La visión de Federico Nano, el creador de Monedero, para construir la nueva infraestructura financiera de América Latina
El emprendedor fundó B2FI, una fintech que desarrolla tecnología para billeteras virtuales y codeblocks para organizaciones. Su visión del ecosistema argentino y por qué Pix, de Brasil, es el gran ejemplo a mirar.

Florencia Radici Forbes Staff

"Construir lo nuevo no es solo una cuestión tecnológica, es una cuestión de visión", asegura Federico Nano, CEO y cofundador de B2FI, una compañía enfocada en el desarrollo de infraestructura financiera embebida en América Latina.

Su recorrido en el ecosistema fintech comenzó en 2012, cuando formó parte del equipo fundador de Monedero, la primera billetera digital de Visa Argentina, anticipando una era de pagos sin efectivo ni fricciones. Desde allí, su carrera quedó marcada por la convicción de que la transformación financiera debía impulsarse desde la tecnología, pero con impacto real en la vida cotidiana.

Nano tiene una experiencia de larga data en el sector financiero y tecnológico. Arrancó a los 18 años en el Banco de Crédito Argentino como analista de negocios en la Corporación de Crédito Argentino, revisando los proyectos tecnológicos, en un área que todavía era muy incipiente, pero  que le permitió meterse de lleno en este mundo y, también, establecer una red de networking que fue clave en los años siguientes, cuando se lanzó como emprendedor (ahí, por ejemplo, conoció a quienes estuvieron en Grupo Roggio, la empresa que adquirió e impulsó Monedero).

En 2003, junto a Ariel Iriarte, crearon Codamation, viendo que "se venía" el mundo de los pagos digitales. El primer proyecto era de pagos QR (en ese momento, había pocos celulares con cámara y, los que la tenían, ni siquiera hacían autofoco). Pero Grupo Roggio decidió invertir en la compañía. En paralelo, en CABA, en el subte se había empezado a usar el Subtepass, una tarjeta magnética que permitía acumular de a 10 viajes. Entonces, decidieron digitalizarlo y así surgió Monedero. "Más allá de haber sido tempranamente jugadores de billeteras, nuestra contribución fue armar cuentas virtuales para poder administrar esos modelos, e integrar esas cuentas virtuales a los usuarios y a los bancos para que con los bancos pudieras recargar la tarjeta", recuerda Nano.

Hoy, los pagos digitales en los medios de transporte son cada vez más utilizados. Monedero fue uno de los sistemas pioneros. 

Grupo Roggio compró el 50% de Codamation y puso al equipo a trabajar full time en Monedero. Fue una revolución en los medios de pago de transporte de esa época, hasta que en el 2013 se vendió a Visa. "Hicimos más de 5 billones de transacciones. Se logró una red de adquirencia propia, con 18.000 puntos distribuidos alrededor del subte. Integramos peajes, bancos, cines, supermercados chinos. En 2009 lanzamos una aplicación y en 2011, una super app, Monedero Online. Pensar en ese momento en un modelo mainstream era como una locura", admite Nano. Llegó a haber 8 millones de tarjetas Monedero, con 5 millones de usuarios activos que transaccionaban 3 o 4 veces por semana.  

Plataforma de plataformas

Tras el cierre de Monedero Online, Nano redobló su apuesta por la innovación en pagos digitales. "Me había quedado una deuda pendiente, que era la internacionalización. Monedero estuvo a punto de convertirse en un producto tanto en Brasil como en México, pero no sucedió", dice. Junto con su equipo, lideró un proceso de inversión acumulada superior a US$ 13 millones, gran parte proveniente del propio rendimiento operativo de sus proyectos. El primer gran paso fue el desarrollo de Nodobanka, una plataforma B2B2C lanzada a través de Callao, con una inversión inicial de US$ 1,5 millones. A eso le siguió una primera ronda de socios inversores que sumó US$ 1,2 millones para impulsar su crecimiento.

En paralelo, avanzaron con la creación de una segunda plataforma B2B Enterprise enfocada en pagos corporativos, desarrollada junto a la empresa Medularis, con otra inversión de US$ 1,5 millones. La historia de estas dos marcas culminó con la adquisición de Medularis por parte de Callao, una fusión estratégica que implicó US$ 4,5 millones adicionales, fondeados íntegramente con ingresos generados por el negocio.

A ese proceso de consolidación se sumó una nueva inyección de capital por parte de un inversor estratégico (US$ 1,5 millones), y una posterior reinversión interna de US$ 3 millones para financiar nuevos modelos de negocio y expandir el ecosistema. "Lo más interesante de este proceso es que la mayor parte del capital no vino de rondas externas, sino del propio negocio. Apostamos a crecer con estructura, escalabilidad y autonomía", explica Nano.

Federico Nano, fundador de B2FI.

Hoy, B2FI nuclea distintas unidades de negocio que permiten a terceros empresas, fintechs, bancos y plataformas operar servicios financieros embebidos. Con operaciones activas en 15 países, B2FI procesa actualmente más de 7 millones de usuarios por mes y trabaja con alrededor de 2.500 empresas. El grupo alcanza hoy una facturación consolidada anual de US$ 10 millones entre sus distintas compañías. "No queremos competir con bancos o fintechs, sino potenciarlos. Ayudamos a llevar las finanzas a los lugares donde todavía no llegan", asegura Nano.

Con respecto a cómo ve el ecosistema argentino, Nano dice: "Miro mucho lo que hizo Brasil con Pix, que es monumental. Fue clave el trabajo que hicieron el Banco Central y que esté atado a políticas de largo plazo. Lo que hizo muy importante Pix es tener una matriz completa de todos los pagos que ocurren en Brasil, que es un país con una bancarización relativamente alta, del 65%. Entonces, crearon esta herramienta que de alguna manera integró al mundo bancarizado y al no bancarizado. Cualquiera que se haya dedicado a los pagos digitales sueña con hacer un modelo así". Por eso, para él vale la pena mirar cómo se armó la interfaz y matriz de pagos del país vecino. "Pero, además, están empezando los primeros pasos de Drex, la moneda digital de Brasil. El país se está preparando no para tener una criptomoneda, sino una moneda digital, que va a servir también para hacer transacciones internacionales", dice. Y añade: "Argentina tiene que mirar este modelo para entender hacia dónde va, sobre todo en relación a quienes integran el ecosistema, esperando que haya una Ley Fintech sólida. Hay que construir puentes entre los bancos y las fintech. Una Ley Fintech fuerte nos debería llevar a un Pix, que nos debería llevar a un Drex. Otros países, como Colombia y México, ya están siguiendo ese modelo también".