El impacto de la silver economy en el futuro del empleo: una guía para líderes empresariales
El impacto del cambio demográfico implica desafíos laborales y una oportunidad estratégica para empresas y gobiernos que sepan adaptarse.

Vivimos más y mejor, pero trabajamos menos. La esperanza de vida sigue en aumento, mientras que nuestros sistemas económicos y laborales permanecen tercamente inmutables. La brecha entre la realidad demográfica y la preparación institucional crece día a día. Cuatro informes publicados solo en el último mes —del Fondo Monetario Internacional (FMI), la agencia francesa Unédic, la consultora PwC y el Foro Económico Mundial— ofrecen, en conjunto, una visión tan sorprendente como detallada del enorme impacto demográfico

No acapara los titulares, pero sí golpea de lleno a la economía global y marcará el resto de este siglo. La avalancha de reportes indica que la realidad demográfica ya está impactando con fuerza. Abróchense los cinturones: llegó la silver economy.

La economía plateada ya está entre nosotros: ignorarla es un riesgo

El Panorama Económico Mundial de abril del FMI dedica la mitad de su informe al auge de lo que denomina "economía plateada" y a las implicancias globales del envejecimiento poblacional. Presenta escenarios con consecuencias económicas drásticas si se ignora la caída demográfica, así como la posibilidad de atenuar el impacto si se actúa ahora, con políticas integrales sobre envejecimiento, salud y empleo. En resumen, destaca que:

  • Las economías del mundo están envejeciendo rápidamente. Es el resultado directo de dos tendencias: la caída de la fertilidad y el aumento de la esperanza de vida. El ritmo de envejecimiento, aclara, varía ampliamente entre regiones.
  • Las personas no solo viven más tiempo, sino que envejecen mejor. Con mejor salud y vidas laborales más prolongadas y productivas.
  • Un envejecimiento más saludable compensará parcialmente el impacto negativo de los cambios demográficos. Sin embargo, se prevé que el crecimiento de la producción global se desacelere significativamente a lo largo del siglo XXI.
  • Es urgente un enfoque multifacético de políticas que permita, al mismo tiempo, aumentar la oferta laboral, impulsar el crecimiento y aliviar las presiones fiscales.
El FMI prevé que el crecimiento de la producción global se desacelere significativamente a lo largo del siglo XXI.

Al igual que otros informes sobre longevidad, el FMI subraya que las soluciones son tan simples como políticamente complejas: ajustar las edades jubilatorias y lograr que las personas trabajen durante más tiempo, reducir la brecha de género en la participación laboral (aún significativa en muchos países), y reforzar la escasez de mano de obra local con políticas migratorias más abiertas.

Si se necesitan datos para respaldar estos puntos, el informe los ofrece todos con claridad.

Pero... las empresas todavía no abren sus puertas a los mayores

En Francia, en 2022, más de 350.000 personas de entre 50 y 65 años se registraron para recibir subsidios por desempleo, lo que representó el 17% de los solicitantes. Según Unédic, el organismo francés que gestiona el seguro de desempleo, solo el 28% de esas personas consiguió un empleo sostenible (definido como un puesto de al menos seis meses) dentro del año. Para los mayores de 56, las probabilidades son aún más bajas.

El informe de Unédic para 2025, titulado ¿Qué empleo a largo plazo es posible para los trabajadores mayores?, traza un panorama desolador. Los adultos mayores que buscan empleo no conforman un grupo homogéneo. Incluyen categorías más matizadas: personas apartadas por razones de salud, mujeres que regresan tras haber cumplido roles de cuidado, trabajadores con contratos tanto permanentes como temporarios, y quienes desempeñan tareas por corto plazo. Pero en todos los casos, reinsertarse en el mercado laboral resulta difícil. Para quienes tienen problemas de salud, apenas el 16% logró acceder nuevamente a un empleo estable.

Estas cifras no son solo estadísticas: representan dignidad perdida, talento desaprovechado y un entorno laboral que aún trata al envejecimiento como una señal de salida, en lugar de una nueva etapa con potencial. A la luz del informe global del FMI, estos estudios de caso nacionales son ilustraciones en tiempo real del desafío que se avecina a nivel mundial. Y refuerzan la necesidad de que gobiernos y sector privado se alineen frente al envejecimiento poblacional.

