Cómo cotizó el nuevo bono en pesos para extranjeros en su debut
El Bonte 2030 llegó a convertirse en el segundo título más operado de la rueda, ya que superó los $40.000 millones de volumen. La colocación impactó en las reservas, que subieron US$ 1.100 millones.

El nuevo Bonte 2030, el bono emitido por el Tesoro Nacional para recaudar US$ 1.000 millones de inversores extranjeros, debutó este miércoles en el mercado, y lo hizo con gran éxito.

El título, con ticker TY30P, se licitó con una tasa nominal anual (TNA) del 29,5% que superó todos los pronósticos. De hecho, según Francisco Mattig, gestor de cartera en One618, contemplando la tasa efectiva anual (TEA) de casi el 32%, quedó "cómodamente" en los dos dígitos en términos reales, más arriba que lo ofrecido por la curva CER para esa duration.

Por esta razón, apenas salió a cotizar, el Bonte 2030 comenzó a operarse muy sobre la par, por encima de los US$ 113. Y aunque luego retrocedió ligeramente hasta los US$ 113 y finalizó en US$ 108, quedó clara la alta demanda del mercado por el nuevo instrumento financiero. En consecuencia, la tasa se comprimió hasta el rango del 27%

"El mercado valorará este bono como si venciera en mayo de 2027 (cuando podría ejercerse la opción de venta antes de las elecciones, evitando el riesgo similar al de Macri en 2019). Adicionalmente, el valor de la opcionalidad radica en extender el vencimiento más allá de 2027, y estará principalmente vinculado a las probabilidades de reelección de Milei", detallaron desde Adcap Grupo Financiero.

 

"Sumamos la recomendación de ingresar al nuevo Bonte 2030, para el cual esperamos un retorno del 27% al 41% hacia fin de año bajo un escenario optimista, asumiendo una mejora en las expectativas respecto al resultado electoral, combinada con cifras de inflación bajas que permitan un tipo de cambio estable, aunque se debe esperar cierta volatilidad", añadieron.

En este contexto, el Bonte 2030 llegó a convertirse en el segundo título más operado de la rueda, ya que superó los $40.000 millones de volumen. El motivo fue claro. "La expectativa de que haya próximas reaperturas offshore de este instrumento dada la necesidad del Banco Central de acumular reservas para el cumplimiento de la meta con el Fondo Monetario Internacional (que finalmente parece que se postergaría para finde de julio), lo vuelven un instrumento con liquidez y demandado por el mercado", relató Alan Versalli, analista en Cocos Capital.

Vale recordar que el punto más interesante de este activo no es que permitió sumar US$ 1.000 millones a las reservas del Banco Central, que cerraron el miércoles cerca de los US$ 39.000 millones, sino que sirvió para dar un paso más hacia la salida a los mercados internacionales.

Leonardo Anzalone, director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), mencionó que el Tesoro pudo "testear el apetito externo sin asumir riesgos cambiarios y, al mismo tiempo, reforzar la credibilidad de cara a una eventual emisión en moneda dura". "Por lo tanto, aunque hoy todavía no se den las condiciones para una colocación en dólares a gran escala, esta emisión podría leerse como un ensayo preliminar de una estrategia más amplia de normalización financiera", concluyó el experto.