El año que termina marcó un punto de inflexión en el mercado de fusiones y adquisiciones en Argentina. Después de dos años de contracción, el país registró más de 180 operaciones por un valor total de US$ 5.000 millones entre enero y septiembre, según un informe de Aon elaborado en octubre. Pese a una leve caída del 9% en valores respecto al mismo período de 2024, hubo un crecimiento del 7% en volumen.
Un análisis más detallado del primer semestre, realizado por PwC, muestra que se registraron 38 transacciones por US$ 4.080 millones. Según ese informe, aunque el nivel de actividad cayó aproximadamente 30% respecto al segundo semestre de 2024 —que había sido récord—, en cantidad de operaciones se mantuvo similar al primer semestre de 2024 y al promedio de años anteriores. En términos de valor, fue el segundo mejor registro desde 2017, después del segundo semestre de 2024.
"Este año se caracterizó por un contexto de alta incertidumbre política que derivó en una gran volatilidad financiera hasta el cierre del proceso eleccionario", explica Ramiro Isaac, director de Deal Advisory & Strategy de KPMG Argentina. Sin embargo, añade que "la actividad de M&A durante el año en el país resultó positiva reflejando el cambio de perspectiva de largo plazo sobre la economía argentina por parte de los inversores en general, lo cual permitió la consolidación de una tendencia alcista en términos de volumen transaccional y un aumento relativo en el valor medio de las mismas".
Un mercado de contrastes
El año estuvo lejos de ser uniforme. Según Fernando Garabato, socio de Deal Advisory de BDO en Argentina, "tuvimos un primer semestre muy activo que luego se ralentizó en la segunda mitad del año, principalmente por la volatilidad que generó el clima eleccionario". Garabato describe el sentimiento de los actores del mercado con una metáfora elocuente: "momentos suaves combinados con otros de mayor tensión. No fue un año tranquilo".
Marcos Bazán, socio líder de Estrategia, Riesgos y Transacciones de Deloitte Cono Sur, coincide en que hubo un cambio notable en el ánimo de compradores y vendedores: el año "comenzó con cautela debido a la incertidumbre por las reformas iniciales y el 'wait and see' ante elecciones, pero evolucionó hacia un optimismo creciente". El ejecutivo señala que el primer semestre mostró cautela con operaciones selectivas y el segundo semestre consolidó un optimismo con mayor participación de inversores extranjeros.

La caída del riesgo país en las últimas semanas del año y el regreso de algunas empresas al mercado de capitales permitieron reactivar operaciones que habían entrado en compás de espera, según Garabato.
Los mega deals que marcaron el año
Un distintivo de 2025 fue la concentración de valor en pocas operaciones de gran envergadura. Isaac destaca que "una característica importante de la actividad de M&A en el año fue la concreción de algunas operaciones de gran tamaño que concentraron gran parte del valor transado durante el año, tales como la adquisición de los negocios de Petronas en Argentina por parte de Vista por más de US$ 1.300 millones o la compra de Telefónica Argentina por parte de Telecom por US$ 1.200 millones aproximadamente".
También destacaron la adquisición de Profertil por ACA y Adecoagro a Nutrien, la compra de participaciones en Vaca Muerta por parte de YPF (US$ 500 millones) y la adquisición de activos de GeoPark a Pluspetrol (US$ 115 millones), según el informe de Aon.