¿Tu directorio está "generacionalmente equilibrado"?

En el otro extremo del espectro profesional, los directorios empresariales en Europa y más allá están cayendo en el mismo error, pero desde el otro lado de la franja etaria. El informe reciente de PwC Países Bajos, El valor de la edad en el directorio, revela cómo la mayoría de las empresas no perciben los beneficios económicos de un equilibrio generacional y se inclinan excesivamente hacia edades avanzadas. Resulta que existe un punto óptimo, comprobado estadísticamente, para la edad promedio de los directorios: 43 años. La mayoría de los directorios son significativamente... mayores.

Según PwC, las empresas con directorios más equilibrados en términos de edad podrían generar hasta 51.800 millones de euros en valor adicional para la economía neerlandesa, solo en ese país. ¿La razón? Los directorios que combinan distintas generaciones están más atentos a los cambios del mercado, las expectativas de los consumidores y los riesgos a largo plazo. Aportan una perspectiva más amplia, un diálogo más profundo y una mejor planificación de sucesiones.

Y sin embargo, la mayoría de los directorios todavía están anclados en el siglo pasado: homogéneos en lo generacional, dominados por directores en sus sesenta y setenta. Si bien estos líderes aportan sabiduría, a menudo carecen de contacto directo con las nuevas generaciones de actores sociales, sus perspectivas, preferencias digitales, hábitos y canales de comunicación.

PwC descubrió que el directorio óptimo no es aquel con la mayor diferencia de edad entre sus miembros, sino el que tiene el equilibrio adecuado entre generaciones. Son pocas las empresas que hoy consideran la edad como un factor en la composición de sus directorios. Los directorios generacionalmente equilibrados no solo hablan de resiliencia; la encarnan. Aprovechan los equipos intergeneracionales para maximizar experiencia e innovación. Y eso les permite reflejar a los clientes y mercados multigeneracionales a los que sirven.

La estrategia: construir economías de la longevidad

Si los informes de Unédic y PwC ofrecen una instantánea del envejecimiento en el empleo y el liderazgo, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) aporta ejemplos prácticos de soluciones. Su informe más reciente, Prepararse para la economía de la longevidad, ofrece una hoja de ruta estratégica para que las sociedades y las empresas naveguen los nuevos datos demográficos.

Las personas de 50 años o más controlan más de la mitad del gasto global. Son más saludables, más hábiles con la tecnología y tienen más propósito que las generaciones anteriores a su misma edad. Aunque actualmente se las trata como un grupo marginal, en realidad constituyen la fuerza laboral y de consumo más poderosa del planeta. Para 2050, la población mundial mayor de 50 años alcanzará los 1.600 millones, más del doble de la cifra actual. Sin embargo, las instituciones —desde los gobiernos hasta los anunciantes— siguen actuando como si la vida terminara a los 65.

PwC descubrió que el directorio óptimo no es aquel con la mayor diferencia de edad entre sus miembros, sino el que tiene el equilibrio adecuado entre generaciones.

El informe del WEF plantea tres cambios fundamentales:

1. Reescribir el contrato social

Nuestra vida estructurada en tres etapas —educación, trabajo, jubilación— está obsoleta. La longevidad exige un nuevo enfoque, con vidas fluidas y en múltiples etapas, marcadas por ciclos recurrentes de aprendizaje, ingresos y cuidado. Los gobiernos deben liderar este cambio modernizando los sistemas previsionales, de salud y las normas laborales. Países como Japón y Singapur ya van a la vanguardia, integrando la longevidad en su estrategia nacional. El informe incluye estudios de caso de varias otras naciones.

