Luego de recibir la noticia de la aprobación de su primer proyecto RIGI, el CEO de PCR, Martín Brandi, visitó la redacción de Forbes y habló desde la situación del país hasta la hoja de ruta de futuras inversiones.
"Estamos muy contentos. Trabajamos varios meses para lograr la aprobación del proyecto y ahora rápidamente vamos a iniciar la construcción junto con nuestro socio Acindar".
¿Cuánto tiempo va a llevar la obra y cuál es el tamaño que tendrá el parque?
Es un parque eólico de 180 MW ubicado en Olavarría. La particularidad del proyecto es que vamos a hacer una obra de ampliación de transporte. Obtuvimos la prioridad despacho gracias a que nos encargamos de hacer una obra de ampliación de la capacidad de transporte de 500 kv a costo nuestro. Es uno de los primeros proyectos en hacer esto en historia reciente. Vamos a invertir 275 millones de dólares y esperamos terminar la obra a principios del 2027.
¿Es una línea nueva?
En rigor, no es una línea nueva, sino potenciar una línea existente. Se van a quitar unos capacitores y se van a poner otros de mayor capacidad. Porque la línea estuvo diseñada originalmente para traer energía del Comahue y dejarla en Olavarría. Ahora, Olavarría se convirtió en un lugar que aporta energía, con lo cual, se está potenciando el último tramo de la línea que va hasta Buenos Aires.
¿Están pensando en aplicar al RIGI con algún otro proyecto?
Tenemos proyectos como para pensar en aplicar, nos encantaría hacerlo. Pero primero tenemos que poner en caja este proyecto, tratar de cerrar el financiamiento internacional y tener la construcción por lo menos encaminada. Tenemos algunos proyectos en cartera y, dependiendo de cómo evolucione la demanda de energía en el país y qué tan fácil sea vender esa energía de otros proyectos, ojalá podamos presentar algún otro en el RIGI.
¿Sos optimista respecto a las obras que hacen falta para solucionar el cuello de botella en capacidad de transporte?
La industria renovable hoy tiene dos cuellos de botella. Uno es la capacidad de transporte, que en este caso nosotros lo hemos resuelto haciéndonos cargo de una obra. No va a ser una cantidad enorme, pero para el tamaño de nuestra empresa, tenemos proyectos más que suficientes para encarar. Y el otro cuello de botella es encontrar a quién venderle la energía. Hemos venido vendiéndole a la industria, a los grandes usuarios y esa demanda está muy abastecida. Entonces, el desafío que tiene el sector es encontrar mecanismos para venderle a las distribuidoras y que las distribuidoras sean sujetos de crédito.
¿Cómo ves la agenda de desregulación eléctrica que propone el gobierno?
Es muy auspicioso que el sector eléctrico vaya migrando a un modelo más de mercado. En la medida en que esos pasos se vayan dando, seguramente va a ser viable que los generadores celebren contratos con otros actores de la demanda, como pueden ser las distribuidoras. No creo que sea instantáneo ni inmediato. Argentina viene de muchos años en donde el único offtaker fue Cammesa. Esa transición seguramente va a llevar algo de tiempo, así que ojalá que el gobierno encuentre algún mecanismo para que haya contratos y proyectos que se ejecuten hasta que llegamos a la situación ideal.
En materia de parques solares, ¿tienen algo en carpeta?
En San Luis, junto con Acindar, construimos el primer parque híbrido, eólico fotovoltaico. Tenemos ya en operación 18 MW fotovoltaicos ahí con otros 110 MW eólicos. Y tenemos otro proyecto solar posible en el norte argentino que en la medida en que sea factible, ojalá podamos encararlo en los próximos dos o tres años.
¿La minería podría ser un driver de demanda interesante en el norte para proyectos solares?
Seguro. Por el tamaño que puede alcanzar, la potencia que tiene la demanda de la minería es algo que va a traccionar en cualquier parte, pero en particular en el norte. Puede ser un motor de crecimiento para las renovables.
Te pregunto por el Oil & Gas que es la otra gran pata de la compañía. Recientemente estuvieron adquiriendo nuevas áreas. ¿Cuál es la situación actual y hacia dónde están yendo?
En el marco del proyecto Andes adquirimos un área que se llama Llancanelo. Es un área que tenía YPF en Mendoza de petróleo pesado, convencional. Pero a diferencia de prácticamente todas las otras áreas que YPF vendió, esta es un área para desarrollar, no es un área madura. Estamos ejecutando nuestra primera campaña, tenemos buenos resultados y tenemos previsto que va a ser un activo en el cual la empresa va a poner mucho foco.
¿Cuál es la meta de producción?
Esa área está cerca de los 1800 barriles por día y si logramos llevar adelante el plan que queremos, apuntamos a llegar, por lo menos, a 6000 barriles por día.
Y es un petróleo muy demandado, porque con toda la revolución de Vaca Muerta se inundó el mercado de petróleo liviano.
Es así. Nosotros tenemos muy cerca la refinería de Luján de Cuyo y es un petróleo que le sirve mucho al mercado argentino.
De cara a lo que viene, ¿van a seguir buscando oportunidades en el Proyecto Andes u otras áreas convencionales o pueden incursionar en Vaca Muerta?
Siempre estamos atentos y mirando oportunidades. Primará la prudencia de encarar proyectos que podamos llevar adelante y estemos tranquilos. Pero claramente el no convencional y en particular Vaca Muerta tiene muchas oportunidades. Así que, es posible que en algún momento lo hagamos. No estamos con el foco en eso ahora en el corto plazo, pero podría ser. Y en el proyecto Andes también vamos a mirar, estamos siempre mirando.
En líneas generales, ¿te ponés alguna meta como cabeza de la compañía?
Además de poner en valor a Llancanelo, seguir con nuestras otras áreas convencionales que son buenas. No es que van a duplicar su producción pero ojalá podamos sostener el nivel de producción que tenemos en el en el resto de las áreas.
¿Cómo es invertir en Argentina? ¿Qué visión tenés de la situación del país?
El país está atravesando un proceso de normalización de la economía, que era algo muy necesario para seguir traccionando inversiones. Ojalá que este proceso continúe, porque todavía no estamos del otro lado del río. Todavía Argentina presenta muchos desafíos. En lo personal soy optimista de que se pueda finalizar este proceso de normalización de la economía y que Argentina empiece a traccionar inversiones y a crecer de manera sostenida.