De acuerdo con datos de EY publicados en diciembre, se registraron seis operaciones por montos superiores a los US$ 1.000 millones en los últimos 12 meses, un volumen sin precedentes recientes en el mercado local.
PwC destaca este fenómeno de "mega deals" como una nueva tendencia. "En la medida que se continúe consolidando el proceso de estabilización y de mayor apertura de mercado, deberíamos continuar viendo transacciones con tickets grandes", señala un informe de la consultora sobre el primer semestre del año.
Este fenómeno argentino se inscribe en una tendencia global. Según el informe "2026 M&A Trends Survey" de Deloitte, publicado en noviembre de este año, el mercado estadounidense experimentó un aumento significativo en el valor de las transacciones en el tercer trimestre del año, alcanzando US$ 598.000 millones, el nivel más alto en casi cuatro años y un salto del 56% respecto al segundo trimestre. Sin embargo, el número total de operaciones se mantuvo relativamente estable, lo que sugiere una concentración en transacciones de mayor tamaño, similar a lo observado en Argentina.
Energía y tecnología lideraron la actividad
Los sectores que dominaron el panorama fueron energía y minería, tecnología y telecomunicaciones, y servicios financieros. El impulso vino de múltiples frentes: desde la demanda global por recursos naturales y la necesidad de reconfigurar cadenas de abastecimiento protegidas de riesgos geopolíticos, hasta la búsqueda de capacidades de innovación y mayor participación de mercado.

Según el análisis de PwC del primer semestre, Energía & Recursos y TMT (Tecnología, Medios y Telecomunicaciones) fueron los sectores más activos, representando el 50% del total de operaciones, seguidos por Alimentos & Agro, Industria & Construcción y Servicios Financieros (casi 25% adicional). Sin embargo, el informe destaca una mayor diversificación sectorial: más del 25% de las transacciones correspondieron a otros sectores diversos, una tendencia que, según PwC, debería mantenerse en un mercado de M&A más activo y menos concentrado.
Bazán señala que los sectores más activos incluyeron energía y recursos naturales "gracias a Vaca Muerta y el litio", además de tecnología y economía del conocimiento, donde startups y servicios digitales fueron protagonistas, agroindustria con expansión en alimentos y fertilizantes, e industrias como telecomunicaciones y automotriz.
Garabato coincide en destacar que "entre los sectores más activos se destacaron el energético y toda su cadena de valor", citando como ejemplo la redefinición de la estrategia de YPF, que vendió explotaciones maduras para refocalizar su inversión en activos no tradicionales. También menciona los movimientos en telecomunicaciones y medios, como la salida de Viacom de su participación en Telefé.
Estrategia sobre finanzas
Un rasgo distintivo del año fue el predominio de adquisiciones estratégicas orientadas a capacidades —tecnología, talento, sinergias operativas— por sobre transacciones de consolidación puramente financiera.
"Efectivamente, el mercado de M&A en Argentina muestra una clara inclinación hacia adquisiciones estratégicas enfocadas en capacidades", confirma Bazán, quien añade que esta tendencia se alinea con inversores que buscan crecimiento inorgánico y competitividad global en lugar de solo optimización de balances.
Garabato es aún más enfático: "El sello de 2025 fue el predominio de la estrategia empresarial y la búsqueda de market share por sobre las decisiones puramente financieras". Y agrega un dato revelador: "La mayor parte de las inversiones provinieron de empresas operativas más que de fondos de Private Equity, que en general se mantuvieron expectantes".
Según Ignacio Hecquet, socio de EY-Parthenon Argentina, en la mayoría de las grandes transacciones los compradores fueron compañías argentinas: Telecom, Vista, Pluspetrol, YPF y Galicia, lo que representa uno de los mensajes más potentes sobre la confianza del empresariado local en el nuevo ciclo económico.

Sin embargo, un dato del informe de PwC sobre el primer semestre muestra un matiz interesante: hubo mayoría de inversores extranjeros, con una proporción de 61% extranjeros versus 39% locales. El informe destaca que "hoy el inversor extranjero está invirtiendo más en el país que el local —son proporciones que no se veían desde la administración de Mauricio Macri". De los compradores extranjeros, casi la mitad realizó su primera incursión en Argentina, mientras el resto ya contaba con operaciones previas en el país.
Un indicador del cambio de ciclo es la desaceleración en las salidas de empresas multinacionales. El informe de PwC registra que durante el primer semestre hubo al menos 4 transacciones en las que grupos multinacionales vendieron toda o parte de su operación en Argentina, una caída significativa si se compara con las 12 salidas ocurridas en todo 2024. Desde 2020 se han registrado más de 80 salidas de este tipo. "Salidas seguramente seguirá habiendo, pero en la medida que el riesgo argentino continúe a la baja, deberían ser cada vez menos", concluye el análisis de PwC.

