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Forbes Argentina
Mariano, Alfa Pampa
Negocios

Alfajores en el exterior: la pyme argentina que vende en EE.UU. y Nueva Zelanda y busca facturar $ 4.000 millones

Laura Mafud

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Alfa Pampa factura hoy $ 3.000 millones anuales y produce 1 millón de alfajores por mes. Cómo la automatización, la diversificación de portafolio y la expansión exportadora son las claves para alcanzar los $ 4.000 millones proyectados para 2026.

17 Diciembre de 2025 08.58

En 2011, con una inversión inicial de US$ 60.000 entre maquinaria, obra y la adquisición de marca, nacía Alfa Pampa. Catorce años después, esta pyme argentina produce alrededor de 1 millón de alfajores mensuales, tiene presencia en 260 ciudades del país, exporta a Estados Unidos y Nueva Zelanda, y proyecta cerrar 2025 con una facturación de $ 3.000 millones.

Desde su fundación, la compañía se financió con capital propio de los socios. "Si bien el crecimiento fue constante desde los inicios hasta el 2024, siempre tuvimos la necesidad de seguir invirtiendo lo que se generaba, como también realizar aportes de los socios para poder incrementar nuestra capacidad productiva", cuenta Mariano Bonaventura, cofundador de Alfa Pampa.

Pero el camino no estuvo exento de desafíos. Este año, marcado por una caída general del consumo masivo en Argentina, por primera vez desde su fundación, la empresa reconoció una caída en sus ventas. "El contexto actual recesivo y la conformación de nuestra cartera de clientes actual (canal supermercados, falta de distribuidores y mayoristas) hizo que 2025 haya sido el primer año que decrecimos desde los inicios de la fábrica", advierte Bonaventura.

A pesar del traspié, la empresa mantiene su apuesta por la expansión. Para 2026, Bonaventura proyecta alcanzar una facturación de $ 4.000 millones, sustentada en tres pilares: automatización, diversificación de portafolio y presencia internacional.

Alfa Pampa
(Foto: Gentileza Alfa Pampa)

Como parte de ese objetivo, Alfa Pampa destinará $ 400 millones a la automatización de procesos clave, principalmente en el final de línea y empaquetado. "Esa inversión nos permitirá automatizar procesos claves para escalar sin perder consistencia y acompañar la demanda local e internacional", detalla el empresario. Adicionalmente, la firma invertirá $ 100 millones en I+D para mantener la innovación en el portafolio.

Hoy Alfa Pampa produce cerca del 29% de su capacidad instalada, que alcanza las 3,5 millones de unidades mensuales. La automatización prevista, junto con la expansión exportadora y un portafolio segmentado que incluye las submarcas Tuki y Miko, además de formatos minis, busca cerrar esa brecha sin comprometer la identidad del producto.

"La tecnología nos ayuda a ser más consistentes, pero la esencia sigue siendo artesanal", sostiene Bonaventura, quien destaca que la empresa mantiene la receta y los procesos que le valieron reconocimientos como la Medalla de Oro 2022.

El alfajor en tiempos de crisis

La caída del consumo obligó a Alfa Pampa a repensar su estrategia. La respuesta fue segmentar la oferta por ocasión de consumo y nivel de precio, sin resignar calidad. "Lo que hicimos fue ofrecer formatos accesibles —como los Miko o los minis— que permiten sostener la frecuencia sin resignar calidad. No competimos por ser los más baratos, sino por el mejor valor percibido", explica el cofundador.

El diagnóstico de Bonaventura sobre el mercado es claro: cuando la crisis se profundiza, el consumo de alfajores no desaparece, pero se polariza. "Cuando la crisis es mayor, los alfajores de precio medio comienzan a decrecer, ampliándose el consumo en los alfajores de muy bajo costo", señala.

Alfa Pampa
(Foto: Gentileza Alfa Pampa)

Para adaptarse a ese contexto, la empresa profesionalizó su gestión interna, revisó procesos y rentabilidad por producto y canal, y ordenó su portafolio. "Hacia adentro, eso implicó profesionalizar la gestión y medir mejor la rentabilidad por producto y por canal; hacia afuera, diversificar clientes, fortalecer la presencia federal, apostar a exportaciones", resume.

Nuevos productos y mercados

Alfa Pampa no se limita a los alfajores. Para 2026, la compañía planea lanzar bombones frutales, cereales bañados y otras categorías que, según Bonaventura, "amplían momentos de consumo y nos permiten entrar en otras conversaciones gastronómicas". La empresa ya desarrolla galletitas, frutos secos bañados y formatos para gifting.

En el plano internacional, además de Estados Unidos y Nueva Zelanda, la firma evalúa expandirse a otros mercados de Sudamérica y a destinos donde el alfajor funcione tanto como souvenir emocional como producto gourmet. El alfajor fue elegido como la mejor galleta del mundo, según rankings internacionales como el de Taste Atlas.

Mariano, Alfa Pampa
Mariano Bonaventura, cofundador de Alfa Pampa.

Al mirar hacia atrás, el empresario destaca tres lecciones sobre escalar una pyme de alimentos en Argentina: "La receta sola no alcanza: el diferencial está en el proceso. Escalar no es fabricar más, es fabricar igual siempre. La consistencia vence a las modas: sostener calidad paga".

Con la vista puesta en el mediano plazo, la visión de la compañía es clara: "Ser un jugador argentino con presencia internacional, reconocido por identidad, consistencia y una receta que emocione adentro y afuera".

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