"Cerramos todo. En dos meses van a ver cosas que no van a poder creer", responden desde YPF ante la consulta por el resultado de las reuniones del CEO Horacio Marín con los principales directivos de Shell, ENI, Exxon, Samsung y Wisor, las compañías más grandes del negocio del GNL a nivel global.
La primera fue con Shell, el miércoles al mediodía en Milán. Luego fue el turno de ENI por la noche, posteriormente con los fabricantes de barcos Wison y Samsung y finalmente con ExxonMobil, quien no va a regresar a invertir en la Argentina, pero sí están muy avanzadas las charlas para que se convierta en comprador del gas del proyecto. O, como se dice en la jerga petrolera, en off-taker.
En este caso, el interés de Exxon pasa por conseguir un proveedor de gas de Sudamérica, que hasta ahora no tienen, para poder arbitrar ineficiencias de precios en una región de acuerdo a cómo viene la demanda en cada país según el invierno o eventuales sequías que reduzcan oferta hidroeléctrica y disparen la necesidad de gas.
Por el lado de los casos de ENI y Shell, las firmas guardan silencio, pero reconocen que se trata de un proyecto muy importante para su cartera. Tal es así que, en el stand de ENI, muestran un video de la firma del acuerdo con YPF donde la capacidad de producción de los dos barcos a construir (12 MPTA entre ambos) más que cuadriplica sus otros proyectos flotantes como los del Congo (2,4 MPTA) o Mozambique (3,4 MPTA).
En YPF tampoco buscan dar demasiados detalles del tema, pero sí confirman que serán tres barcos licuefactores. Lo que ponen en duda es la capacidad, con cierta sonrisa que da cuenta de que podría ser más grande de lo que se piensa.
Otra de las novedades es que, para aumentar la rentabilidad y hacer más resiliente al proyecto ante precios más bajos, se perforará en áreas de "wet gas" (gas húmedo), cuya producción vendrá acompañada de petróleo.
De esta manera, piensan casi duplicar la facturación con ventas por 200.000 millones de dólares en gas y 150.000 millones de dólares en petróleo en un lapso de 20 años. Son unos 7.500 millones de dólares de exportación de petróleo por año adicionales que no estaban previstos y que requerirán la construcción de un nuevo oleoducto paralelo al VMOS con una capacidad mayor a los 100 mil barriles día.

Los barcos fábrica
Una de las características más particulares del proyecto es que, en vez de hacer una planta en tierra (onshore), serán barcos licuefactores, pero con un tamaño muy superior al promedio de las unidades flotantes que existen en la actualidad.
"Es una tendencia de la industria, están todos yendo al floating LNG porque es mucho más rentable. No va a haber más plantas onshore salvo en Qatar", dicen desde YPF.
En este mercado hay dos empresas que hegemonizan casi la totalidad del market share: Wison y Samsung. La primera trabaja con ENI desde hace muchos años y tiene todos los números para fabricar esas dos unidades.
Además del barco, la empresa china también ofrece la ingeniería, la construcción, la instalación, los servicios de comisiones y trabaja para conseguir parte del financiamiento.
Se calcula que cada barco podría costar unos 3.000 millones de dólares y tarda unos 33 meses en la construcción más el transporte hasta la Argentina (remolcado porque no posee motor) y la puesta a punto.