Forbes Argentina

Destinos que esconden algunas de las mejores joyas del vino

21 Noviembre de 2025 06.09

Tom Mullen

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Entre montañas, costas volcánicas y rincones olvidados, productores locales sorprenden con etiquetas que desafían preconceptos y ofrecen experiencias inolvidables para amantes del buen beber. Cuáles probar en Argentina.

Garnacha de las afueras de Madrid

En los alrededores de Madrid se encuentran varias subregiones vitivinícolas, como Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias. En 2019, se sumó El Molar. Todas ellas integran la denominación Vinos de Madrid. Como escribí en 2018, "Esta es una tierra de criaderos de cerdos y cabras sueltas, jabalíes, olivares, laderas de granito y vistas cautivadoras de la sierra de Gredos".

En esta zona hay unas cincuenta bodegas, que cultivan principalmente uvas Garnacha, seguidas por Tempranillo. Lo llamativo es cómo muchas de estas Garnachas privilegian la sutileza por sobre la fuerza. Algunas son inusualmente ligeras y presentan características sutiles que recuerdan a los Pinot Noir de Borgoña.

En Argentina, un excelente exponente de Garnacha es el Capítulo Dos Garnacha de Bodega Ruca Malén. Elaborado 100 % con esta uva en los viñedos de Gualtallary y Villa Bastías, en el Valle de Uco (Mendoza) a unos 1.050 msnm, este vino se distingue por su color rojo rubí pálido, aromas de frutas rojas silvestres junto a notas de hierbas y especias, y en boca presenta una entrada jugosa con buena acidez y taninos suaves que dan paso a un remate mineral. 

Región montañosa al sur de Madrid, España
 

Carignan del sur de Cerdeña

Los vinos elaborados con uvas Carignan en la isla de Sant'Antioco —una subisla ubicada al suroeste de Cerdeña, Italia— pueden ser fragantes, intensos, con capas de sabor y aromas salvajes que remiten al monte bajo, además de notas de torta de chocolate, cerezas negras y un perfil carnoso. También muestran taninos suaves, bien integrados con la fruta. Como escribí tras mi visita: "Sabores a fruta negra madura e intensa: imagínese un Sangiovese con la estructura de un Syrah". El Carignan local también combina bien con pescado y, si el maridaje es con atún rojo de temporada, es una delicia.

En Mendoza, la Carignan encuentra una expresión muy interesante en el Alma Gemela Carignan de Onofri Wines, procedente de viñedos ubicados en el Desierto de Lavalle, Mendoza (IG Desierto de Lavalle). El vino se elabora 100 % Carignan, proveniente de suelos pobres y arenosos con cosecha manual y partida limitada.

Areni Noir de Armenia

De las más de 400 variedades autóctonas que se cultivan en el país, solo 31 se destinan a la elaboración de vino. La Areni Noir —o simplemente Areni— es la que predomina.

Como escribí hace muchos años: "El vino elaborado con la uva Areni es un tanto camaleónico: imagínese un Merlot mezclado con Pinot Noir, o un Syrah fusionado con la vibrante energía de un Ökügözü. La Areni puede ser delicada y seductora, o bien extrovertida e imponente. Piense en cerezas y especias: la vivacidad de un Carménère con la seguridad y la delicada estructura de un Beaujolais cru. En él se combinan carácter y suavidad, vivacidad y dulzura, versatilidad y confianza. Es más sutilmente seductor que abiertamente coqueto. Es más 'Penny Lane' de los Beatles que 'Satisfaction' de los Rolling Stones, más chuletas de cordero que solomillo a la parrilla, aunque solo ligeramente. Más propio de la margen derecha que de la izquierda de Burdeos, más del valle del Ródano que de Cahors".

Si bien no existe una versión argentina, Karas funciona como un puente secreto entre raíces milenarias y la inmensidad patagónica. Bodega del Fin del Mundo -propietaria del proyecto en Armenia- trae al país su Karas Classic 100% Areni, elaborado en el histórico Valle del Ararat. Ese ida y vuelta entre ambas orillas construye un vínculo que enlaza el "principio del mundo", donde nació la viticultura, con el "fin del mundo" patagónico.

