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José María Sánchez y Adrián Sánchez. Las Medialunas del Abuelo
Negocios

La reinvención de un clásico: cómo Las Medialunas del Abuelo lidera el mercado con 80 locales y ventas por $ 5.800 millones

Cecilia Valleboni Forbes Staff

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José María Sánchez, fundador de la cadena que nació en plena crisis con precios disruptivos, cuenta el plan para su expansión 100% franquiciada. Con una proyección de crecimiento del 20% para 2026, la empresa apuesta a volver a CABA con un nuevo formato eléctrico y una inversión inicial de US$ 25.000.

22 Octubre de 2025 07.33

Las Medialunas del Abuelo es un clásico que, a pesar de las turbulencias económicas y un tiempo de bajo perfil en la Capital Federal, nunca perdió su vigencia. Fundada en julio del 2000 por José María Sánchez, panadero de tercera generación, la empresa celebra su cuarto de siglo con una agresiva estrategia de expansión que busca recuperar el protagonismo en el mismo territorio donde todo comenzó. 

Las Medialunas del Abuelo
En su planta de Mataderos, produce más de 2,1 millones de unidades por mes. 

La marca nació en la antesala de la crisis de 2001, cuando Sánchez decidió transformar su panadería tradicional en Mataderos. La clave fue un cambio radical en el modelo de negocio: dejar de lado los productos que no rotaban y apostar a un "mono producto" de alta salida. "El pan no es negocio, no deja dinero. Lo que deja dinero es la factura y dentro de las facturas, la medialuna nunca falta", explica el fundador de la empresa, en la que ya trabajan sus dos hijos, Carolina y Adrián que son directores. Así, la decisión fue dejar de "subvencionar los muñequitos de torta o las masas finas" que terminaban en la basura y dedicarse 100% a las medialunas que eran un producto que dejaba margen.

Esta simplificación, sumada al uso de materia prima de primera calidad, le permitió salir al mercado con un precio de US$ 1,40 la docena, cuando el promedio era de entre US$ 4 y US$ 5. El primer local, en Belgrano, abrió en julio de 2000 y fue un éxito inmediato. "Mi proyección era en siete meses llegar a vender 200 docenas diarias. Era una apuesta ambiciosa, pero la superamos: en una semana vendía 500 docenas por día y en dos semanas, 800, con solo un local", recuerda. El producto se convirtió en un gusto accesible: "Logramos atraer a un público muy diverso en un contexto totalmente adverso como el que se vivió en aquellos años".

José María Sánchez y Adrián Sanchéz. Las Medialunas del Abuelo
Adrián Sanchéz y José María Sánchez, fundador de Las Medialunas del Abuelo.

El éxito del primer local fue tan resonante que, a los 10 días, ya tenían interesados en replicar el modelo. "No sabía ni cómo calcular el valor de la franquicia", cuenta. Finalmente, las primeras franquicias se otorgaron por US$ 30.000 y comenzó la expansión. La compañía llegó a tener 180 sucursales, e incluso tuvo una incursión en Miami, en Estados Unidos. Sin embargo, durante un tiempo el crecimiento se desaceleró. "Tuvimos un parate en la venta de franquicias, principalmente porque la situación económica no nos permitía ofrecer una proyección clara de inversión y recupero", explica Adrián. "Tuvimos que retirarnos de Capital porque los alquileres eran altísimos y, aunque seguimos trabajando en provincia, eso nos hizo perder visibilidad", añade. 

Producción y ventas

Hoy Las Medialunas del Abuelo cuenta con 80 sucursales. "Estamos abriendo uno o dos locales por mes, decidimos retomar el plan de expansión", cuenta Sánchez. La inversión para una franquicia es de US$ 25.000 con un retorno de inversión estimado en 12 meses, un monto competitivo logrado gracias a que la empresa fabrica sus propios hornos y mobiliario, y no cobra royalties o fee por renovación de contrato. 

Las Medialunas del Abuelo
 

El enfoque de la segunda generación es claro: volver a Capital Federal, adaptándose a la infraestructura urbana moderna. "El nuevo formato es totalmente eléctrico, con hornos especiales que replican el horneado original, pero adaptado a los requerimientos actuales. No hay muchos locales con gas, así que desarrollamos todo para poder operar sin depender de eso", detalla Adrián Sánchez. Esto permite que los locales operen en espacios reducidos (entre 35 y 40 m²) sin necesidad de costosas ventilaciones. 

La compañía tiene una planta en Mataderos y logística propia. De allí, salen todos los días más de 2,1 millones de unidades mensuales y emplea a más de 130 personas. "Hoy tenemos 40 productos, como pepas, budines y algunos otros envasados", cuenta el hijo del fundador.

Sánchez admite también que el contexto de caída de consumo "es desafiante". Además, el sector atravesó en los últimos años un boom de panaderías low cost y despacho de pan. "Veo al sector muy bastardeado. Nosotros, como la primera franquicia de panadería nacional, apostamos a seguir creciendo con calidad", describe. Para este año, la compañía proyecta facturar $ 5.800 millones y la perspectiva es que se incremente un 20% en 2026 por la apertura de nuevas bocas. "En Argentina, el corto plazo es el fin de semana; el 

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