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Antonio Aracre, CEO para Latinoamérica Sur de Syngenta
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Antonio Aracre, de Syngenta: "Por el dólar ahorro, el país requiere US$ 20.000 millones más por año"

Alex Milberg Director

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Para Antonio Aracre, CEO para Latinoamérica Sur de Syngenta, el agro es uno de los sectores que pueden ayudar al país a salir de la crisis. Cómo salir de las peleas de blanco y negro y generar los dólares que hacen falta en la Argentina.

18 Enero de 2022 11.22

Egresado de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, con varios estudios de Posgrado, Antonio Aracre es el CEO para Latinoamérica Sur de Syngenta, compañía de la que forma parte desde 2000. 

-Dijiste que “la Argentina necesita US$ 20.000 millones adicionales por año para salir de la crisis”. ¿Cuántos podría aportar el campo? 

-Si mirás los primeros 10 meses del año, en Argentina tenemos superávit de la balanza comercial de unos US$ 12.000 millones, el turismo no generó déficit, y con todos los acuerdos en materia de deuda tampoco hubo grandes desembolsos.  ¿Por qué estamos enfrentando esta crisis?. Tiene que ver con esta cuestión muy arraigada en los argentinos, que hace 50 años no tenemos moneda como herramienta de atesoramiento. Lo único que nos queda es refugiarnos en el dólar. Eso hace que tu banco central demande por lo menos US$ 20.000 millones adicionales para que la gente se quede tranquila y no entre en un pánico colectivo. Pueden venir de cuatro o cinco sectores donde tenemos capacidad competitiva y comparativa para exportar de manera intensa: minería, agro, economía del conocimiento, ganadería. 

Antonio Aracre, CEO para Latinoamérica Sur de Syngenta

-Se habla mucho de los consensos necesarios, pero ¿qué falla? 

-En el agro, la presión fiscal a través de las retenciones es elevadísima. Es cierto que fue muy difícil en los últimos 30 años eliminar esa carga fiscal porque Argentina tiene un gasto social muy elevado, porque tenemos un índice de pobreza alto y porque se gasta mal. Busquemos un piso: ¿cuál es el nivel de productividad que tenemos en agro o ganadería? Quitémosle la carga fiscal como un incentivo a mejorar la producción, las exportaciones y la generación de divisas, como el sector automotriz. 

-¿Por qué no se puede hacer algo así en el agro? 

-El agro, por problemas en ambas partes, se enfrasca en algunas discusiones políticas que no permiten avanzar en una agenda más amplia y constructiva. ¿Por qué nuestro sector tiene tan mala reputación en las sociedades urbanas? ¿Cómo podemos hacer para contarles qué hacemos y cómo contribuimos?. El Estado puede ser un socio si hay una política de Estado coherente y predisposición desde nuestro lado. 

Antonio Aracre, CEO para Latinoamérica Sur de Syngenta

-¿Considerás que la clase política no comprende al agro o no es tan así? 

-Cada vez somos más los que tratamos de salir a hablarle a una sociedad que no conoce de este tema. Hay que sentarse en un programa de política o economía en un medio masivo a debatir con un ambientalista que tiene una gran empatía por parte de la sociedad urbana y poder hablarle de igual a igual. Tenemos que empezar a conectar con la sociedad urbana y contar quiénes somos y qué hacemos. En el agro se genera el 30% del PBI, más del 20% del empleo directo e indirecto, el 70% de las exportaciones. 

-¿Cómo impacta hoy en el productor la brecha cambiaria? 

-Cuanto más chica es la brecha, mejor funciona la economía del país. Hoy, cuando mirás el dólar oficial y lo comparás con el de la salida de la convertibilidad, no estamos tan lejos. Tal vez un dólar de 115 sería un dólar muy competitivo y uno contado con liqui de 140 haría que esa brecha esté en un tono de 25/30% perfectamente operable. Pero Argentina entra rápidamente en esas situaciones de pánico. 

-¿Cómo se puede generar oportunidades desde el agro en este contexto? 

-La primera razón para que se genere empleo es la existencia de crecimiento. Por ende pensar que en estas circunstancias discutir en el Congreso una nueva ley laboral va a generar mágicamente empleo y trabajo me parece que es una ficción; en todo caso lo que se podría pensar es para los nuevos trabajos promover una fuerte reducción de cargas fiscales, un proceso de finiquitación de contratos que no lleve a excesivos juicios laborales. Pero de ninguna manera afectar los derechos preexistentes de los trabajadores. Y no pretender una discusión general para todos los sectores, correrse un poco del blanco o negro.

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