2. Innovación empresarial 

Los adultos mayores son el mercado de crecimiento más grande —y también el más ignorado—. La mayoría del marketing sigue orientado a menores de 35. Pero son los mayores de 50 quienes realmente gastan y buscan productos que reflejen su vida real. La oportunidad para innovar en productos y servicios, así como en la gestión del talento en recursos humanos, es enorme. Algunas empresas ya están marcando el camino, aunque muchas todavía no incorporan esta cuestión a sus agendas estratégicas. Las compañías que quieran liderar deberán invertir en:

  • Plataformas de aprendizaje a lo largo de la vida
  • Modelos de jubilación flexible y gradual
  • Equipos intergeneracionales y liderazgo inclusivo

3. Crear ecosistemas para una longevidad saludable

Vivir más solo es una ventaja si vivimos con salud. Eso implica pasar de un sistema de salud reactivo a uno preventivo, que promueva el bienestar físico, emocional y mental. El WEF imagina "ciudades de la longevidad" diseñadas para una vida activa e intergeneracional: calles caminables, transporte público accesible, centros comunitarios y tecnología inclusiva. En el corazón de todo esto está la economía del cuidado, durante mucho tiempo subvalorada y mal remunerada. Si se invierte correctamente, podría convertirse en una piedra angular del crecimiento económico y la dignidad humana.

Un manual de acción corporativa

El WEF ofrece estudios de caso sobre lo que están haciendo empresas de Estados Unidos y el Reino Unido para apoyar el bienestar financiero de sus empleados. Presenta seis recomendaciones clave para los empleadores:

  1. Ampliar los programas de bienestar financiero holístico: Proporcionar educación, herramientas y recursos personalizados que aborden necesidades financieras diversas según la etapa de vida de cada persona.
  2. Integrar incentivos conductuales en el diseño de beneficios: Implementar la inscripción automática en planes de ahorro para la jubilación, fondos de emergencia y seguros, para fomentar la participación.
  3. Ofrecer asignaciones flexibles para las contribuciones del empleador: Permitir que los empleados distribuyan las contribuciones patronales entre distintas prioridades financieras, como la jubilación, el ahorro para emergencias, el pago de préstamos estudiantiles, entre otros.
  4. Garantizar la seguridad financiera de trabajadores independientes y contratados: Extender beneficios y protecciones a los trabajadores no tradicionales, promoviendo así la resiliencia a largo plazo.
  5. Incorporar el bienestar financiero a la estrategia corporativa: Alinear la compensación, el desarrollo profesional y las iniciativas de apoyo financiero con los objetivos empresariales.

Los empleadores pueden tener un impacto enorme en el bienestar individual, la resiliencia y la participación sostenible en el mercado laboral a lo largo de carreras más extensas. A medida que la fuerza laboral cambia en términos demográficos, su productividad y resiliencia dependerán de las inversiones que se hagan hoy en retención, formación continua y mantenimiento saludable de los empleados, a cualquier edad.

El retorno de la inversión en el envejecimiento es posible

Los datos son claros. El cambio demográfico es irreversible. Ya está impactando en las economías. Lo que falta es acción. El FMI ofrece un llamado de atención basado en datos concretos sobre los desafíos que se avecinan y las desaceleraciones económicas que ocurrirán si no nos adaptamos. El informe de Unédic, en Francia, muestra el costo de ignorar a los trabajadores mayores. La investigación de PwC revela el valor no aprovechado de equilibrar generacionalmente los directorios. El WEF redefine el envejecimiento como una palanca económica sin precedentes y urgente.

En conjunto, estos informes subrayan una verdad incuestionable: la longevidad y el nuevo equilibrio generacional del mundo constituyen una transformación global de gran magnitud, con enormes riesgos, que puede convertirse en una oportunidad si se reconoce y se actúa a tiempo. Los líderes que se anticipen a este cambio —gobiernos, empresas y comunidades— liberarán talento, impulsarán la innovación y moldearán el futuro. Pero necesitaremos que muchos se sumen rápidamente.

El equilibrio generacional es nuestra nueva realidad global. Los países, las compañías y las trayectorias profesionales tendrán que adaptarse. Estos informes son una señal de alerta sobre el porqué —y una hoja de ruta sobre el cómo. Ignorarlos sería, colectivamente, un grave error.

Con información de Forbes US.