Los fondos money market en pesos ofrecen en promedio cerca del 1,3% mensual, mientras que el dólar se mantiene relativamente estable en los mercados cambiarios en el rango de los $1.460.
La decisión dividida dentro del comité alimenta el tironeo entre la conducción monetaria y la Casa Blanca, en un clima marcado por la incertidumbre económica, el estancamiento en el empleo y las demoras en los datos oficiales.
En medio de un clima de optimismo financiero por el resultado electoral, el Gobierno busca inducir una baja de tasas: vencen $12,3 billones antes de fin de mes.
Hoy en día, los dólares financieros rondan los $1.550, mientras que las cauciones de muy corto plazo llegaron a ofrecer tasas nominales anuales superiores al 100%.
La decisión fue respaldada por una amplia mayoría del comité monetario, en medio de señales de enfriamiento económico y tensiones políticas. El mandatario volvió a presionar por una rebaja más agresiva y apuntó contra Powell.
La TNA de la deuda a plazo fijo más inmediato bajó del 75,6% al 59,6%, mientras que para los plazos de tres meses o más se mantuvo en torno al 59%. Esto equivale a un rendimiento mensual del 3,97%, por debajo del 4,81% convalidado a fines de agosto.
El mercado cambiario sigue presionado, con una cotización que busca el techo de la banda pero que se reacomoda sólo en base a la fuerte intervención oficial en el mercado de futuros.
Dos miembros del comité votaron por un recorte, desafiando la postura de Jerome Powell. La presión de Trump, el impacto de los aranceles y la incertidumbre económica agitan el clima en el banco central más poderoso del mundo.
Aunque el presidente de la Fed es blanco habitual de las críticas de Trump, su eventual salida podría tener efectos contraproducentes para la Casa Blanca. Desde un sacudón en Wall Street hasta trabas judiciales, los costos políticos y económicos serían difíciles de amortiguar.
Para la semana que viene, cuando venzan casi $12 billones, si el Gobierno no implementa cambios en el esquema, el roll-over de la deuda podría ser muy bajo y las tasas volverían a hundirse, generando nuevamente un periodo de inestabilidad.
La tasa tan alta encarece el crédito para la actividad, frena el ritmo de recuperación y deteriora el resultado fiscal si no se compensa con mayor superávit primario, lo cual es aun más recesivo.
La tasa real llega hasta el 10% en algunos casos y, según el INDEC, la actividad económica está recuperándose, pero esa reactivación se da de forma desigual.
De acuerdo a los analistas encuestados por el Banco Central, los precios al consumidor crecerían entre un 20% y un 25% en el año. En contraste, las tasas de interés se mantienen oscilando en un rango nominal efectivo de entre 30% y 39% en algunos casos.
Si bien la incertidumbre sobre el panorama económico disminuyó, la entidad considera que los riesgos siguen siendo elevados y advirtió que el crecimiento del producto bruto interno será menor al previsto y a inflación será más alta.
Los últimos anuncios del Banco Central buscan presionar a la baja las tasas de interés, lo que afectaría el rendimiento de los instrumentos de ahorro más conservadores
Los funcionarios de la Reserva Federal se preparan para una reunión decisiva, en la que las señales del mercado laboral y la evolución de los precios influirán en sus próximos pasos.