El Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Ministerio de Economía lanzaron en conjunto una serie de medidas para consolidar la baja de la inflación, la estabilidad del tipo de cambio y la mejora del sendero económico general. No obstante, la "contra" es que algunos vehículos de inversión conservadores podrían salir afectados.
Puntualmente, lo que llamó la atención fue el "reordenamiento monetario" tras el vencimiento de las letras fiscales de liquidez (Lefis) en julio de 2025. Según el BCRA, a partir del 10 de julio se dejará de ofrecer a las entidades financieras la posibilidad de suscribir estos instrumentos financieros.
Además, se tomará el stock actual de las Lefis que hay en el activo del BCRA y se lo cambiará por una cartera de títulos de corto plazo en pesos (Lecaps) con cotización en el mercado secundario.

"Este reordenamiento consolida un marco de control de agregados monetarios más convencional, eliminando la noción de tasa de interés de política monetaria propia de esquemas como el inflation targeting. En su lugar, la tasa de interés será determinada endógenamente por el mercado, en línea con un régimen centrado en los agregados monetarios", relató el organismo liderado por Santiago Bausili a través de un comunicado.
Inmediatamente, el mercado arrancó a pensar que este cambio podría impactar de lleno en fondos del mercado monetario (money market), cauciones diarias y hasta cuentas remuneradas, ya que la estrategia del Gobierno es "mover" los pesos si el objetivo es "generar tasa".
Y teniendo en cuenta que estos vehículos ya rinden alrededor del 30%, o incluso menos en algunos casos, algunos ahorristas e inversores comenzaron a preocuparse. No obstante, a mediano plazo y saliendo del ámbito financiero, se trata de una buena noticia.
"Bajo el esquema anterior, los bancos canalizaban sus excedentes hacia instrumentos remunerados del BCRA, capturando una rentabilidad sin riesgo pero con escaso impacto sobre la economía real. Al eliminar este ancla estéril, se modifica el set de incentivos: las entidades financieras se ven ahora impulsadas a direccionar esos recursos hacia usos más productivos, como el crédito al sector privado, la inversión en activos financieros o el financiamiento directo al Tesoro mediante licitaciones de deuda", explicó Felix Marenco, asesor financiero en Cocos Capital.

"La lógica subyacente es que los pesos ociosos, antes inmovilizados en pases o Leliqs, pasen a cumplir un rol activo en el proceso de intermediación financiera. Esta dinámica no solo tiende a mejorar la asignación del ahorro interno, sino que también puede contribuir a dinamizar la actividad económica y a profundizar el mercado de crédito, históricamente limitado en la Argentina", añadió el especialista.
Además, de momento, la realidad es que el impacto podría no ser tan duro. "A priori, la sustitución de Lefis por Lecaps cortas no tiene demasiado impacto, ya que la tasa efectiva anual de las Lecaps cortas está algo por encima de las Lefis (a cambio de estirar algo de duration)", indicó Roberto Geretto, gestor de cartera en Adcap Grupo Financiero.
"Por tanto, va a ser importante la normativa respecto a cualquier modificación de encajes y cauciones que puedan hacer los bancos, que afectan a las tasa cortas del mercado", agregó el ejecutivo.
De esta manera, sólo el paso de las próximas semanas permitirá saber con exactitud cómo reaccionarán los vehículos financieros de ahorro de corto plazo, muy utilizados para "poner a trabajar" los pesos entre que se obtiene un ingreso y se realiza un pago.