En un país donde la macroeconomía se mueve a velocidades distintas según el estrato social, las pymes siguen siendo el motor silencioso que sostiene empleo, consumo y actividad productiva. Esa fue la tesis que sobrevoló el seminario organizado por el Banco Ciudad, un espacio que reunió a empresarios, académicos y especialistas para leer el presente y el porvenir de las pequeñas y medianas empresas argentinas.
La apertura, encabezada por el presidente del Banco Ciudad, Guillermo Laje, dejó un dato clave: más de $200.000 millones en créditos otorgados y más de 7.000 emprendedores y empresarios pasaron por los programas del Instituto PyME. No fue un mensaje marketinero, sino la confirmación de una tendencia: en 2025, la demanda de financiamiento volvió a aparecer como un elemento indispensable para sostener la operatoria diaria y preparar a las empresas para lo que viene.

Una economía de dos velocidades
Guillermo Oliveto, referente en consumo y tendencias sociales, aportó un diagnóstico que resuena en el mundo empresarial. "La Argentina opera hoy en modo dual. Mientras la clase media alta y alta tracciona consumo, la clase media baja y el sector más vulnerable llega al día 15 o 20 con el salario y transforma la compra en un acto de supervivencia más que de deseo", explicó el especialista.
El dato no es menor. Este comportamiento fragmentado impacta directamente en las pymes, que deben navegar un mercado donde conviven nichos premium hiperactivos y segmentos masivos retraídos.
Oliveto dejó además una advertencia estratégica:"Antes te venían a comprar, ahora hay que salir a vender. Ya no gana el que tiene stock".

Y sumó un elemento disruptivo que atraviesa a todos los sectores: el reseteo mental que generará la inteligencia artificial en los hábitos de consumo. En un mundo donde "el caos marca el nuevo orden", la velocidad ya no es un diferencial sino la condición mínima para competir.
Sectores que empujan y sectores que retroceden
El análisis sectorial también expuso una realidad que las PyMEs conocen de primera mano:
- Empujan: agro, petróleo, minería, pesca y servicios.
- Retroceden: comercio, industria y construcción —esta última definida como "industria de industrias", cuyo deterioro preocupa por su arrastre negativo.
La foto es clara. Mientras algunos sectores encuentran ventanas de oportunidad, otros atraviesan una sequía prolongada. Para las PyMEs, esto exige una lectura fina del mercado y una capacidad de adaptación que rara vez se enseña en manuales.
El liderazgo que exigen las nuevas generaciones
En la segunda mitad del seminario, el foco se desplazó hacia un tema que suele generar tensión dentro de las organizaciones: la relación con la Generación Z.

Pasty Lauria, especialista en desarrollo organizacional, desmontó algunos de los mitos más arraigados sobre el trabajo joven y dejó un mensaje contundente: "A la generación Z ya no le importa dónde están trabajando sino en qué espacio".
Según Lauria, el liderazgo tradicional ya no funciona. La autoridad vertical tiene fecha de vencimiento y las empresas que no lo entiendan perderán talento con la misma rapidez con la que intentan retenerlo. Su planteo fue casi un manual de supervivencia para líderes PyME en tiempos de rotación permanente:
- El compromiso precede a los resultados.
- El disfrute es un insumo laboral, no un lujo.
- "Las personas se enamoran de los contextos, no de los logros de las compañías".
- Si no hay escucha y coherencia, los jóvenes simplemente se van.
La Generación Z, global, inclusiva, hiperconectada y demandante de propósito, no negocia ambientes tóxicos ni liderazgos autoritarios. Y su presencia creciente en las plantillas marca el ritmo del cambio cultural.
Lo que viene para las pymes
El evento dejó un mensaje transversal: la adaptación ya no es una ventaja competitiva, es una imposición del contexto. En un país con salarios reales 25% por debajo de los niveles de una década atrás y un horizonte de recuperación recién proyectado para 2027, las PyMEs deberán moverse en un ecosistema donde:
- el financiamiento será clave,
- el consumo estará segmentado,
- la tecnología marcará ritmo,
- las nuevas generaciones redefinirán el liderazgo,
- y la velocidad del cambio no dará tregua.
Las pymes argentinas siempre fueron resilientes. La diferencia es que hoy esa resiliencia necesitará más estrategia que instinto. Porque en un mundo "flux", como definió Oliveto, sobrevivirá y crecerá quien pueda leer antes que nadie hacia dónde se mueve la ola.