En una cena íntima en Estancia Vigil, el nuevo emprendimiento de Alejandro Vigil en Cardales, provincia de Buenos Aires, se presentó ante un grupo de periodistas el avance de la cuarta edición de ¡Del Tomate!, el festival que del 5 al 8 de febrero de 2026 volverá a posicionar a Mendoza como referente global de la gastronomía de origen y el desarrollo sostenible.
María Sance, quien lidera junto a Vigil el proyecto productivo Labrar, de Casa Vigil, participó del encuentro que funcionó como avant-première del evento que en su última edición reunió a más de 2000 personas y obtuvo cobertura nacional e internacional.
Sustentabilidad como eje central
Esta vez, el festival asume un desafío inédito: la medición de su huella de carbono, consolidando así su compromiso con la sostenibilidad que lo caracteriza desde sus orígenes. "El tomate nos reúne para reflexionar sobre el origen del alimento, el valor de la biodiversidad y el rol productivo de Mendoza como corazón agrícola del país", señaló Sance.

El evento profundiza el modelo de triple impacto —ecológico, social y económico— de Labrar, que respalda a pequeños productores locales bajo prácticas agroecológicas, compostaje, trazabilidad y comercio justo, garantizando que la materia prima llegue del productor a la mesa de manera responsable.
Entre los chefs convocados para esta edición se encuentran figuras como Donato De Santis y Christophe Krywonis, la chef paulista Tássia Magalhães —reconocida por Forbes Under 30—, el antropólogo alimentario y cofundador del Grupo Sagardi Iñaki López de Viñaspre, y Pía Salazar, coronada Mejor Chef Pastelera del Mundo en 2023.

Desde Colombia, llegarán el chef cartagenero Alejandro Ramírez Gómez y el agrónomo Miguel Durango, guardián de semillas criollas. Perú estará representado por el investigador cusqueño Manuel Choqque Bravo, innovador en mejoramiento genético de papas nativas, mientras que Argentina contará con Anita Ponce, de El Patio de Tilcara, e Iván Azar, chef ejecutivo de Casa Vigil.
Cuatro días de experiencias expansivas
El festival se estructura como un ecosistema que une gastronomía, producción local, investigación y turismo. Arranca con la Clínica del Tomate en Casa Vigil, que incluye siete conferencias con referentes de producción, ciencia y cocina, talleres participativos, cosecha, análisis sensorial y una feria de productores.
Una de las novedades más esperadas es El Ritual del Tomate, programado para el sábado 7 de febrero, una actividad de día completo donde familias y visitantes elaborarán salsa comunitaria, honrando la tradición mendocina que une generaciones en torno a este preparado. "La salsa de tomate no es solo un ingrediente en la gastronomía mendocina; es un legado vivo que une a las familias", explicó Juan Ignacio Gerardi, co-organizador del festival y Premio Flourish por su aporte al desarrollo sostenible.

El recorrido por productores y restaurantes de la región se expande en esta edición, ofreciendo a los asistentes una inmersión más profunda en el territorio vitivinícola y gastronómico mendocino. Desde almuerzos exclusivos en Casa Vigil Bistró Palmares hasta cenas en Angélica Cocina Maestra, República Arístides y Chipirón, cada experiencia estará diseñada para celebrar la versatilidad del tomate.
Impacto económico y turístico
Más allá de su dimensión cultural y gastronómica, ¡Del Tomate! se consolida como un evento de impacto regional que genera una nueva narrativa productiva para Mendoza. El festival posiciona a la provincia en el mapa internacional del turismo gastronómico, atrayendo a profesionales del sector y público interesado en la cocina con propósito y el comercio justo.

La apuesta de Casa Vigil por convertir al tomate —uno de los alimentos más emblemáticos de América— en protagonista de un evento de esta magnitud reafirma el compromiso del proyecto con la preservación de la biodiversidad, el rescate de semillas ancestrales y el apoyo a los productores que sostienen la agricultura familiar.
Con una propuesta que combina rigor científico, excelencia culinaria y sensibilidad cultural, ¡Del Tomate! 2026 promete ser la edición más ambiciosa de un festival que ya se ha convertido en cita obligada para quienes creen en una gastronomía con propósito, enraizada en el territorio y orientada hacia la sustentabilidad.