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Tyler Niday, director ejecutivo de Bonsai
Innovacion

Creó una startup para solucionar un problema urgente en el campo y ahora sus robots ya operan en tres continentes

Alison Coleman

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Con experiencia previa en robótica agrícola, Tyler Niday fundó Bonsai Robotics para dar respuesta a una crisis que golpea fuerte al sector: la falta de trabajadores durante la cosecha. Su sistema, basado en visión computacional, ya se usa en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.

3 Octubre de 2025 17.00

Cuando Tyler Niday vio cómo los productores de almendras en California tenían dificultades para conseguir suficientes trabajadores durante la cosecha, entendió que ahí había un problema, pero también una oportunidad. Con experiencia en robótica aplicada al campo, decidió crear máquinas que pudieran adaptarse a las exigencias del trabajo rural: hileras polvorientas, suelos irregulares y una demanda constante durante la cosecha.

Así nació Bonsai Robotics, una startup de tecnología agrícola que aplica inteligencia artificial y visión computacional para enfrentar esos obstáculos. Su propuesta no solo introduce innovación, sino que representa una respuesta concreta frente a una crisis laboral que no deja de agravarse.

Transformar el campo con inteligencia artificial

Antes de fundar Bonsai, Tyler Niday trabajó durante siete años en Blue River Technology, donde fue parte clave del desarrollo de la tecnología See and Spray y, más adelante, del avance hacia la autonomía. Cuando la inteligencia artificial integrada empezó a ser viable, la compañía enfocó sus esfuerzos en la pulverización de precisión basada en IA. Ese trabajo derivó en la compra de la firma por parte de John Deere, donde Niday se convirtió en el primer ingeniero del equipo de autonomía. "Esa experiencia me permitió ver en primera fila cómo la IA y la agricultura de precisión podrían transformar la agricultura, escalando de cero a uno y luego de uno a muchos", afirma.

Antes de eso, en Orchard Machinery Corporation, había desarrollado maquinaria y software para el sector de los frutos secos, con sistemas mecánicos, eléctricos, hidráulicos y de accionamiento electrónico. Fue su primer contacto con la integración de hardware y software, y una experiencia que lo marcó. Ese recorrido profesional dejó en claro tanto las oportunidades como las limitaciones para llevar autonomía real al campo.

La urgencia por soluciones reales

"El productor enfrenta una falta de mano de obra cada vez más grave, costos que no paran de subir y equipos que muchas veces no están pensados para su realidad. No quiere escuchar promesas futuristas. Necesita una autonomía que funcione hoy, en su campo, con las condiciones que le tocan todos los días. Por eso fundé Bonsai Robotics: para ofrecer una autonomía práctica, confiable, accesible y pensada según cómo realmente se trabaja en el campo", explica Niday.

Bonsai apunta a que la autonomía en el agro sea una herramienta concreta: confiable, accesible y fácil de incorporar. Su sistema, que se apoya principalmente en la visión computacional, está preparado para operar en distintos cultivos y tareas, incluso en condiciones complejas. Puede manejar polvo, escombros o falta de luz gracias a una inteligencia contextual que mantiene el equipo en funcionamiento constante.

Sus soluciones pueden adaptarse a maquinaria ya existente o integrarse en equipos nuevos. Además, a través de una app, los productores pueden monitorear y manejar los equipos en todo momento y desde cualquier lugar. "Vimos casos en los que los clientes completaron trabajos un 60% más rápido y bajaron los costos operativos en un 45%", asegura Niday. "¿El resultado? Más productividad, mejor rendimiento y márgenes más amplios".

Adaptarse al terreno, responder a la urgencia

Hoy, Bonsai Robotics trabaja con cultivos especializados, un segmento donde la automatización aún no está muy desarrollada y donde la demanda de soluciones concretas por parte de los productores es más intensa. En estos casos, los costos laborales pueden ser entre 30 y 50 veces más altos por hectárea que en cultivos extensivos, ya que las tareas requieren precisión, manejo de distintos tipos de cultivos y la capacidad de operar en terrenos irregulares.

Aunque la empresa comenzó con ciertos entornos productivos puntuales, su plataforma está pensada para escalar y adaptarse a distintas condiciones. La idea es clara: Bonsai busca llevar la agricultura de precisión a un nuevo nivel, para que los productores puedan gestionar sus cultivos de manera rentable, planta por planta, y no por bloque o por campo completo.

Para alcanzar una autonomía que realmente funcione en el mundo real, el equipo enfrentó varios desafíos. Uno de los más importantes fue garantizar que su tecnología fuera compatible tanto con maquinaria ya existente como con equipos nuevos. Y había que hacerlo rápido. "Lo logramos al enfocarnos en implementaciones concretas y alianzas con fabricantes de maquinaria, para que los productores pudieran ver los resultados en sus propios campos, no en una presentación", explica Niday. "Y también fue clave formar el equipo adecuado. Reunimos a especialistas en agricultura, robótica e inteligencia artificial que comparten una misma misión: llevar autonomía práctica al campo".

