Javier Milei presentó el presupuesto 2026 reconociendo el sufrimiento microeconómico pero advirtió: "Lo peor ya pasó"
Pablo Wahnon Editor de Innovación
Pablo Wahnon Editor de Innovación
En un discurso cargado de balances, advertencias y promesas de futuro, el mandatario reafirmó que el orden fiscal es "la piedra angular del plan de gobierno" y que no se trata de una preferencia personal sino de una necesidad histórica. "El Presupuesto nacional no es un mero proyecto de ley, es la ratificación de nuestro compromiso inquebrantable con sacar al país adelante", afirmó, al tiempo que remarcó que "el equilibrio fiscal no se negocia".
El jefe de Estado buscó mostrar que los resultados del ajuste empiezan a visibilizarse. "Celebramos la baja sostenida de la inflación, la baja de la pobreza, la baja de los impuestos y la salida del cepo como grandes logros, porque efectivamente lo son", enumeró, aunque admitió que "muchos aún no lo perciben en su realidad material". Milei insistió en que los primeros meses de gestión fueron los más duros, pero que "lo peor ya pasó" y agradeció "el enorme apoyo que han demostrado a lo largo de este primer periodo".
El proyecto de Presupuesto contempla un superávit primario y establece la prohibición de financiar al Tesoro con emisión monetaria. Según el mandatario, "este presupuesto presenta el menor nivel de gasto a nivel nacional en relación al PBI de los últimos 30 años". En cifras, prevé un aumento del 5% real en jubilaciones, un 17% en salud y un 8% en educación, además de 4,8 billones de pesos para universidades nacionales. "Si el 85% de este presupuesto será destinado a educación, salud y jubilaciones, eso quiere decir que la prioridad de este gobierno es el capital humano", enfatizó Milei.
El Presidente también quiso transmitir un horizonte de largo plazo. Citando estudios de crecimiento, aseguró que "solo por haber alcanzado el equilibrio fiscal y por mantenerlo a lo largo del tiempo, Argentina alcanzaría una base de crecimiento del 5% anual". Y fue más allá: "Si al equilibrio fiscal le sumamos las reformas que queremos llevar adelante, podríamos estar hablando de un crecimiento del 7 u 8% anual de manera sostenida. En 10 años nos pareceríamos a países de altos ingresos, en 20 estaríamos entre los más ricos del mundo y en 30 estaríamos en el podio de las potencias mundiales".
El mensaje presidencial también incluyó referencias al pasado reciente. Milei sostuvo que "todos los demás caminos ya se intentaron y fracasaron rotundamente", desde el déficit fiscal financiado con emisión hasta la deuda externa. "Durante más de 100 años fuimos el laboratorio de las teorías más descabelladas. La última vez que Argentina tuvo superávit fiscal sin estar en default fue hace más de 120 años. Ningún argentino vivo experimentó jamás la Argentina que estamos construyendo", subrayó.
En el plano político, el envío del Presupuesto llega en un momento de tensiones con la oposición y con las provincias. Diputados y senadores ya anticiparon reparos. Facundo Manes, referente de la UCR, advirtió que "Milei propone un ajuste sin humanidad" y que la sociedad sigue sin ver los beneficios prometidos. Otros dirigentes opositores reclamaron mayor protección a los sectores vulnerables y cuestionaron que se congelen transferencias a las provincias mientras se insiste en mantener una meta de superávit.
Los mercados, por su parte, reaccionaron con cautela. El riesgo país subió en los últimos días y los bonos argentinos registraron pérdidas en dólares, en medio de dudas sobre la viabilidad de las metas oficiales. Analistas financieros destacaron la señal de disciplina fiscal, pero advierten que "las proyecciones de inflación y crecimiento parecen demasiado optimistas" en un contexto internacional volátil y con tensiones sociales que se expresan en las calles.
Milei buscó responder a esas críticas reafirmando que "el rumbo está fijado en piedra". "No debemos caer presos de falsos dilemas, no es a través del déficit fiscal que atenderemos la necesidad de los más vulnerables. Ese remedio probó ser peor que la enfermedad", dijo. Y agregó: "Por primera vez en décadas, en vez de que el sector privado financie al público, este superávit permitirá al Estado financiar obras fundamentales de infraestructura y logística para el sector privado".
El discurso cerró en un tono épico, con un llamado a no retroceder. "Nos ha costado mucho llegar aquí. Todos hemos hecho enormes esfuerzos para salir del pozo. Sabemos que el camino es arduo pero también sabemos que el rumbo es el correcto. No aflojemos, hagamos que todo este esfuerzo valga la pena. Que Dios bendiga a los argentinos, que las fuerzas del cielo nos acompañen", concluyó.