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Agotamiento digital
Liderazgo
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El cansancio no viene solo de mirar pantallas, sino de la exigencia constante de responder, alternar tareas y lidiar con herramientas que nos desgastan sin que lo notemos. Cambios simples pero profundos para recuperar foco y energía.

29 Diciembre de 2025 10.27

El agotamiento digital no se trata solo de pasar demasiado tiempo frente a una pantalla. Es una fatiga que se acumula con el ritmo constante de cambios, las notificaciones que no dan tregua y la sensación de estar siempre conectados, aunque rara vez presentes del todo.

Paul Leonardi, autor de Agotamiento Digital: Reglas Simples para Reclamar tu Vida, investigó durante años cómo la tecnología impacta en nuestra energía, nuestra capacidad de concentración y nuestro bienestar. En una charla reciente, explicó que el problema no son los dispositivos en sí, sino la manera en que están diseñados para captar nuestra atención y dispersarla.

“En realidad, mi punto de vista es bastante diferente”, dijo Leonardi. “El problema, sin embargo, es que la forma en que se diseñaron estas tecnologías, la forma en que nos distraen, la forma en que dirigen nuestra atención en diferentes direcciones y lugares, la forma en que despiertan nuestras emociones, la forma en que parecen mostrarnos una imagen completa cuando en realidad solo nos muestran fragmentos, son todos los factores que estas herramientas hacen que realmente provoquen esta sensación de agotamiento que tanta gente me ha descrito a lo largo de los años”, agregó. 

Según el investigador, el diseño mismo de estas plataformas genera un estado de alerta constante que desgasta. La fragmentación de la atención y la estimulación emocional permanente terminan afectando nuestra capacidad para concentrarnos, descansar y sentirnos realmente presentes.

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 El problema no son los dispositivos en sí, sino la manera en que están diseñados para captar nuestra atención y dispersarla.

Leonardi propone ocho reglas para recuperar el control. Estos son los principales puntos que surgieron en la charla:

Regla 1: Dejá de usar la mitad de tus herramientas

“Hay un enorme esfuerzo oculto al tener que cambiar entre múltiples herramientas y aplicaciones, no solo a diario, sino casi minuto a minuto”, explicó Leonardi. “Reducir la cantidad de cambios entre plataformas nos evita tener que lidiar con el cambio y la intervención constantes que conllevan estos diferentes tipos de herramientas”, señaló.

Según el autor, limitar la cantidad de plataformas que usamos puede mejorar el foco y disminuir la sensación de agotamiento provocada por los saltos permanentes entre entornos digitales.

Regla 2: Hacé una combinación

Dr. Paul Leonardi
Paul Leonardi, autor de Agotamiento Digital: Reglas Simples para Reclamar tu Vida, investigó durante años cómo la tecnología impacta en nuestra energía, nuestra capacidad de concentración y nuestro bienestar. 

La clave, según Leonardi, está en tomarse un momento para evaluar si la herramienta que usamos está realmente a la altura del problema que queremos resolver. Comparar la complejidad de la tarea con lo que cada herramienta puede ofrecer permite elegir con más criterio y, al hacerlo, se reduce el agotamiento digital.

Regla 3: Agrupar tareas, no saltar entre ellas

Agrupar tareas similares permite enfocarse en un solo tipo de trabajo, completarlo y recién entonces pasar al siguiente. En cambio, la transmisión —es decir, cambiar todo el tiempo entre distintos tipos de tareas, flujos e información— nos obliga a reconfigurar el pensamiento una y otra vez. Las investigaciones muestran que este modo de trabajo resulta mucho más agotador.

Regla 4: Esperá una hora, un día, una semana

Estamos acostumbrados a recibir y dar respuestas al instante, o al menos sentimos que los demás lo esperan. Pero frenar ese ritmo ayuda. Esperar reduce la velocidad de las interacciones y, muchas veces, los problemas se resuelven solos si se les da un poco de tiempo.

Regla 5: No des por sentado lo que no sabés

¿De verdad tenemos tanta información como creemos? En realidad, solo accedemos a una parte seleccionada del panorama. Eso nos lleva a suponer intenciones, motivos o decisiones de los demás sin conocerlos, lo que genera tensiones innecesarias. Para Leonardi, muchas veces el agotamiento digital proviene de ese desgaste emocional constante que causan las suposiciones.

Regla 6: Actuá con intención

Los dispositivos y sus plataformas están pensados para captar nuestra atención. Por eso, una de las claves es recordar por qué abrimos el celular o por qué nos sentamos frente a la computadora. Tener claro el propósito evita que terminemos atrapados en un uso automático y agotador.

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Según el autor, limitar la cantidad de plataformas que usamos puede mejorar el foco y disminuir la sensación de agotamiento provocada por los saltos permanentes entre entornos digitales.

Regla 7: Mirá más allá de lo obvio

“Una de las mejores cosas que podemos hacer cuando estamos en nuestros entornos online es encontrarnos con nueva información y conocimiento que nos haga felices y nos brinde nuevas habilidades o lecciones que podamos usar”, dijo Leonardi. Detectar oportunidades de aprendizaje o descubrimiento ayuda a que el tiempo frente a la pantalla tenga un sentido más positivo.

Regla 8: Estar acá, no allá

Pasar de una tarea a otra sin pausa es una fuente directa de fatiga y sobrecarga digital. Como personas, no estamos hechos para hacer varias cosas al mismo tiempo. El valor de cada interacción está en la presencia plena y en el compromiso con lo que tenemos delante.

El mensaje de Leonardi es claro: el agotamiento digital no se soluciona con una desintoxicación de fin de semana ni con una pausa momentánea. Hace falta tomar decisiones conscientes sobre cómo usamos las herramientas, cómo las ajustamos a lo que necesitamos hacer y, sobre todo, cómo recuperamos nuestra presencia en un entorno pensado para dispersarnos.

Como él mismo lo dijo: “Si pudiéramos recordar que los datos que tenemos no dicen más de lo que muestran… entonces lo haremos mejor y reduciremos nuestro agotamiento”.

En un tiempo marcado por la distracción permanente, tal vez recuperar nuestras vidas no pase por desconectarnos, sino por volver a conectarnos con intención.

Nota publicada por Forbes US

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