Una adquisición que acelera el rumbo

En julio de este año, Bonsai Robotics compró farm-ng, una firma pionera en robótica eléctrica modular para el trabajo agrícola. Su producto principal, el Amiga, está pensado para explotaciones pequeñas y medianas, centros de investigación y desarrolladores.

Para Tyler Niday, la decisión fue casi obvia, ya que ambas compañías compartían una misma mirada. "Bonsai siempre se centró en la autonomía basada en visión, mientras que farm-ng diseñó robótica eléctrica modular pensando desde el inicio en la autonomía: liviana, adaptable, personalizable y capaz de operar en cualquier entorno. Esta combinación nos permite llevar autonomía a tareas clave como la pulverización, el corte y el desmalezado, que concentran buena parte de los costos en cultivos especializados y todavía no tienen soluciones automatizadas eficaces", afirma.

Bonsái Amiga Max

Con la experiencia en hardware que aportó farm-ng, Bonsai ahora puede avanzar más rápido en el desarrollo junto a fabricantes de maquinaria. Eso facilita incorporar su sistema de autonomía visual en distintas flotas. "Ya sea adaptando el equipo que el productor ya tiene o eligiendo una máquina compatible con Bonsai, es una plataforma que crece junto a ellos", explica Niday.

La reacción de los productores fue muy favorable. Gracias a los vehículos eléctricos modulares de farm-ng, ahora cuentan con equipos de baja potencia que pueden configurarse para tareas específicas y trabajar en forma eficiente y rentable junto a la maquinaria de mayor porte.

Con presencia internacional y foco en el productor

Bonsai Robotics tiene su sede en San José y cuenta con campos de prueba en Watsonville y Davis, en California. Esa cercanía con los productores les permite mantener contacto directo con las necesidades reales del trabajo agrícola. Sus mercados principales hoy son Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, donde ya implementaron sistemas autónomos para tareas comerciales clave como pulverización, corte y desmalezado en huertos, viñedos y cultivos en bancales.

Hasta ahora, la empresa entregó más de 250 unidades del Amiga a productores, investigadores y desarrolladores, y concretó más de 45 implementaciones comerciales junto a fabricantes como OMC y Flory.

Una de esas alianzas es con Olam Orchards Australia, que se unió a Bonsai por su visión compartida sobre inteligencia artificial, innovación, sustentabilidad y cadenas de suministro resistentes. Aunque la relación está en una etapa inicial, Brad Taggert, subdirector general de operaciones de huertos de la empresa, destacó el impacto positivo de la colaboración.

"La colaboración ha brindado a nuestros equipos mayor visibilidad sobre las oportunidades para optimizar procesos, mejorar la toma de decisiones y explorar enfoques más sostenibles en toda nuestra cadena de valor. Igualmente importante, ha reforzado nuestra cultura de innovación, ayudándonos a probar nuevos modelos y a aprender con rapidez. Esta colaboración busca sentar las bases para un crecimiento más inteligente y resiliente en el futuro", afirmó.

Semi Autonomous Flory v62 Nut Sweeper

Inversores que apuestan por una autonomía concreta

Bonsai Robotics logró captar el interés de inversores como Acre Venture Partners, un fondo de capital de riesgo especializado en tecnología agrícola y alimentaria, alineado con el objetivo de la empresa: desarrollar soluciones de inteligencia artificial física para el trabajo en el campo.

"Bonsai está construyendo una empresa integral de autonomía todoterreno. Las máquinas que funcionan con su plataforma no solo operan en algunos de los entornos más exigentes del mundo, sino que están redefiniendo lo posible. Al integrarse de forma fluida con plataformas OEM, están acelerando la adopción masiva de la autonomía. Lo que realmente los distingue es su equipo, con una experiencia forjada en la agricultura que ahora impacta en sectores donde una autonomía robusta y confiable es clave. El mercado ya lo está notando, y Bonsai está lista para liderar la próxima ola de automatización", destaca Lucas Mann, socio director de Acre Venture Partners.

En el corto plazo, Bonsai apunta a integrar su sistema de autonomía con la plataforma Amiga y hacer que toda su operación pueda gestionarse desde la app. Al mismo tiempo, busca ampliar su aplicación a más tareas en cultivos especializados, donde los costos laborales e insumos son más altos. Después, el plan es escalar hacia otros tipos de producción, como la agricultura extensiva.

"A futuro, también vamos a expandirnos a sectores vinculados, como minería, construcción y defensa, que necesitan soluciones de autonomía todoterreno de verdad", explica Niday. "Nuestra misión es convertirnos en la plataforma de autonomía agrotecnológica por defecto, sin importar el cultivo, la región o la industria".


 

Con información de Forbes US.

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