Forbes Argentina
Miguel Ippolito, presidente de UNAJE y socio en Grupo Mitre
Negocios

La mirada de los empresarios jóvenes sobre el desarrollo argentino: "No alcanza con defender lo propio, necesitamos impulsar el desarrollo colectivo"

Laura Mafud

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Miguel Ippolito, presidente de UNAJE y socio en Grupo Mitre, representa a más de 500 empresarios menores de 45 años que generan 32.000 empleos directos y facturan más de US$ 4.000 millones anuales. Desde esta organización proponen un modelo de empresa más abierto, diverso y comprometido con el desarrollo colectivo del país.

4 Septiembre de 2025 09.33

Una nueva generación de empresarios argentinos busca marcar un quiebre con las prácticas tradicionales del sector privado. Con más de 500 empresarios menores de 45 años que generan 32.000 empleos directos y una facturación consolidada que supera los US$ 4.000 millones anuales, esta camada emergente propone un modelo de empresa más abierto, diverso y conectado con la comunidad.

"Las viejas prácticas tenían que ver con un empresariado muchas veces más cerrado, concentrado en intereses particulares y en lógicas de corto plazo", explica Miguel Ippolito, presidente de UNAJE y socio en Grupo Mitre. "Creemos que el empresario argentino tiene que ser parte de la solución: más abierto, más diverso, más conectado con la comunidad y con el mundo". Esta renovación implica un cambio conceptual profundo: "La renovación se da en entender que no alcanza con defender lo propio: necesitamos impulsar el desarrollo colectivo", sostiene Ippolito, que participa, junto a otras 1000 personas, de la 8ª edición del Foro Iberoamericano de Jóvenes Empresarios, que comienza hoy en La Rural.

Para esta nueva generación, liderar empresas en la Argentina trasciende los números tradicionales. "No es solo crecer en ventas o en estructura. Es también generar impacto positivo en el lugar donde estamos: pagar impuestos, crear empleo de calidad, innovar, y a la vez preocuparnos por la sustentabilidad ambiental y social", define el empresario, y detalla: "Hay empresarios UNAJE que exportan servicios del conocimiento desde ciudades del interior, generando dólares, puestos de trabajo y arraigo local. Otros que invierten en plantas de reciclaje o en proyectos de energías renovables. Esa es la nueva forma de pensar la empresa".

Un impacto económico significativo

Los números hablan por sí solos. Con presencia en 15 provincias y más del 75% de sus empresarios fuera del AMBA, las empresas que integran UNAJE representan un aporte considerable al PBI argentino. "En términos de facturación consolidada, estimamos que nuestras empresas superan los US$ 4.000 millones anuales", precisa Ippolito, quien destaca que "si sumamos la cadena de valor, el impacto económico es aún mayor".

"Lo que buscamos es que se diseñen políticas públicas que incentiven la creación y crecimiento de más empresas."

Contrariamente a lo que podría esperarse, estos empresarios no centran su propuesta solo en la reducción tributaria. "No creemos que la solución sea solo bajar impuestos. Necesitamos reglas claras, simplificación burocrática y acceso al financiamiento para pymes", plantea Ippolito, para quien el desarrollo del país debe ser federal.

Su propuesta incluye políticas activas de capacitación en oficios y en economía del conocimiento, porque "sin talento no hay competitividad posible". El diagnóstico es claro: "Somos de los países de la región con menor cantidad de empresas por cada mil habitantes (alrededor de 14, contra 25 de Brasil o las más de 30 de México o Chile)".

Respecto a las políticas del gobierno actual, Ippolito mantiene un optimismo cauteloso: "Vemos una agenda que apunta a ordenar la macroeconomía y a darle previsibilidad al sector privado. Eso es positivo. Toda regla de juego claro ayuda al empresario". Sin embargo, reconoce las limitaciones: "Todavía no se traduce en una mejora concreta en el día a día de las pymes: sigue siendo difícil acceder a crédito, importar insumos o planificar inversiones de largo plazo".

Los desafíos son múltiples. "El principal obstáculo es la inestabilidad: inflación, falta de crédito y cambios de reglas que complican cualquier plan. A eso se suman las dificultades para exportar, la presión impositiva y la falta de infraestructura en muchas provincias", enumera Ippolito.

 "Queremos un país donde haya cada vez más y mejores empresas, porque estamos convencidos de que ese es el verdadero motor del desarrollo."

La estrategia para abordarlos es integral: "Decidimos enfocarnos en temas transversales a cualquier empresa como la elevada presión impositiva, la falta de infraestructura que afecta la logística de cualquier producto, o los esquemas que atentan contra la internacionalización de las empresas".

Para Ippolito, América Latina es un foco estratégico. "Hay oportunidades concretas. Nuestros socios ya están exportando en sectores como economía del conocimiento, agroindustria, alimentos con valor agregado, minería y energías renovables", destaca el empresario, y añade: "Latinoamérica es un mercado natural para Argentina: compartimos cultura, idioma, huso horario y necesidades. Si generamos confianza y estabilidad, las empresas argentinas pueden competir muy bien en la región". 

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