En un contexto donde más del 50% de las empresas argentinas no tienen acceso a tarjetas de crédito o enfrentan líneas muy limitadas, Cristian Adamo, Gisela Belazio, Juan Pablo Picasso y Ariel Peralta Aliano buscan transformar el manejo financiero corporativo. Con un desembolso inicial de US$ 500.000 aportado por inversores ángeles, Kuru apunta a ser una herramienta para pequeñas y medianas empresas (pymes) y grandes organizaciones que enfrentan dificultades para gestionar sus fondos de manera eficiente.
La startup ayuda a emitir tarjetas prepagas, en formato físico así como en digital, que solo pueden ser utilizadas para fines específicos, minimizado el tiempo y el dinero que las empresas destinan al control y rendición de gastos.
Adamo, CEO y cofundador, tiene una historia que lo posiciona como un emprendedor serial. Luego de pasar ocho años en Estados Unidos fundando y vendiendo empresas, regresó a Argentina en 2011 para continuar su carrera y fue nombrado emprendedor Endeavor. Con un Master en Management of Technology del MIT y una sólida experiencia en fusiones y adquisiciones, este arquitecto de formación y exCEO en Bibam Group (Avantrip, QuieroViajes, Biblos) y otras empresas decidió volver a emprender, esta vez con el propósito de simplificar la administración de gastos corporativos.
En Argentina, se estima que el 35% de las pymes bancarizadas no tiene acceso a tarjetas de crédito, una problemática que Adamo y su equipo identificaron tras analizar el mercado. Esto los motivó a desarrollar una plataforma que permite gestionar gastos mediante tarjetas prepagas, sin depender de las líneas de crédito tradicionales. A través de esta herramienta, las empresas pueden fondear las tarjetas en tiempo real, facilitando tanto la emisión como la acreditación de fondos de manera instantánea.
Este modelo ofrece flexibilidad y una capa de control y transparencia, que reduce los costos operativos. Según datos compartidos por la empresa, las entidades privadas y públicas en Argentina invierten entre 200 y 400 horas anuales en tareas administrativas relacionadas con la auditoría de gastos, mientras que los equipos financieros dedican hasta el 10% de su tiempo a controles operativos.
Kuru busca reducir estas ineficiencias mediante reglas de aprobación automatizadas que restringen los gastos antes de que se realicen, reduciendo también la posibilidad de errores y fraudes, que afectan al 19% de los reportes de gastos de viaje.Además, las tarjetas y reglas se pueden utilizar para brindar beneficios corporativos segmentados para los colaboradores, sin gestión de múltiples proveedores y en pocos clics.
La startup comenzó a dar sus primeros pasos en abril de 2023, levantó capital en mayo y en cuatro meses el equipo logró desarrollar el producto. Hoy, ya cuenta con algunos clientes, y está en conversaciones para cerrar acuerdos con otras compañías. "Mi experiencia armando empresas me enseñó que tener un cliente ancla es clave para darle credibilidad a la marca", señaló Adamo, destacando la importancia de establecer alianzas estratégicas para el crecimiento de la compañía. Ya están en negociaciones con potenciales clientes clave.
Con solo un mes en el mercado, Kuru cuenta con un equipo de 11 personas y proyecta un crecimiento acelerado. Para fin de año, espera captar más de 70 clientes, emitir 25.000 tarjetas y procesar 150.000 transacciones. Su objetivo a largo plazo es alcanzar 300 clientes para diciembre de 2025, consolidándose tanto en el sector de pymes como en grandes empresas y entidades públicas.
El modelo de negocio es simple: Kuru cobra entre un 3% y 5% del monto que las empresas depositan en las tarjetas. La flexibilidad de la plataforma permite que los fondos se utilicen solo para los fines autorizados, lo que facilita la delegación de responsabilidades sin perder control. Desde gastos corporativos tradicionales (viajes, almuerzos, combustible) hasta beneficios específicos para empleados (kits escolares, gimnasio, guarderías, entre otros), Kuru ofrece una solución adaptable a las necesidades de cada organización.