a la noche o durante los fines de semana—, el retorno termina siendo bajo.
Frente a esta realidad, varios millennials se preguntan si realmente vale la pena. El trabajo constante deja poco margen para la salud, los vínculos o simplemente para disfrutar. Y cada vez queda más claro que el desgaste también juega en contra del ingreso futuro: puede obligar a frenar la carrera o a rendir menos en el laburo.
El cambio hacia un laburo más intencional
En vez de acumular trabajos mal pagos, cada vez más millennials eligen sacarle más jugo a su ingreso principal. Eso puede significar negociar un mejor sueldo, pasarse a una empresa que pague más o capacitarse para conseguir puestos mejor remunerados y con más salida laboral.
El crecimiento del trabajo remoto e híbrido también abrió la puerta a mejores oportunidades sin la necesidad de mudarse. Según datos de LinkedIn de julio de 2024, cerca del 38 % de las ofertas laborales en el Reino Unido eran híbridas y alrededor del 10 % completamente remotas. Eso quiere decir que casi la mitad de los empleos disponibles ofrecen flexibilidad en la ubicación, lo que les da a los candidatos más margen para negociar el sueldo sin tener que moverse de ciudad.
Otra forma de pensar el éxito
Este cambio cultural no tiene que ver con dejar la ambición de lado, sino con repensar qué significa tener éxito. Para algunos, es tener un laburo que alcance para vivir bien sin tener que trabajar 60 horas por semana. Un análisis reciente de Forbes sobre la llamada "vida flexible" muestra cómo muchas personas priorizan el cuidado personal, la flexibilidad y trabajos que estén en sintonía con sus valores, en vez de perseguir una ambición sin freno. Para otros, el éxito pasa por tener un puesto que les permita viajar, disfrutar de sus hobbies o pasar más tiempo con su familia.

La conversación también viene influenciada por los centennials, que suelen marcar con más claridad los límites y ponen el bienestar por delante. Los millennials, que hoy tienen entre 30 y 40 años, empiezan a tomar nota de eso. Y muchos descubren que adoptar esa mirada puede ayudar a tener una carrera más llevadera en el tiempo.
Cómo los millennials están dejando atrás la cultura del ajetreo
En vez de aceptar trabajos extra eternos, muchos millennials hoy priorizan los aumentos salariales antes que sumar más horas de laburo. Apuntan a mejorar sus ingresos sin sobrecargarse: negocian mejor, investigan el mercado y buscan ascensos dentro de la misma empresa. La capacitación también se volvió más estratégica, con cursos puntuales en temas como análisis de datos, gestión de proyectos y herramientas de inteligencia artificial, que rinden más que la formación genérica.
Otro cambio importante es la necesidad de poner límites. Cada vez más profesionales se reservan tiempo para descansar y hacer cosas fuera del trabajo, y eso les permite que el laburo no se coma todas sus horas del día. En lugar de competir, empiezan a construir redes donde se comparten oportunidades. También avanzan los modelos flexibles: desde semanas laborales de cuatro días hasta cargos compartidos o jornadas reducidas. Así, logran mantener sus ingresos y, al mismo tiempo, recuperar algo de tiempo propio.
Pasos prácticos para correrse del ajetreo sin descuidar el bolsillo
Para quienes están cansados pero todavía quieren mejorar su situación económica, la clave ya no está en trabajar más, sino en trabajar mejor. Revisar de forma crítica las distintas fuentes de ingreso puede servir para detectar qué actividades realmente valen la pena y cuáles solo consumen tiempo sin dejar plata. Enfocarse en una o dos habilidades con potencial de mejorar el salario en el laburo principal suele rendir mucho más que repartir energía en mil cosas a la vez.
También es importante saber negociar. Tener datos actualizados sobre sueldos y tendencias del sector puede marcar la diferencia al momento de pedir un aumento o buscar un puesto mejor pago. Armar una red de apoyo con colegas que también valoren el equilibrio ayuda a mantenerse enfocado y a compartir oportunidades. Y, sobre todo, cuidar el tiempo libre como si fuera una reunión más del trabajo: descansar también es parte del plan para no volver a caer en el desgaste.
El resultado final
Los millennials no son vagos. Están tomando una decisión pensada: cambiar la actividad constante por un poco de equilibrio. En la economía cargada de presiones que se vive en 2025, esa puede ser la jugada más inteligente desde lo financiero. Al enfocarse en su trabajo principal, mejorar habilidades valiosas y cuidar su salud mental, no solo esquivan el desgaste: también arman una carrera que puede sostenerse en el tiempo.
*Con información de Forbes US