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Otra señal al campo: el Gobierno vuelve a bajar retenciones y promete menos impuestos

Franco Della Vecchia

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La medida mejora los márgenes del agro justo cuando se avecina la temporada de cosecha gruesa. El oficialismo busca impulsar al sector sin desfinanciarse y apuesta a que la suba de las exportaciones compense la caída de la recaudación.

9 Diciembre de 2025 10.06

El Ministerio de Economía anunció una nueva rebaja de las retenciones a las exportaciones agrícolas: la alícuota de la soja pasó de 26 % a 24 %, los subproductos de soja bajaron de 24,5 % a 22,5 %, trigo y cebada de 9,5 % a 7,5 %, maíz y sorgo de 9,5 % a 8,5 %, y girasol de 5,5 % a 4,5 %. Al mismo tiempo, el Gobierno afirmó que aspira a reducir los impuestos lo más posible, e incluso trabajar para eliminar las retenciones.

El ministro de Economía, Luis Caputo, expresó que la medida busca mejorar la competitividad de la agroindustria y reforzar el papel del campo como motor de la economía nacional, responsable de cerca del 60 % de las exportaciones del país. Afirmó que "eliminar las retenciones ha sido siempre una prioridad para el Presidente Javier Milei" y agregó que continuarán con ese camino "en la medida en que las condiciones macroeconómicas así lo permitan".

Las nuevas alícuotas ya son definitivas y aplican a todas las operaciones de exportación en los rubros mencionados. El recorte beneficia especialmente a la cadena de la soja y brinda un alivio sustancial a cereales y oleaginosas. Con esos porcentajes, los productores y exportadores quedarán con un mayor margen de rentabilidad y una menor carga fiscal.

 

Voceros del sector celebraron la medida. La Cámara de la Industria Aceitera‑Centro de Exportadores de Cereales (Ciara‑CEC) consideró que la decisión constituye un "paso muy positivo" y pidió continuar con el esfuerzo para disminuir la carga tributaria sobre el complejo agroindustrial. Por su parte, el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Marcos Pereda Born, sostuvo que bajar impuestos equivale a "más inversión, más empleo y más exportaciones", y dijo que con esta medida el campo recupera parte de su potencia.

El Consejo Agroindustrial Argentino también elogió la reducción de los derechos de exportación. Señaló que el camino del alivio fiscal permitirá que la agroindustria genere más ventas externas, empleo y divisas. Desde el Consejo anticipan una mejora en la rentabilidad que podría traducirse en mayores cosechas y crecimiento en áreas rurales.

El impacto de esa medida puede sentirse ya en los próximos meses. Con menores retenciones, los productores podrían destinar más recursos a insumos, maquinaria y contratación de mano de obra. Eso permitiría aumentar la producción con menores costos y mejorar la competitividad en mercados internacionales, donde los precios se miden en dólares.

Para el Estado, la baja de ingresos por retenciones representa un riesgo fiscal. Pero el Gobierno confía en que la mayor actividad del sector agropecuario compense esa brecha mediante un aumento de las exportaciones y de la recaudación indirecta. Caputo admitió que cada paso dependerá de la marcha de la economía, por lo que la eliminación total de retenciones no será inmediata sino gradual.

soja
 El recorte beneficia especialmente a la cadena de la soja y brinda un alivio sustancial a cereales y oleaginosas.

 

Especialistas en agroindustria destacan que esta baja fiscal llega en un momento clave, con una demanda mundial de cereales y oleaginosas. Esto podría impulsar exportaciones argentinas. También señalan que el alivio beneficiará a productores de pequeña y mediana escala, quienes afrontan costos elevados de insumos y aspiran a mejorar su margen de ganancia.

Al mismo tiempo, hay observadores que advierten sobre la necesidad de garantizar controles sanitarios, la calidad del producto y una logística portuaria eficaz. Aseguran que, sin esas mejoras, una reducción de impuestos puede no traducirse en aumentos de producción o de exportaciones. Para ellos, la retención de puestos de trabajo y el desarrollo regional también pasarán por inversiones en infraestructura, caminos rurales y puertos.

La medida marca un nuevo capítulo en la relación entre el Estado y el campo. Con esta baja, el Gobierno envía una señal clara a los productores: apuesta a un esquema de menor presión tributaria para reactivar la ruralidad, generar empleo y fortalecer la presencia argentina en mercados globales. El sector agropecuario tiene una oportunidad de crecer, aunque dependerá de factores económicos, logísticos y ambientales. El escenario quedó abierto a lo que puede ser un renacer del agro con menos impuestos, más producción y mayor rendimiento exportador.

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