¿La inteligencia artificial nos salvará o nos destruirá? La pregunta, provocadora y urgente, fue el eje del panel que cerró el Forbes Game Changers - Innovation Summit, donde dos ejecutivos con roles clave en el desarrollo tecnológico de sus organizaciones abordaron el impacto real y potencial de esta tecnología.
Pablo Armagni, gerente de Comunicaciones, AAPP y Negocio Responsable de Movistar Argentina, y Pablo Martínez, Executive Partner Hybrid Cloud & Data de IBM Consulting, coincidieron en que la inteligencia artificial ya no es una promesa futura, sino una herramienta presente que redefine cómo trabajamos, decidimos y pensamos el valor humano en la era digital.
Desde el inicio, los ponentes coincidieron en que la IA está dejando de ser un concepto lejano para convertirse en una herramienta concreta con múltiples aplicaciones. "La inteligencia artificial lo que nos va a permitir es una herramienta para evolucionar, para dar un paso más, para optimizar nuestro tiempo y conocimiento", afirmó Armagni, al reflexionar sobre los desafíos que implica incorporar esta tecnología en la vida cotidiana.
Ambos destacaron que, más allá del uso generalizado de herramientas como los chatbots, el alcance de la IA es mucho mayor. En palabras de Armagni, "depende para qué lo quiera utilizar cada uno. Si yo estoy integrado a un proceso productivo, la inteligencia artificial tiene un valor clave. Pero si no, puede que solo la use de forma superficial". Para el ejecutivo de Movistar, la clave está en usar esta tecnología para liberar tiempo de tareas repetitivas y enfocarse en lo que realmente importa: "Dedicar nuestra atención a situaciones que realmente nos interesan y no a momentos que pueden ser, entre comillas, burocráticos en nuestra vida cotidiana".
En línea con esa visión, Martínez expuso cómo desde IBM se está trabajando activamente con empresas de diversas industrias para aplicar la IA en casos reales. "Hoy por hoy estamos trabajando con distintas industrias, aplicándolo a casos de generación de código, modernización de aplicaciones y migración a nuevas tecnologías", explicó. Uno de los ejemplos más contundentes fue un proyecto con una entidad bancaria donde "estamos reduciendo los tiempos en un 60 y 70 por ciento".
La conversación también giró hacia los retos organizacionales que plantea esta adopción. Martínez hizo hincapié en que para capitalizar los beneficios de la IA no basta con incorporar tecnología: "Hay que preparar al talento, hay que trabajar sobre las personas que van a estar utilizando este tipo de tecnologías". En ese sentido, enfatizó la necesidad de una transformación cultural dentro de las empresas: "Tenemos que aprovechar estas herramientas y hacer evangelización dentro de las organizaciones".
Armagni sumó una reflexión sobre la velocidad del cambio y cómo afecta a la adaptación humana: "La inteligencia artificial nace de nosotros. Somos el principal insumo. Pero el gran desafío es la velocidad con la que avanza". Comparó esta dificultad con la que enfrentan las generaciones mayores al usar dispositivos electrónicos, no por desconocimiento, sino por el ritmo acelerado con el que se producen los avances. "Nos pasa como sociedad: nos brinda un abanico de oportunidades que tal vez no sabemos todavía cómo utilizarlo".
Más allá de las oportunidades, el panel también abordó uno de los grandes temores que surgen con la inteligencia artificial: su impacto en el empleo. "El algoritmo se alimenta de nuestros datos, pero la decisión de cómo usarlo sigue siendo humana. Si confío ciegamente o si decido usarlo de otra manera, depende de mí", sostuvo Armagni, quien ilustró su argumento con un ejemplo cotidiano: una aplicación de navegación puede sugerir el camino más rápido, pero es el usuario quien elige seguirlo o no.
Martínez respaldó esta mirada con datos. "Un informe global que realizamos en diciembre mostró que casi el 90% de los CEOs creen que la inteligencia artificial va a generar más trabajo dentro de las organizaciones", señaló. Desde su perspectiva, la IA bien aplicada contribuye a mejorar procesos, acelerar proyectos y lograr un retorno claro de inversión, siempre con el foco puesto en el capital humano: "Hay que trabajar sobre la gente para obtener estos beneficios".
IBM, según relató Martínez, ya implementó una plataforma interna llamada IBM Consulting Advantage con asistentes digitales para eficientizar el trabajo cotidiano. El objetivo es liberar a los equipos de tareas repetitivas y permitir que se enfoquen en tareas que generen mayor valor agregado. Este tipo de iniciativas reflejan cómo la IA no sólo cambia la forma en que operan las organizaciones, sino también las expectativas y capacidades del personal.
Sobre el cierre, Armagni compartió que, para él, el trabajo no desaparece, se transforma. "Lo que hay que hacer es reskilling: capacitar a las personas, capacitarnos nosotros, para estar acordes a las nuevas tendencias".
Martínez lo resumió con claridad: "Estamos en un momento para aprovechar estas tecnologías, pero también para preparar a las personas que las van a usar". Frente a una herramienta tan poderosa como la IA, la responsabilidad recae en cada actor del ecosistema: crear valor sin perder de vista el propósito.