Actualmente, el dólar oficial cotiza a cerca de $889 por unidad, ya que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) estableció un sistema de suba progresiva del 2% mensual a mediados de diciembre de 2023 tras llevar el tipo de cambio hasta los $800.

En este contexto, el organismo monetario ya pudo comprar más de US$ 16.700 millones desde el cambio de gobierno hasta acumular unas reservas de casi US$ 28.900 millones.

En el periodo, los dólares libres retrocedieron, en términos nominales y reales, y se ubicaron en la franja de los $1.100. De esta manera, la brecha cambiaria oscila en el rango del 24%, cuando a finales del 2023 llegó a rondar el 200%.

En paralelo, el mercado de dólar futuro se mantuvo mucho más calmado que en años anteriores, principalmente por la aparente estabilidad monetaria. Sin embargo, de cara al futuro, se prevén ciertos cambios.

Concretamente, los contratos de dólar futuro de diciembre se negocian a $1.140, aproximadamente, implicando una suba del tipo de cambio oficial del 28% desde la cotización actual.

El problema es que las expectativas no coinciden con la estrategia que está aplicando el Banco Central, lo que podría obligar a los operadores a tomar medidas.

“Cada vez más, por política monetaria, están bajando la tasa de los pasivos monetarios, y eso claramente hace caer la curva para que se logre acomodar, y lo que se especula es que se acomode al 2% mensual de devaluación con respecto al crawling peg que actualmente el Gobierno hace”, sostuvo Joaquín Arregui, director de la consultora financiera Extensio.

“En este sentido, todavía vemos potenciales bajas de al menos un 10% de los futuros más largos, como diciembre, el cual, si continuamos con la devaluación del crawling peg, debería rondar los $1.031, y hoy vale $1.138", agregó el especialista.

Y lo mismo sucede con los contratos más cercanos. Por ejemplo, el dólar futuro de septiembre se negocia a $1.018, y la proyección según la política monetaria actual da como resultado un tipo de cambio de alrededor de $970 por unidad. “Si no hay señales claras de que se levantaría el cepo, lo que vemos es que la curva iría a bajar por lo menos hasta un potencial trecho entre julio y septiembre”, comentó Arregui.