- ¿Cuál fue el tema más desafiante que te tocó enfrentar en los últimos años, desde el punto de vista del management?

- El tema de gestión de talento me parece un desafío enorme, especialmente en los últimos dos años. Como dato, el banco –y creo que la industria financiera en general– operaba con una tasa de rotación anual del 3%. Eso hoy parece de otra época, saltamos rápidamente al 12% promedio en el banco, pero con algunos perfiles llegando al 40%.

- Imagino que más por área de programación…

- Sí, el mundo de los científicos de datos y de ingeniería tecnológica. Pero el punto es que evidentemente no podemos resolver eso simplemente pagando más o buscando más rápido, tenés que cambiar un montón de cosas. Nos llevó a un cambio cultural y a reaprender muchas cosas que hacíamos en términos de atracción de talento. La industria hizo un esfuerzo muy grande en cambiar su forma de ver el mercado laboral. Un montón de cambios culturales que a mí me parecieron muy desafiantes.

- ¿Y en materia de sostenibilidad?

- Estamos en el medio del proceso de financiación; los bancos en general en el mundo y nosotros en particular hemos hecho una apuesta muy directa de ver esto como un imperativo de responsabilidad social, pero también como un imperativo de negocio. Por ejemplo, el grupo BBVA tiene claro que a partir de 2030 (no es el único caso, hay más) no va a financiar en el mundo del petróleo y gas upstream. Eso no solamente nos transforma a nosotros, que tendremos que suplir esos negocios por otro lado, pero es evidente que, a medida que haya una masa crítica de la industria financiera que haga esto, es la industria del upstream la que va a tener que transformarse. Es una mirada muy nueva y que condiciona múltiples industrias, no solo la que mencioné como ejemplo.

- Sos economista y CEO del banco desde hace ocho años. ¿Cómo es a nivel personal tu manejo del estrés, de la resiliencia?

- Lo obvio es saber conectar y desconectar, ¿no? Eso lo doy por sentado y cada uno tendrá su fórmula propia de qué te desconecta. Tengo hijas adolescentes y mellizos de 7 años, así que cuando llego a mi casa me resulta bastante fácil desconectarme. Pero en la interna es cierto que hemos pasado de todo. Personalmente, lo que encuentro como un gran problema de estrés en Argentina es que Argentina frustra; nos somete a mucha frustración en muchos sentidos, a poco que uno mire el entorno, un país al que no le fue muy bien en el último tiempo (en versión muy larga del último tiempo). Por desgracia estamos excesivamente expuestos a esa frustración en el tiempo y es una gran contribución al estrés. Personalmente entiendo que la solución a eso es buscar en nuestro trabajo el territorio sobre el cual tenemos capacidad de acción, de gestión y de control. Enfocarnos en nuestros proyectos. El entorno es el que es, la competencia es la que es y todos competimos en la misma cancha, nos gustaría competir en una cancha con el pasto bien cortado… Bueno, estamos medio en el barro, pero estamos todos en la misma, entonces hay que jugar en el barro y hay que enfocarse en lo que uno puede hacer. Lo más liberador de estrés es enfocarse en lo que hacemos productivamente y dedicarnos un poco menos a ver esa frustración permanentemente. Todos podemos bajar la cantidad de tiempo en que nos amargamos con cosas que no somos capaces de controlar.