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V, U o L: cuál será la curva de la actividad económica argentina

Carlos Boyadjian

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Mientras el Gobierno piensa en una V con salto rápido tras la caída de la actividad este verano, algunos analistas prevén un amesetamiento y la recuperación recién en 2025.

07 Abril de 2024 09.00

El impacto de la inflación en la actividad económica se hace cada vez más fuerte y en más sectores productivos, lo que está empezando a “derramar” al mercado de trabajo, con suspensiones, anticipo de vacaciones, y en algunos casos puntuales también despidos.

Los números de desempleo aún no lo reflejan, al último trimestre del año mantuvo un índice de 5,7%, idéntico al del trimestre anterior, pero la actividad económica ya empieza a mostrar signos de retracción.

En enero el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró una caída de -4,3% interanual y -1,2% en términos desestacionalizados contra el mes anterior. Suma ya tres meses seguidos de números en rojo, con bajas de -2,0% en noviembre versus octubre, -2,8% en diciembre respecto del mes anterior y -1,2% en enero versus diciembre.

Es un lugar común decir que después de una caída profunda, sólo se puede mejorar. Es lo que casi todos los analistas esperan, aunque no está claro si ya se tocó un piso y o si habrá que esperar para ver un cambio de tendencia.

Como fuere, más que decir si habrá rebote lo importante es saber la magnitud de ese rebote y la forma que puede adoptar, es decir, describiendo una V con rebote rápido y potente; en forma de U con un impasse hasta que comience la recuperación; o si directamente la economía describe una L, con caída muy fuerte y amesetamiento hasta que empieza a mejorar.

Algún analista financiero incluso llegó a describir una recuperación “en forma de rayo”, con una mejora de los indicadores hacia el segundo trimestre, esencialmente por el ingreso de los dólares de la cosecha gruesa (maíz y soja), con caídas y rebotes tipo “serrucho” cuando se corte ese ingreso fuerte de divisas.

Recesión profunda

Desde el Gobierno se entusiasman con que la recuperación sea tipo V a partir de mitad del año, por el empujón que vendrá desde el campo en el segundo trimestre del año. Entre los economistas hay opiniones diversas pero lo seguro es que ninguna mejora empezará a verse antes de mitad de año. Algunos memoriosos relacionan esto con los célebres brotes verdes de Mauricio Macri en el segundo semestre de 2016. Pero ya sabemos cómo terminó esa película.

“El escenario base es de una recesión profunda pero corta y recuperación en V”, asegura la economista Elisabet Bacigalupo, responsable del equipo macroeconómico de Abeceb. Prevé “un punto de inflexión en mayo” a partir de la ayuda que supone el agro y el ingreso de divisas, que actúa como “un amortiguador de la caída en el segundo trimestre”.

Es un panorama complejo, pero en el que observa una leve mejora. De hecho, desde Abeceb hasta hace poco estimaban para este año una caída de la actividad de -4% y ahora recalcularon a -3,5%. “Los datos de febrero no muestran una profundización de la caída”, explicó Bacigalupo. Y anticipa que el crecimiento fuerte vendrá en 2025, con un sólido 5%.

Para Lorenzo Sigaut Gravina, responsable de Análisis Macroeconómico de Equilibra, “la caída de la actividad en términos agregados la vemos en -4,5% este año, pero si observamos el PBI no agro y sin contar Minas y canteras (actividad minera) la caída es del -7%”, precisó.

El dato reflejaría el desplome de la actividad en la construcción por el corte abrupto en la obra pública, la caída del consumo y su impacto en el comercio y la desaceleración de la producción manufacturera.

Falta de dólares

“Cuando uno ve la película la caída es muy profunda, mucho mayor a la transición presidencial de 2015”, destacó el economista. Pero hay un dato aún más preocupante. “Ya en marzo vemos decisiones de empresas, más que nada en sectores industriales, de achicar la dotación, porque la recuperación la ven más tardía”, indicó.

Sebastián Menescaldi, director Asociado de EcoGo, remarcó, por su parte, que “salvo que el Gobierno consiga dólares vía deuda para fortalecer las reservas del BCRA no vemos que haya una capacidad de recuperación rápida de la actividad económica, porque para eso necesitas dólares”.

Y amplió: “Si tu única manera de conseguir dólares es mantener reprimida la inversión y el consumo, para de esa manera tener un excedente comercial y así poder comprar los dólares, la recuperación de la actividad se contrapone con eso”.

Menescaldi sostiene que en el segundo trimestre se empezará a ver algún cambio positivo por la cosecha, que será mejor que la del año pasado, pero “el resto de la economía, probablemente, siga todavía estancada”. Y estimó que “si se empieza a recuperar la economía, recién va a ser en el tercer trimestre del año”.

Sin embargo, aclaró que eso dependerá de muchas cosas, de la gobernabilidad, la sanción de la ley Bases y también el hecho que hasta ahora el Gobierno apeló medidas de urgencia (licuación de ingresos, pagos y transferencias pisados, freno a importadores), pero ahora “falta un programa transitorio, de acá a un año, para sostener el superávit fiscal y comercial, etc”.

Bacigalupo coindice con los condicionantes y focalizó en que el proceso de desinflación se consolide, que no haya un salto inflacionario, e ir a una aceleración del crawling peg (deslizamiento gradual del tipo de cambio) a algo más cercano al 4% que al 2% mensual al actual.

Para más adelante quedará el levantamiento del cepo, que no ven para 2024, salvo alguna flexibilización parcial. “No veo este año la posibilidad que el Gobierno diga 'podés ir a comprar dólares libremente'”, y tampoco que saquen el Impuesto País, anticipó.

En este contexto, el empleo se va a ver afectado. “El desempleo está en niveles muy bajos y podría subir del 6% al 8 o 9%, podrían ser dos puntos o más, pero por debajo de los dos dígitos”, remarcó por su parte Sigaut Gravina.

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