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La acción subió más de 20% en una semana y volvió a atraer a los inversores. La alianza con el gigante de los chips refuerza el giro estratégico hacia la inteligencia artificial y plantea interrogantes sobre su capacidad para sostener márgenes en un sector muy competitivo.

29 Octubre de 2025 15.27

Las acciones de Nokia volvieron a quedar en el centro de la escena. Los títulos del gigante finlandés de las telecomunicaciones subieron más de 20% esta semana después de que Nvidia anunciara una inversión de US$ 1.000 millones por una participación aproximada de 2,9%, en el marco de una nueva alianza para desarrollar redes impulsadas por inteligencia artificial e infraestructura 6G.

Para los inversores, esto no es solo una noticia puntual. Representa una oportunidad para repensar a una empresa que muchas veces se considera tradicional. Con una capitalización de mercado de US$ 42.000 millones, Nokia ofrece soluciones de red móviles, fijas y en la nube, que van desde 2G hasta 5G. Ahora, busca ubicarse como un punto de conexión entre el sector de las telecomunicaciones y la infraestructura de inteligencia artificial.

Sin embargo, si buscás potencial de crecimiento con menor volatilidad que al invertir en una sola acción, podés considerar la Cartera de Alta Calidad. Esta cartera superó ampliamente a su índice de referencia —una combinación de los índices S&P 500, Russell y S&P MidCap— y generó rendimientos superiores al 105% desde su creación. ¿Por qué? Porque las acciones que la integran ofrecieron mayores rendimientos con menor riesgo que el índice, al reducir las fluctuaciones fuertes. Así lo muestran las métricas de desempeño de la propia Cartera de Alta Calidad.

La valoración parece elevada

A simple vista, Nokia no luce como una oportunidad barata. La acción cotiza con una relación precio-beneficio de 41 veces, frente a las 24 veces del S&P 500. Sus ratios precio-ventas y precio-flujo de caja libre —de 2,2 y 33,3 respectivamente— también se ubican por encima del promedio del mercado. Esto sugiere que el optimismo ya está incorporado. La alianza con Nvidia podría justificar cierta prima, aunque el mercado apuesta, sobre todo, a que la empresa podrá ejecutar con eficacia sus planes. Para los inversores, la clave está en si Nokia logrará sostener el crecimiento en un sector con fuerte competencia y márgenes ajustados.

El crecimiento fue irregular

El desempeño de Nokia en términos de crecimiento no fue parejo. En los últimos tres años, los ingresos cayeron a una tasa promedio cercana al 6% anual, muy lejos del comportamiento positivo que mostró el S&P 500 en ese mismo período.

¿La buena noticia? Hay señales de mejora

Los indicadores positivos son claros. En los últimos doce meses, los ingresos de Nokia subieron casi 6%, hasta alcanzar los US$ 20.000 millones, y en su último trimestre mostró un crecimiento interanual de 11,6%. Este repunte, impulsado por el avance de la inteligencia artificial y la mayor demanda de redes, es una de las razones por las que las acciones volvieron a captar el interés de nuevos inversores.

El verdadero desafío será sostener ese crecimiento. ¿Podrá Nokia convertir estos aumentos puntuales de pedidos en una expansión rentable a largo plazo? Esa es una pregunta que todavía no tiene respuesta.

La rentabilidad sigue siendo débil

Aunque las ventas aumentaron, la rentabilidad de Nokia continúa muy por debajo de la de sus competidores. Sus márgenes operativos rondan el 3,7%, frente al 18,7% del S&P 500. El margen de ganancia neta, cercano al 4,7%, también refleja esta desventaja. Si bien es aceptable para una empresa centrada en hardware, dista de ser sólido.

La generación de flujo de caja muestra algo más de firmeza: el margen de flujo de caja operativo alcanza el 9,6%, lo que equivale a unos US$ 1.900 millones más que hace un año. Aun así, si Nokia quiere dejar de ser vista como un proveedor cíclico de telecomunicaciones y empezar a competir en serio en el terreno de las infraestructuras vinculadas a la inteligencia artificial, necesita mejorar sus márgenes de forma significativa.

La estabilidad financiera es una fortaleza clave

La principal ventaja de Nokia está en la solidez de su balance. Su deuda alcanza apenas los US$ 4.100 millones, con un ratio de endeudamiento cercano al 10%. Además, la compañía dispone de US$ 6.100 millones en efectivo, lo que representa cerca del 17% de sus activos totales, una proporción muy superior a la de la mayoría de sus competidores dentro del S&P 500.

En una industria que exige inversiones de capital intensivas, ese respaldo financiero es fundamental. Le permite a Nokia destinar recursos al desarrollo de redes con inteligencia artificial, sostener la inversión en investigación y desarrollo, y atravesar posibles recesiones sin enfrentar una dilución significativa ni tensiones financieras.

La resiliencia ante las recesiones fue limitada

La evolución bursátil de Nokia deja en evidencia su vulnerabilidad frente a las turbulencias del mercado. Durante la recesión de 2022, impulsada por la inflación, la acción cayó 54%, una baja mucho más pronunciada que el 25% que registró el S&P 500. Y todavía no logró volver a los niveles previos a esa crisis. El derrumbe de 2008 fue aún más fuerte: una pérdida cercana al 79% de la que nunca se recuperó.

Del otro lado, Nokia logró reponerse con rapidez tras el desplome provocado por la pandemia de 2020, cuando recuperó las pérdidas en apenas 81 días y superó el desempeño general del mercado. Sin embargo, en términos generales, su capacidad de reacción frente a las crisis resultó débil. Esto demuestra que el humor de los inversores puede cambiar de forma abrupta cuando los fundamentos empiezan a flaquear.

 

Con información de Forbes US.

 

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