Bodega Karas, Valle de Ararat, Armenia
Bodega Karas, Valle de Ararat, Armenia

Los blancos de las Azores maridados con mariscos

Durante unas vacaciones de invierno en 2009, pasé una semana en las Azores y probé sus vinos blancos, llenos de energía. Desde entonces, la producción de blancos en este archipiélago formado por nueve islas creció un 1500 %. En la imponente isla portuguesa de Pico, ubicada en pleno Atlántico, se elaboran vinos blancos a partir de uvas Arinto, Verdelho y Terrantez do Pico —con niveles de acidez decrecientes en ese orden—, además de la Fernão Pires. Estos vinos combinan a la perfección con mariscos: desde lapas, pulpo, camarones y percebes, hasta pescados como medregal, atún, pez espada, mero o dorada.

En el mercado local, la Verdelho encuentra una interpretación singular en el Cristóbal Orgánico Verdelho de Bodega Don Cristóbal, procedente principalmente de viñedos propios ubicados en Luján de Cuyo y Rivadavia, Mendoza. Este vino 100 % Verdelho, una cepa de origen portugués poco habitual en el país, se elabora bajo agricultura orgánica, con vinificación en tanque de acero inoxidable, seguida de 3 meses de contacto con lías para aportar textura.

Isla de pico
 

Vinos dulces de Monbazillac, Francia

Los vinos dulces de Sauternes, en el suroeste de Francia, son conocidos por su riqueza y su gran capacidad de guarda. Sin embargo, a unos 100 kilómetros al noreste, cerca de Bergerac, los vinos dulces elaborados en los alrededores de Monbazillac —denominación de origen reconocida en 1936— ofrecen una excelente relación calidad-precio y suelen ser deliciosos.

Esta región, que no fue incluida en la célebre clasificación de vinos de Burdeos de 1855, tiene suelos con menor contenido calcáreo que los de Sauternes y recibe menos lluvias. Sus numerosos valles escarpados favorecen mañanas húmedas y brumosas, en parte gracias a la influencia de los ríos Dordoña y Gardonette. Ese microclima permite que se desarrolle el hongo Botrytis cinerea —conocido como podredumbre noble—, que reduce la humedad de las uvas, las arruga y concentra su acidez y azúcares. Los vinos de Monbazillac suelen tener aromas florales, frutales y melosos. En boca, pueden aparecer notas de vainilla y tostado, producto de la crianza en barrica. Predomina la uva Semillon, mientras que la Muscadelle puede aportar toques especiados o mentolados, y la Sauvignon Blanc refuerza la acidez. Una copa de Monbazillac dulce puede ser un verdadero placer, sin necesidad de gastar una fortuna.

Si hablamos de vinos dulces de este estilo, el Esencia Durigutti (Blanco Dulce Natural Botritizado) es un gran ejemplar. Elaborado en Ugarteche, Mendoza, este blanco de partida única (por ahora) de Durigutti Family Winemakers es un corte de 50 % Chardonnay, 30 % Semillón y 20 % Gewürztraminer, proveniente de uvas botritizadas (bien al estilo Sauternes) y luego criado bajo sistema solera entre 9 y 10 años en barricas de roble francés.

Vinos cooperativos de Terlan y Andriano, en el norte de Italia

Durante 130 años, la aplicación estricta de normas para los viticultores de dos cooperativas ubicadas en la región de Trentino-Alto Adigio dio como resultado la producción colectiva de vinos de alta calidad. En 2008, ambas se fusionaron y formaron Cantina Terlano.

trentino-alto adige, italy
 

La cooperativa remunera generosamente a los productores cuando la calidad de sus uvas es alta. Además, se aplican indicadores constantes para supervisar el trabajo de 70 viticultores. "Somos una especie de cooperativa de lujo", explicó Klaus Gasser, director de ventas y marketing, en una conversación que mantuvimos hace tres años.

