El panel sobre la actualidad de la industria bancaria en el Forbes Money & CFO Summit reunió a tres de los principales referentes del sector financiero argentino: Alejandro Butti, CEO y Country Head de Santander Argentina; Guillermo Cerviño, presidente de Banco Comafi; y Fabián Kon, CEO de Banco Galicia.
En el debate moderado por Virginia Porcella, editora de Money de Forbes Argentina, los ejecutivos analizaron el presente del crédito en el país, la evolución del sistema financiero y los desafíos estructurales para consolidar el crecimiento.
Butti de Santander, inició la charla con un planteo de situación: los argentinos toman crédito cuando tienen confianza. "No es que en el pasado nosotros no queríamos ser bancos, sino que había poca demanda de crédito privado. Por otro lado, había como un crowding out, en el que el Estado teniendo déficit chupaba todo. Esta nueva situación del país con equilibrio o superávit hace el efecto opuesto y es muy virtuoso", dijo y mencionó que en este último año se duplicó el crédito real.

Cerviño coincidió en que el cambio no tiene que ver con una voluntad repentina de los bancos de prestar, sino con condiciones que ahora sí lo permiten. "Es como decir que un kiosquero no quiere vender chocolatines, es absurdo. No había demanda", expresó, y agregó que la baja en la tasa nominal también es clave: "Hay menos susto y le dan mejor los números para acceder a crédito".
Kon fue enfático en un punto central: "Si no hay moneda, no hay crédito". El ejecutivo remarcó que durante años "destruimos la moneda argentina sistemáticamente", lo que derivó en que sólo existiera crédito de muy corto plazo. "Ahora tenemos que pensar en plazos más largos", insistió. En ese sentido, destacó que ya se observa una mayor demanda por préstamos personales destinados a autos o propiedades.
El rol del mercado de capitales apareció como condición necesaria para sostener la expansión crediticia. "Los bancos no somos reservorios de préstamos", recordó Butti. Y añadió: "En algún momento, tiene que aparecer otro tipo de vehículo para descargar los préstamos, básicamente los de mediano y largo plazo. Ese mercado, que es típicamente de seguros de retiro, seguro de vida, inversiones de muy largo plazo, en Argentina todavía no está".
Cerviño coincidió en la necesidad de desarrollar instrumentos para ese desarme de carteras. "Hoy ese mercado de descarga es muy pequeño y todavía en términos relativos es un poco caro", lamentó, aunque se mostró optimista de que eso ocurra. "Es lo que pasa en el resto del mundo, incluyendo los países vecinos", dijo.
Sobre la calidad del crédito y los niveles de mora, Kon aseguró que "cuando empezás a prestar más, entrás a la selectividad menor", pero relativizó el impacto. "La mora promedio en Argentina está en 2%, todavía estamos muy bien comparado con países de Latinoamérica. Y no vemos que esto se pueda agravar", sostuvo. En particular, destacó la baja morosidad en hipotecarios: "La gente respeta su obligación, porque es su casa".
"El volumen de transacciones en mercados de capitales en Argentina es el 17% del PBI. En Chile es 45%, en Brasil es 60%. Hay mucho para crecer", detalló Kon en el panel donde uno de los puntos de consenso fue la necesidad de desarrollar el ahorro de largo plazo. Para revertir esa situación, sugirió replicar experiencias exitosas de la región, con incentivos impositivos al ahorro previsional complementario.
Por último, se debatió sobre los incentivos para que los ahorros de los argentinos vuelvan a entrar al sistema. "La palabra clave es 'confianza'. En el pasado muchas cosas que pasaron fueron dejando marcas en la gente. En la medida en que el plan se siga estabilizando, que la seguridad jurídica siga incrementando, que la gente empiece a ver reformas, vamos a lograr romper la tradición argentina", mencionó Butti.
"Sean US$ 150.000 o 250.000 millones que están debajo del colchón, es impactante lo que puede ocurrir vuelven éxito al sistema. Hay que generar el clima regulatorio necesario como para que pueda ocurrir", demandó Cerviño y aclaró que la velocidad a la que pueda ocurrir es la gran duda.