A días del cimbronazo político que significaron las elecciones legislativas, Mariana Camino conversó con Forbes en una entrevista donde anticipa qué se debatirá en el tradicional Foro de ABECEB del 4 de noviembre y cuáles serán los nuevos desafíos de la economía argentina ante este nuevo escenario inesperado.
Hace dos semanas charlamos en IDEA y el panorama era completamente distinto. ¿Qué cambió y qué se mantiene de aquel análisis sobre la economía argentina?
Obviamente los resultados de la elección sorprendieron y lo que cambia es que hay una mirada más optimista respecto de que el Gobierno asuma la gobernabilidad, instrumentos y un ambiente más positivo de las expectativas como para avanzar las reformas estructurales en un plan de transformación. En esa línea también nosotros planteamos un poco la conversación que vamos a dar en el Foro porque creemos que es momento de dejar a un lado la coyuntura para avanzar en un desarrollo más estratégico, empezar a poner en la mesa el mundo como escenario global de negocio, entender cómo Argentina se sube al mundo.
Antes de profundizar en esa mirada de largo plazo, te consulto por los próximos pasos a nivel macro. ¿Cómo va a seguir la cuestión cambiaria?
Hay que resolver esta cuestión de cómo el Gobierno se va a hacer de reservas suficientes como para justamente dejar en claro que puede cumplir con sus compromisos de deuda. Entonces, si bien la expectativa cambió, es algo que el mercado mira y está esperando esa definición más concreta del Gobierno. Pero también es cierto que se revalorizó un poco los fundamentals en lo fiscal y en lo monetario, que no es un tema menor, eso también ayuda al cambio de expectativas. El Gobierno dice que va a mantener las condiciones de la banda como hasta ahora y yo creo que si hay algo que aportó el resultado de la elección es: se puede confiar un poco en que lo que el Gobierno está planteando va a suceder. Pero me da la sensación de que lo más importante es ver cómo el sector empresarial. Porque la macro es la estabilidad, hoy está, falta la micro. Y la micro es la micro del negocio. El 2026 no es un año electoral, entonces es un año para poner toda la batería en la competitividad, la productividad, el aumento de los negocios y el entendimiento del contexto global. Ese es nuestro pensamiento y por eso armamos el Foro también, para hablar de esto.
¿Qué están viendo para el año que viene en materia de actividad económica e inflación?
Nosotros vemos que la actividad corre a dos velocidades. Hay una serie de sectores que están mejor posicionados para hacer negocios a escala global y ahí vemos dinamismo. El RIGI colabora, el ambiente de negocios colabora, que haya más demanda colabora, creo que todo eso va a dinamizar la actividad. Y, en una segunda velocidad, un poquito más lento, se va a empezar a acomodar a medida que haya más definiciones el consumo masivo más asociado al AMBA.
Hablabas recién de la micro, ¿creés que también puede ser una de las llaves del nivel de actividad económica para poder iniciar un ciclo de crecimiento más rápido, más allá de cuestiones o sectores competitivos naturalmente como los que mencionabas?
Sí. Nosotros en el Foro estamos sumando la inversión tradicional con el mundo emprendedor y con el capital de riesgo, que en definitiva es donde se puede dar gran parte de la innovación. Si vos escuchás a esos empresarios, están todos apostando a procesos largos, la decisión de inversión ya trasciende la macro, nadie toma una inversión porque mira lo corto, vos mirás una inversión de cómo me preparo para el futuro. Y en ese ambiente de negocios ahí es donde la micro que invierte va a apuntalar la recuperación agregada.
                    
        
¿Y en ese enfoque te parece que los acuerdos de libre comercio son fundamentales? ¿Esa es una agenda a tener en cuenta en 2026?
Yo creo que hay que tener en cuenta la geopolítica y la geoeconomía en un mundo donde el multilateralismo se está discutiendo porque hoy tenés un mundo más fragmentado. Hay un nuevo orden global, ese orden se discute desde la seguridad y la defensa, pero también en materia geoeconómica. Entonces todo lo que tenga que ver con una relación más bilateral de negocios en un mundo fragmentado como el que estamos viendo yo creo que sí va a ser un dinamizador de negocios y es un poco lo que vamos a preguntarle a los expresidentes que van a venir a compartir su visión.
Este escenario poselectoral también abre otra puerta que para Argentina siempre fue un arma de doble filo, que es el acceso a deuda, que parecería que podría ser este famoso puente financiero hasta tener los dólares de Vaca Muerta, la minería, etcétera. ¿Te parece que es un camino correcto para avanzar, si sigue esta tendencia de baja del riesgo país?
Obviamente el financiamiento no es algo malo, el tema es que tienen que estar dadas las condiciones para que ese financiamiento sea constructivo. Hoy la deuda no es grande, cuando vos mirás la deuda de Argentina comparada con otros países no es que tiene mucha deuda, el tema es una cuestión más de flujo. Y creo que también ese puente el Gobierno lo está construyendo a partir de una economía que está equilibrada desde lo fiscal, que tiene baja inflación y que pretende hacerse de dólares de la actividad exportadora y la inversión. Con lo cual es la generación de dólares genuino, que te va a generar un nuevo equilibrio en la economía. Para eso, Argentina se tiene que insertar en el mundo, tiene que abrir la economía, tiene que capitalizar este concepto de libertad económica y apertura, porque es lo que le posibilita avanzar en esta transformación. Y esa agenda de reforma estructural es lo que hace también una competitividad cuando te medís con el mundo.
¿Qué importancia le das a las famosas reformas estructurales que hace tantos años se vienen hablando?
Muchísima. Porque es lo que te define esta idea de decir: puedo bajar el costo argentino, puedo pelear con una inversión internacional o un estándar internacional desde el punto de vista de eficiencia, calidad y también consumidor. Y creo que hay que subirse a ese tren, es ahora, están dadas las condiciones. Y creo que va por ahí, porque eso en definitiva se va a traducir en crecimiento genuino que va a derramar en empleo, va a derramar en reservas, va a contribuir a la balanza de dólares.
¿Esa podría ser la gran diferencia para que no se repita por ahí el caso del 2017?
Yo creo que lo importante es que hoy hay un cambio de época no solo a nivel nacional, sino a nivel global. Y ese cambio de época encuentra a Argentina con una visión de un liderazgo de apertura, mirada abierta, y con los deberes en materia de estabilidad macro, corrección de desequilibrios, equilibrio fiscal (que no es un tema menor) y superávit financiero, y también este tema de los fundamentos monetarios. Entonces me parece que están dadas las condiciones para que Argentina aproveche este contexto que no es solo en Argentina, se da a nivel global, a todo nivel. Creo que es lo que va a diferenciar de otros momentos históricos pasados de Argentina, es lo que vemos más para adelante, los desafíos hacia adelante.