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Rolls-Royce rinde homenaje a la cultura clásica de los videojuegos con su última
Lifestyle

Rolls-Royce revive los arcade de los 80 con un auto de lujo inspirado en Space Invaders y Pac-Man

Jim Gorzelany

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Con guiños visuales a los clásicos de 8 bits y una personalización que apunta directo a la nostalgia, la marca británica apunta a quienes crecieron entre fichines y ahora buscan darse un gusto sin mirar el precio.

27 Noviembre de 2025 07.53

A comienzos de los años 80, los videojuegos vivieron su época dorada, sobre todo en las máquinas recreativas, que consumían monedas a un ritmo imparable. Títulos como Space Invaders, Pac-Man y Donkey Kong estaban por todos lados: en bares y salones recreativos de shoppings, donde los jugadores más fanáticos se disputaban el orgullo de aparecer en los rankings de puntuación. 

Esos registros se publicaban —y todavía se publican— en la que fue la sala de juegos más emblemática del país: Twin Galaxies, en Ottumwa, Iowa. Al mismo tiempo, los videojuegos para el hogar empezaban a ganar terreno. Las consolas Atari 2600 y Mattel Intellivision encabezaban la llegada de los 8 bits a las casas estadounidenses.

Más de cuarenta años después, Rolls-Royce homenajea a la cultura clásica de los videojuegos con una edición personalizada de su sedán de lujo: el Black Badge Ghost Gamer. La apuesta no es casual. Aquellos jóvenes que pasaban horas en los shoppings durante los años 80 y que luego hicieron carrera, hoy tienen la edad —y posiblemente el dinero— para revivir esos años en un auto de altísima gama que cuesta lo mismo que una casa familiar.

Ghost
Ghost

La automotriz sostiene que el Ghost Gamer toma inspiración del interés por los objetos de colección de lujo de las décadas del 70 y 80. También cree que sus clientes podrían convertirse en referentes dentro de esta tendencia. Está claro que se necesita mucha pasión —y una billetera generosa— para gastar semejante suma en un modelo de líneas clásicas, decorado con gráficos originales y referencias a los videojuegos de 8 bits. Según la marca, este modelo podría ser el primero de una serie Bespoke dedicada a la cultura gamer clásica.

¿Qué hace falta, entonces, para transformar un elegante Black Badge Ghost en el auto definitivo para un fanático de los videojuegos?

Para empezar, tiene una pintura exterior bicolor exclusiva: Azul Salamanca con la parte superior en Negro Cristal sobre Diamante de alto brillo. Según Rolls-Royce, ese acabado busca recordar el estilo metálico y neón de las máquinas recreativas que marcaron una época. En los laterales se destacan figuras verdes pintadas a mano del "Alienígena Travieso", una explosión rosa de ocho bits en uno de los lados y otra amarilla y azul del otro. El modelo también incorpora el clásico adorno iluminado en el capó, el "Espíritu del Éxtasis", junto con la parrilla del Panteón —también iluminada—, pinzas de freno negras y llantas forjadas Black Badge de 22 pulgadas con siete radios.

Rolls-Royce Ghost personalizado
 En los respaldos delanteros se lee "Jugador 1" y "Jugador 2", mientras que en los traseros figuran "Jugador 3" y "Jugador 4", todo con tipografía retro.

Por dentro, el Black Badge Ghost Gamer ofrece asientos de cuero bicolor, con un acabado de alta calidad y colores vibrantes que remiten a los monitores antiguos. En los respaldos delanteros se lee "Jugador 1" y "Jugador 2", mientras que en los traseros figuran "Jugador 3" y "Jugador 4", todo con tipografía retro. Además, hay detalles ocultos en la mesa plegable trasera y en un lateral de la salida de aire delantera, donde usualmente no se ve nada.

El techo Starlight, con un diseño astronómico, muestra bases láser y una nave de combate formada por 85 estrellas, todo hecho a mano con luces de fibra óptica. La escena, que recuerda al estilo de Space Invaders, incluye simulaciones de disparos láser que animan la cubierta del techo. Los estribos iluminados en las cuatro puertas también rinden homenaje a los videojuegos clásicos, con mensajes como "Pulse Start", "Cargando", "Subir de nivel" e "Insertar moneda".

Ghost
Ghost

Todavía no se anunció el precio, pero si hay que preguntar, probablemente no se pueda pagar la actualización Ghost Gamer sobre la base del Black Badge Ghost, que parte de los US$ 420.000.

Es probable que los problemas de licencias hayan impedido que el Black Badge Ghost Gamer incluyera personajes reales de videojuegos. Por ejemplo, unas franjas laterales con Pac-Man comiéndose una línea de puntos mientras escapa —como tenía que ser— de los cuatro fantasmas del arcade: Blinky, Pinky, Inky y Clyde. También podría haber aparecido Mario (en ese entonces, conocido como Jumpman) esquivando barriles lanzados por Donkey Kong, todo sincronizado con la velocidad del auto en la pantalla del tablero. ¿Y por qué no sumar un par de juegos clásicos integrados al sistema de infoentretenimiento, para entretenerse mientras el vehículo está estacionado?

Y sí, siempre queda la versión 2.0.
Game Over

 

Nota publicada por Forbes US

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