A nivel latinoamericano, el panorama fue mixto. La región alcanzó 2.118 transacciones por US$ 78.128 millones en los primeros nueve meses del año. Si bien el volumen cayó 3,7%, el valor de las operaciones creció 23,7%.
Brasil lideró el ranking con 1.303 operaciones y US$ 37.086 millones, seguido de México con US$ 19.283 millones y Colombia con US$ 5.934 millones. Argentina y Chile completaron el top cinco regional. Carlos Dorado, líder de M&A and Transaction Solutions para Hispanic South America en Aon, destaca que "Argentina, Brasil, México y Colombia fueron los únicos países de América Latina que registraron resultados positivos", reflejando un mercado más selectivo y orientado hacia operaciones de mayor valor.
Optimismo con cautela para 2026
El consenso entre los especialistas es que 2026 será un año aún más dinámico. Garabato anticipa "un muy buen año en materia de inversiones y M&A", con mayor protagonismo de estratégicos globales —hasta ahora fueron los locales quienes lideraron— y un retorno más activo de inversores financieros.
"En la mayoría de los casos, los compradores fueron empresarios o compañías argentinas. Ese es un factor sumamente relevante", añade Hecquet, quien destaca el renovado interés por los activos argentinos por parte de inversores globales. "Participamos de foros globales de M&A que siguen la actividad en todo el mundo y hacía mucho tiempo que no nos preguntaban por Argentina. Eso cambió desde mediados de 2024, que empezamos a recibir consultas sobre el proceso de transformación liderado por el presidente Milei", suma.
"La mejora en la relación comercial con EEUU, la baja del riesgo país y la expectativa de menor volatilidad generan un escenario atractivo para Private Equity y Family Offices, tanto locales como internacionales", explica el ejecutivo de BDO, quien también prevé una ampliación hacia operaciones de menor tamaño, con empresas interesantes en el rango de US$ millones 10 a US$ 30 millones.
Este optimismo se refleja en datos globales. El informe "2026 M&A Trends Survey" de Deloitte, basado en una encuesta a más de 1.500 ejecutivos de empresas y fondos de private equity en Estados Unidos, revela que el 90% de los encuestados de PE y el 80% de los corporativos anticipan un aumento en el número de operaciones que realizarán en los próximos 12 meses. En cuanto al valor agregado de las transacciones, el 87% de los ejecutivos de PE y el 81% de los corporativos esperan incrementos.
Sin embargo, el mismo informe señala que las expectativas son más moderadas que hace un año: mientras en 2024 el 33% esperaba que el volumen de operaciones aumentara "significativamente", en 2025 ese porcentaje cayó a 17%, y el 67% ahora anticipa un aumento "moderado".
Bazán proyecta que los deals aumentarán significativamente, con un fuerte foco en operaciones medianas (US$ 100-500 millones), que podría elevarse considerando la política de privatizaciones y el fomento del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
Isaac, de KPMG, espera mayor actividad en industrias de manufactura y comercio, que necesitan reconvertirse para alcanzar mayores niveles de competitividad. "En particular, los sectores tales como textil, calzado, metal-mecánica, materiales de la construcción, así como los distintos canales de retail" deberán utilizar procesos de M&A para navegar el nuevo equilibrio macroeconómico y la desregulación progresiva.
Los especialistas identifican nichos donde la necesidad de adquirir tecnología o consolidarse será inevitable. Bazán menciona tecnología, ciencias de la vida y cuidado de la salud, servicios financieros y energía como sectores donde la presión por incorporar capacidades será un "must", impulsados por el auge de la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la robotización y la consolidación de fintech.
Garabato agrega que el sector financiero y las Alycs tendrán fuertes incentivos a consolidarse, mientras que la apertura económica exigirá mayor competitividad, favoreciendo a empresas con ventajas operativas o tecnológicas. "Por último, el sector público también será protagonista: las privatizaciones previstas para 2026 impulsarán nuevas operaciones y agregarán dinamismo al ecosistema de M&A", concluye.