La calificadora de riesgo Moody's Ratings mejoró la calificación crediticia de largo plazo de Argentina de Caa3 a Caa1, modificando además la perspectiva de positiva a estable. La decisión se apoya en un conjunto de reformas económicas recientes que, según la agencia, reducen el riesgo de eventos crediticios y apoyan la estabilidad externa del país. La decisión, que se conoció a media tarde y tuvo un primer impacto con una suba en los bonos argentinos, podría contribuir a la mejora del ánimo de los inversores respecto de la Argentina en el volátil contexto internacional-
Entre los motivos centrales del upgrade, Moody's destaca la liberalización progresiva del mercado de cambios y del control de capitales, el nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la incipiente recuperación económica tras seis trimestres consecutivos de contracción.
La adopción de un nuevo régimen cambiario —en el que el peso argentino flota dentro de una banda— reemplazó al anterior sistema de "crawling peg", eliminando gran parte de las restricciones distorsivas al acceso al dólar oficial. Esto, sumado a medidas de política fiscal más estrictas y a la desinflación, ha permitido recuperar el crecimiento: el PBI creció 5,9% en el primer trimestre de 2025, y Moody's estima un crecimiento del 4% para este año y 3,5% para 2026.
FMI y reservas
Uno de los pilares de esta mejora es el nuevo acuerdo con el FMI bajo la modalidad de Extended Fund Facility (EFF), que contempla desembolsos por USD 20.000 millones (3% del PBI) en cuatro años. De ese total, USD 12.000 millones ya fueron entregados en abril y USD 3.000 millones adicionales se liberarían hacia fines de 2025. Además, Argentina recibirá USD 6.100 millones de otros organismos multilaterales. A diferencia de programas anteriores, estos fondos no financiarán el déficit fiscal, sino que reforzarán las reservas del Banco Central.
Pese al avance, Moody's advierte que la acumulación de reservas aún depende de flujos externos —como exportaciones mineras y entrada de inversión extranjera directa— más que de una generación interna sostenible, lo que continúa afectando el perfil crediticio del país.
La agencia también reconoce que persisten riesgos importantes. La eliminación total de los controles cambiarios y de capitales deberá realizarse de manera gradual para evitar desbalances macroeconómicos. Asimismo, la mejora en la cuenta corriente se ve amenazada por factores como la revalorización del peso, el repunte del turismo emisor y un menor superávit comercial.
Por otra parte, Argentina sigue enfrentando desafíos estructurales, como una baja resiliencia externa, altos niveles de pobreza y desigualdad, y una débil gobernanza institucional. En este sentido, el informe resalta que el país aún mantiene un Credit Impact Score negativo (CIS-5) debido, sobre todo, a riesgos de gobernanza.
Moody's señala que una nueva suba en la calificación dependerá del progreso sostenido en reformas estructurales que corrijan los desequilibrios fiscales y externos, y de una acumulación consistente de reservas sin necesidad de financiamiento externo. En cambio, un deterioro del entorno macroeconómico, nuevas presiones sobre el balance de pagos o una mayor volatilidad política podrían forzar una rebaja.
Datos destacados de Argentina (2024):
- Inflación anual: 117,8%
- Crecimiento del PBI: -1,7%
- Balance fiscal: superávit primario de 0,3% del PBI
- Cuenta corriente: superávit de 1% del PBI
- Deuda externa: 43,6% del PBI
- PBI per cápita (PPA): USD 29.263
Con esta mejora, Moody's reconoce los avances del gobierno argentino en su programa de estabilización macroeconómica, pero mantiene la cautela ante los desafíos estructurales que aún persisten y que seguirán condicionando el perfil crediticio del país.