La historia de AltoRancho comenzó a escribirse en 2018 con una reunión familiar que cambiaría el destino de cinco primos. Santiago, Lucila, Pedro, Joaquín y Valentina Ribatto Crespo tenían una idea clara: querían emprender juntos, siguiendo el ejemplo de sus padres, quienes desde 1991 habían construido Hawk Helmets, una empresa distribuidora de cascos para motos.
"La idea nació en 2018, cuando me reuní con mis primos Pedro y Lucila, junto a nuestros padres, que son hermanos entre sí, con el objetivo de emprender un proyecto en conjunto", recuerda Santiago Ribatto Crespo, quien hoy lidera el área de Marketing y Ventas Minoristas de la compañía.
Pero, lo que inicialmente iba a ser una extensión del negocio familiar de cascos terminó convirtiéndose en algo completamente diferente. Tras investigaciones de mercado, identificaron una oportunidad en el sector de muebles e iluminación: "Detectamos una brecha clara: los productos de calidad exigían tiempos de espera de entre 45 y 90 días, mientras que las opciones de entrega inmediata eran de baja calidad", explica Santiago.
Con una inversión inicial de US$ 150.000 aportada por los tres socios fundadores, AltoRancho empezó con una estrategia híbrida que resultaría clave para su crecimiento: combinar fabricación nacional con importación de productos desde China.
"Cuando arrancamos este negocio, nuestra idea era tener productos 100% importados, ya que en ese momento Argentina tenía liberado el comercio exterior. Sin embargo, con la llegada del gobierno de Alberto Fernández y las restricciones a las importaciones, empezamos a desarrollar la fábrica para asegurar el abastecimiento de productos", cuenta Joaquín Ribatto Crespo, abogado de formación y encargado del área de Producción.
La estrategia resultó ganadora. En lo que va de 2025, AltoRancho importó 200.000 productos y fabricó 50.000 en su planta de Béccar. Para agosto de este año, la empresa ya había facturado US$ 6,5 millones, proyectando cerrar el ejercicio con US$ 10 millones.
El50% de los ingresos de la firma provienen del e-commerce, 30% de la venta directa en locales físicos y 20% de la venta mayorista. "El canal más importante en términos de ventas es el e-commerce, porque nos permite acceder a un público de todo el país y, además, porque nuestra empresa nació originalmente como tienda online", explica Lucila Ribatto Crespo, licenciada en Economía Empresarial y responsable del área de Productos e Importación.
El crecimiento no se detuvo en los números de facturación. AltoRancho emplea actualmente 120 personas, lo que representa un aumento del 30% en el último año. La empresa opera con tres locales físicos en Belgrano, Las Lomas de San Isidro y Nordelta, además de su plataforma de e-commerce.
El peso de la experiencia familiar
La experiencia previa de cada socio resultó fundamental para el desarrollo del negocio. Lucila, con su paso por Jazmín Chebar y Falabella, aportó conocimiento clave sobre desarrollo de productos y negociación con proveedores asiáticos. "Haber trabajado como compradora me permitió tener una gran cercanía con el desarrollo de producto en Oriente. Los viajes previos a China también fueron una escuela en sí misma", relata.
Pedro, licenciado en Administración de Empresas, se hizo cargo de la logística y las ventas mayoristas, aprovechando su experiencia en Hawk Helmets. Santiago, con formación en diseño gráfico y marketing, lideró la estrategia comercial. Posteriormente se sumaron Joaquín, encargado de la producción, y Valentina, administradora de empresas que maneja los recursos humanos.
"Nuestra familia siempre tuvo un espíritu emprendedor. Crecimos todos muy ligados a esa forma de trabajo", reflexiona Joaquín sobre el origen de su vocación empresarial.
La inestabilidad económica argentina, lejos de ser un obstáculo, se convirtió en una escuela de adaptabilidad. "Desde el inicio, nos desarrollamos en un país marcado por la inestabilidad, atravesado por la inflación y por políticas comerciales cambiantes. Esa realidad nos enseñó a adaptarnos y a construir una estructura flexible", analiza Santiago.
El principal desafío logístico actual es "cómo enviar productos de mayor volumen al interior del país, ya que la demanda es alta pero los costos de envío son muy elevados", según Pedro, quien maneja esta área crítica del negocio.
Trabajar en familia
La gestión de una empresa familiar con cinco socios podría parecer compleja, pero los Ribatto Crespo encontraron su fórmula. "La definición de roles en la empresa se dio de manera bastante natural: cada uno fue tomando el área en la que se sentía más cómodo", explica Valentina.
La confianza mutua es el pilar fundamental: "En cuanto a separar lo personal de lo profesional, realmente no lo hacemos de manera estricta; nuestra relación personal es lo suficientemente sólida como para discutir o tener conversaciones difíciles sin que queden resentimientos", agrega Valentina.
Para 2026, AltoRancho planea ampliar su gama de productos y expandir su alcance, especialmente en el interior del país. "Estamos trabajando en proyectar formas de llegar al interior de manera más eficiente", anticipa Lucila.
Los planes incluyen el desarrollo de una nueva línea de productos importados y la apertura de locales en shoppings. "Como siguiente paso aspiramos a posicionarnos como una de las primeras marcas de decoración en Argentina en implementar franquicias", revela Pedro.
El balance de 2025 es positivo para esta empresa familiar que supo combinar tradición emprendedora con innovación en el mercado. "Fue un año de consolidación y solidez para la empresa, algo que hasta ahora no habíamos sentido plenamente", concluye Santiago.