El gobierno de Donald Trump todavía no definió si Medicare va a cubrir una nueva línea de tratamientos para bajar de peso, donde aparecen medicamentos como Zepbound y Wegovy. Pero la decisión podría conocerse en poco tiempo, según dijo el Dr. Mehmet Oz, titular de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid.
Durante un evento en el Instituto Aspen, a comienzos de mes, Oz afirmó: "Estos son debates que mueven el mercado" y agregó: "Lo mejor es que todo el mundo los está observando... Solo tenemos que encontrar la manera correcta de hacerlo".
El foco está puesto en si los GLP-1, que cuestan entre US$ 700 y US$ 800, justifican ese precio.
Históricamente, Medicare se negó a cubrir tratamientos para perder peso, al considerarlos "medicamentos para el estilo de vida". La pregunta que se hacen Oz y sus colegas de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) es si el programa debería hacer una excepción con los GLP-1.
Cualquier evaluación objetiva indica que la respuesta es afirmativa.
La actual epidemia de obesidad en Estados Unidos genera un gasto médico estimado en US$ 173.000 millones al año. Si se contemplan los efectos económicos y sociales más amplios, el costo anual para el país asciende a unos US$ 1,4 billones, según el Instituto Milken.
A ello se suma la creciente carga de las enfermedades asociadas con la obesidad. Los trastornos cardiovasculares, como los infartos y los accidentes cerebrovasculares, cuestan más de US$ 233.000 millones anuales en atención médica y otros US$ 184.600 millones por pérdida de productividad. Si la tendencia actual persiste, se proyecta que el impacto económico de las enfermedades cardiovasculares alcanzará los US$ 2 billones en 2050.
Las personas mayores no están al margen de esta epidemia. De hecho, cerca de dos tercios de los beneficiarios de Medicare tienen obesidad o sobrepeso. Los GLP-1 son una de las herramientas más efectivas que se hayan desarrollado para ayudar a perder peso y, con ello, evitar los costos personales, sociales y sanitarios que trae aparejada la obesidad. 
                                                
¿Cuán efectivos son estos medicamentos?
Un ensayo publicado en el New England Journal of Medicine mostró que una versión del GLP-1 llamada semaglutida —comercializada en distintas dosis y formas de administración como Wegovy, Ozempic y Rybelsus— permitió que los pacientes perdieran entre un 10% y un 15%, o incluso más, de su peso corporal en 68 semanas.
Un estudio independiente, controlado con placebo, reveló que quienes recibieron tirzepatida —otro GLP-1 que se vende bajo las marcas Zepbound y Mounjaro— registraron "reducciones en el peso corporal de 10% o más, 15% o más y 20% o más desde el valor inicial que los participantes en el grupo placebo".
Los resultados son impactantes. No extender los beneficios de estas terapias a los millones de personas mayores con obesidad que están en Medicare sería una oportunidad perdida difícil de justificar.
Algunos sostienen que incluir los GLP-1 en la cobertura de Medicare desestabilizaría el presupuesto federal. La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que el costo llegaría a US$ 35.000 millones entre 2026 y 2034. 
                                                
Ese mismo informe calculó que los ahorros en salud derivados del uso de estos medicamentos alcanzarían apenas US$ 650 por paciente en 2034, muy por debajo de los US$ 4.300 que costaría cubrirlos.
Pero ese tipo de análisis no contempla del todo el impacto positivo de reducir la tasa de obesidad, especialmente en términos de calidad de vida. Si se toman en cuenta esos factores, queda claro que los beneficios de incluir los GLP-1 superan por mucho los costos.
Un estudio reciente del Instituto Leonard D. Schaeffer de Políticas Públicas y Servicios Gubernamentales de la Universidad del Sur de California estimó que los beneficios sociales acumulados de incluir los GLP-1 en la cobertura de Medicare alcanzarían casi US$ 1 billón en la próxima década, lo que equivale a unos US$ 100.000 millones por año.
Este tipo de impacto no es nuevo en el campo de la innovación farmacéutica. Según los autores del estudio de la USC, las estatinas demostraron ser tan efectivas en la prevención de enfermedades cardiovasculares que, en apenas dos décadas, generaron más de US$ 1,2 billones en beneficios sociales.
Quienes rechazan la idea de que Medicare cubra los GLP-1 suelen asumir que seguirán siendo costosos para siempre. Sin embargo, es casi seguro que los precios bajarán de forma considerable cuando se sumen más competidores al mercado y las marcas actuales sean reemplazadas por genéricos de bajo costo.
Medicare no debería considerar a los GLP-1 como un simple medicamento para el estilo de vida. Se trata de un avance histórico en el tratamiento de una de las enfermedades crónicas más extendidas y costosas del país.
Con información de Forbes US. 
                                    	         
            	
              
 
             
             
             
             
             
             
             
            