Los vinos se elaboran principalmente con Pinot Bianco, seguido por Chardonnay y Sauvignon Blanc. Los Terlaner con crianza prolongada pueden ser notables, con aromas sutiles a peras blancas y manzanas amarillas, y sabores cremosos que culminan en un final rico, con notas de caramelo. Como ya comenté, estos vinos pueden ofrecer "...la finura de un Sauternes y la delicada fruta de un Friuli".

En Argentina prácticamente no existe producción de Pinot Blanco; en su lugar, la cepa que se desarrolla y vinifica es la Pinot Gris, conocida internacionalmente por su versatilidad y frescura. En este contexto, la Pinot Gris encuentra una interpretación destacada en Piedra Negra, bodega que convirtió a esta variedad en un sello propio del Valle de Uco (IG Los Chacayes, Mendoza). Su versión "Reserva Pinot Gris" se elabora 100 % con esta uva, con fermentación parcial en barrica y crianza sobre lías que aporta volumen y complejidad, mientras que la línea "Alta Colección Pinot Gris" busca un perfil más fresco y ligero, fermentado íntegramente en acero inoxidable.

Vinos suizos

Esta categoría abarca una amplia variedad de vinos, pero hay un dato que los distingue: Suiza exporta menos del 2 % de su producción. El país cuenta con seis regiones vitivinícolas y 240 variedades de uva, aunque cuatro concentran la mayor parte de la cosecha: Pinot Noir, Chasselas, Gamay y Merlot.

Una de las menos conocidas, la Petit Arvine, originaria del cantón de Valais, también ofrece vinos deliciosos. Su perfil combina notas frutadas y florales con un fondo mineral y un toque salino. El Chasselas, en su versión blanca, puede mostrar aromas de flores, manzana y miel. En el sur del país, el Merlot suele destacar por su elegancia y fineza. Otras uvas como Humagne Rouge, Diolinoir y Freiburger también se utilizan para elaborar vinos de gran calidad. Esta última es tan poco común que no se exporta ningún vino producido con ella.

En el espejo argentino, la Patagonia también ofrece una lectura propia de este estilo frío y preciso. Un ejemplo es Piedra Parada Red Blend Merlot-Pinot Noir, de Patagonian Wines, un corte poco habitual en el país, pero muy coherente con el perfil helado de Chubut. La unión de Merlot y Pinot Noir dialoga con dos de las variedades más extendidas en Suiza, y en este caso encuentra en el sur argentino un clima que potencia su frescura natural, sus aromas nítidos y una expresión delicada que refleja el carácter patagónico.

Blancos y rosados Pecorino y Cerasuolo D'Abruzzo, Italia

La región de Abruzzo, en el este de Italia, es conocida por sus vinos blancos elaborados con Trebbiano d'Abruzzo y sus tintos a base de Montepulciano d'Abruzzo. Sin embargo, los vinos blancos hechos con uva Pecorino son menos conocidos y merecen atención. Suelen tener una acidez marcada, con un perfil preciso pero cremoso. En boca, pueden recordar a manzanas verdes, nectarinas, manteca, menta silvestre y una nota salina característica.

photo by deagostini - getty images
 

Por otro lado, los rosados oscuros conocidos como cerasuolo —nombre que alude al sabor a cereza— se elaboran con al menos un 85 % de uvas Montepulciano d'Abruzzo. A pesar del color intenso de la variedad, se obtiene mediante una maceración breve. El resultado: vinos con aromas a cerezas y rosas, versátiles y aptos para múltiples combinaciones. Maridan bien con platos como brochetas de cordero o sopa de pescado.

En su versión local, el espíritu de Abruzzo encuentra un eco inesperado en Mendoza de la mano del espumoso Macanudo Bianco di Rosse de Pumalek, a pesar de que no comparte la cepa Pecorino ni el color del cerasuolo abruzzese. La bodega Pumalek, con raíces italianas firmemente ancladas en su viñedo de Lambrusco Grasparossa, encarna esa pasión europea por lo tradicional y lo distinto. Y, al igual que los blancos de Pecorino de Abruzzo, el Macanudo Bianco se apoya en un balance claro de frescura y estructura.

 

*Con información de Forbes US.

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