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El mercado juguetero: entre la necesidad de importar y los aranceles fuera de escala

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Se estima que la producción local de juguetes ocupa alrededor de un 40% del mercado mientras que el 60% restante proviene de otros países, por lo que se hace necesario importar para cumplir con esa demanda insatisfecha para disponer de productos que jamás podrían fabricarse en Argentina. Sin embargo, un decreto prevé aranceles inadmisibles hasta 2028.

28 Enero de 2022 15.27

Ya sea por una cuestión de escala del mercado, cuestiones técnicas, derechos de propiedad intelectual y una variedad de razones más que se repiten a nivel mundial, el mercado juguetero local depende de los productos importados para satisfacer la demanda.

Tras años de distintas políticas que no han sido fructíferas cabe preguntarse: ¿Por qué un niño en Argentina accede a un juguete importado con un arancel del 35% mientras que en el resto del Mercosur es el 20%? 

La respuesta está en el Decreto 911/21, en su artículo 6, anexo VI, que mantiene hasta el 31/12/28 el nivel arancelario del 35% (máximo consolidado por el país ante la OMC) para el sector Juguetes, mientras que en el resto de Estados Miembro del bloque el nivel es del 20%.

“Esta diferencia impacta directamente sobre los costos y en el precio al consumidor local que contarán con menores posibilidades que los de Brasil, Uruguay y Paraguay para el acceso, adquisición y uso de productos del sector, dado que las diferencias arancelarias mencionadas, provocan un significativo aumento del precio final. Incluso a nivel empresario, este impacto ocasionara que algunas empresas decidan no importar esas novedades pues entienden que sus objetivos de venta no se cumplirían por el elevado precio de venta”, comentan desde AADEJA, Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines.

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La industria nacional, tiene algunos beneficios como los máximos aranceles a la importación, licencias no automáticas y el tratamiento discrecional al momento de solicitarlas aduciendo su carácter de “sector sensible”, a pesar de lo cual continúan operando sin el nivel esperado de competitividad o productividad.

En cuanto a la mercadería importada se le aplican normas y requisitos técnicos de cumplimiento inexcusable para su liberalización aduanera y posterior comercialización, asegurando de este modo la calidad y seguridad del producto.

Para poder lidiar con las mencionadas problemáticas a las que terminan enfrentándose los consumidores y empresarios argentinos, es indispensable implementar ciertas soluciones:

1. Alinear el AEC con los restantes miembros del Mercosur, siendo este de un 20%, rectificando por lo tanto el Decreto 911/21, artículo 6 anexo VI.

2. Constituir un Grupo de Trabajo entre representantes del sector oficial, CAIJ y AADEJA (entidades reconocidas como genuinas referentes del sector), para verificar en detalle la situación del mismo en lo relativo a la posible producción, identificación de productos no factibles de producción local, cantidad real de empleo afectado al sector productivo, nivel de empleo en el sector comercial, y otras características, para que se pueda disponer de un perfil real, actualizado y sostenible del sector en el país.

“E?n todo el mundo conviven sin inconvenientes productos de fabricación local como importados”, finalizan desde AADEJA.

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