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Paz Álvarez, fundadora de Zavia Bio
Negocios

Creció entre viñedos y una historia familiar la impulsó a crear una startup biotecnológica para revolucionar el agro

Agustín Jamele

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Paz Álvarez es fundadora de Zavia Bio, empresa que desarrolla insumos biológicos para el agro. Sus comienzos en Mendoza, qué la llevó a emprender y la inyección de capital de US$ 200.000 que impulsó el proyecto.

6 Diciembre de 2025 07.30

En la biotecnología agrícola, la mayoría de las historias empieza en un laboratorio universitario. La de Paz Álvarez y Zavia Bio arranca en una finca mendocina, sigue en un ministerio en Buenos Aires y hoy se juega entre un laboratorio en Montevideo, ensayos en cuatro países y calls con inversores de biotecnología deeptech.

"Nunca soñé con ser emprendedora", admite. Su punto de partida no fue la ciencia ni el emprendedurismo, sino el campo. Creció en una zona rural de Mendoza, en una familia de productores, en una provincia donde el agua siempre fue un límite duro. "Mi abuela tuvo que dejar la actividad agrícola por los distintos desafíos climáticos y también por falta de herramientas de tecnología económicas, y eso me marcó muchísimo en mi infancia", cuenta. Esa escena, una explotación familiar que se apaga por falta de tecnología y capital, hoy es el origen emocional de Zavia.

Paz Álvarez, fudnadora de Zavia Bio
Paz Álvarez, fudnadora de Zavia Bio

De la función pública a la ciencia aplicada

Álvarez estudió negocios y relaciones internacionales, se especializó en tecnologías exponenciales y trabajó cuatro años en el Ministerio de Agroindustria, donde coordinó agricultura y desarrollo territorial. "Fue como hacer un doctorado en la vida real", resume sobre esa etapa. Aprendió cómo se piensan las políticas para el agro, sus tiempos y sus límites.

La conclusión, con el tiempo, fue clara. "Si realmente querés transformar la agricultura, lo voy a hacer usando a mi favor el motor del mercado y quiero poder liderar mi propia empresa y usar la tecnología y la ciencia al servicio de los productores agropecuarios para crear soluciones concretas, reales, medibles que puedan llegar al campo", cuenta sobre los inicios de su camino como emprendedora.

El salto no fue inmediato. Al principio imaginaba proyectos más cercanos a sensores, IoT y datos. El giro hacia la biotecnología vino de la mano de un mentor argentino vinculado a fondos de inversión en biotech. "Me dijo: 'Si realmente querés transformar la agricultura, tenés que pensar en ciencia'. Y yo hasta ese momento no había tenido ningún contacto con la ciencia", recuerda. El siguiente descubrimiento fue identitario: "Fue un gran proceso interno darme cuenta de que yo, sin ser científica, podía liderar y crear una empresa de ciencias".

El origen de Zavia Bio y el diseño de proteínas

En 2021, en un programa para emprendedores, conoció a Enrique Detarsio, hoy director científico de Zavia Bio, con una larga carrera en biotecnología. Ella traía el bagaje de negocios y agro; él, la profundidad científica. Un año después, en 2022, la idea se materializó en la empresa.

"Zavia es una startup de agrobiotecnología. Estamos desarrollando insumos biológicos para el agro, lo que comúnmente se conoce como agroquímicos, pero lo que desarrollamos son alternativas o complementos a los agroquímicos, de base biológica, es decir, libres de químicos", explica.

El corazón tecnológico está en el diseño de proteínas. "El core de la tecnología se basa en el diseño de proteínas que podemos crear para generar respuestas en las plantas. Cuando se pulverizan estas proteínas sobre las plantas, podemos generar reacciones que mejoran o eficientizan la producción agrícola sin tener que modificar genéticamente las plantas".

El primer foco fue muy concreto: sequía. "Empezamos con la motivación de poder hacer adaptación de la agricultura al contexto de sequía y crisis hídrica", dice. Su historia personal en Mendoza estaba ahí, de fondo. "Cuando lo conocí a Enrique empezamos a pensar juntos cómo podíamos hacer para aumentar la adaptación de los cultivos a la falta de agua. Entonces desarrollamos un primer producto que está enfocado en eso".

Agrotech, Startups, Nutrition Technologies
El core de la tecnología de Zavia Bio se basa en el diseño de proteínas que podemos crear para generar respuestas en las plantas.

En el proceso, entendieron que la plataforma de diseño de proteínas podía ir mucho más lejos. "Nos dimos cuenta de que el diseño de proteínas tenía un potencial mucho más grande y empezamos a desarrollar toda una plataforma tecnológica. Esa primera misión se hizo mucho mayor con el tiempo", explica. Hoy, esa plataforma les permite construir una familia de insumos biológicos para distintos problemas del agro, incluyendo un herbicida biológico para malezas resistentes a los herbicidas tradicionales.

Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Brasil: una deeptech de LATAM con mentalidad global

Zavia no se pensó nunca como una compañía local. "Sabemos que los desafíos que queremos solucionar no están presentes solamente en la agricultura argentina, sino que son desafíos que enfrentan los productores agrícolas de todo el planeta y afortunadamente tenemos las herramientas para escalar rápidamente", sostiene.

Esa lógica se tradujo en una internacionalización temprana. Empezaron con laboratorio en Mendoza, pero, al no venir de la academia, no tenían el "puente" de los laboratorios universitarios que suelen usar muchas biotech. Conseguir infraestructura propia fue complejo. Hace un año decidieron mover el I+D a Montevideo.

"Hoy tenemos nuestro laboratorio operativo en la ciudad de Montevideo y desde ahí hacemos investigación y desarrollo, pero mantenemos operaciones también en Argentina, sobre todo ensayos a campo y validación", dice. Además, ya tienen actividades en Estados Unidos y Uruguay, con ensayos lanzándose en Brasil.

Zavia Bio
El laboratorio operativo de Zavia Bio se encuentra en la ciudad de Montevideo, Uruguay

Latinoamérica no es solo territorio de prueba, también es ventaja competitiva. "LATAM en ese sentido tiene una ventaja competitiva enorme por el tema de costos. Desarrollar investigación y desarrollo científico en LATAM nos ayuda a ahorrar muchos costos en comparación con startups que lo hacen en Norteamérica o en Europa", explica.

El equipo, por ahora, se mantiene deliberadamente chico. "Hoy somos solamente cuatro personas. Tenemos un poco la filosofía de tratar de mantenernos con un equipo liviano y ágil", cuenta. En 2026 planean sumar expertos, pero sin perder esa lógica lean: foco en estar en la vanguardia de diseño de nuevas proteínas y, en paralelo, escalar productos a nuevos cultivos y mercados.

De Mendoza al laboratorio global: talento local, advisors globales

El core humano de Zavia es talento argentino y uruguayo, formado en universidades de la región. "Sin dudas el talento en Argentina es muy bueno. Tenemos una muy buena formación académica, las universidades argentinas forman muy buenos profesionales, sobre todo en ciencia y tecnología, y eso lo usamos a favor", afirma.

Pero el círculo no termina ahí. "Estamos trabajando con una red de advisors internacionales, sobre todo de Estados Unidos y Canadá. Está bueno tener visiones diferentes, porque si bien los desafíos de la agricultura son los mismos, el mercado se comporta a veces de manera diferente", explica.

Mujeres en el agro, agronegocio
El primer empujón para Zavia Bio llegó de Grix, una company builder que invirtió US$ 200.000 en 2022

Esa combinación, ciencia y talento local, mirada global, está en el ADN de la empresa.

Capital para deeptech: levantar dinero sin perder el norte

Construir una startup de biotecnología no se parece a lanzar una app. "En el mundo de las tecnologías profundas es particularmente difícil porque, a diferencia de otras industrias como el software, donde podés tener un producto mínimo viable que hiciste en tu casa, en biotecnología necesitás capital desde el principio para poder desarrollar una prueba de concepto", señala.

El primer empujón llegó de Grix, una company builder que invirtió US$ 200.000 en 2022. "Fue una inyección de capital súper importante, fundamental para poder empezar", reconoce. Luego llegaron los inversores ángeles, con un valor que trasciende el cheque. "Fueron muy claves, no solamente por el capital, sino porque nos abrieron muchas puertas en contactos con otros empresarios, con agricultores, conexiones internacionales".

Entre ellos está Mauro Piba, CEO de Nova, una compañía que desarrolla insumos biológicos para el agro y ya recorrió el camino del laboratorio al mercado. Su apoyo les dio acceso a experiencia y red en una industria donde el ciclo de desarrollo es largo.

Paz Álvarez y Zavia Bio fueron ganadoras del programa Acelerar Creadoras de HSBC y Endeavor
Paz Álvarez y Zavia Bio fueron ganadoras del programa Acelerar Creadoras de HSBC y Endeavor

Álvarez tiene una mirada crítica sobre la romantización del fundraising. "Tengo una unpopular opinion: a veces es fácil caer en la tentación del titular cool de 'levantaste millones' y la motivación te confunde", advierte. Su preocupación va por otro lado: "Lo más importante es preguntarse si es el momento correcto para levantar capital y cuánto capital querés levantar, que sea lo que realmente necesitás, porque también eso implica dilución".

Y agrega un punto poco dicho: "Muchas veces hablamos de los montos que levantan los emprendedores y no se habla de la dilución del equipo emprendedor, que también es una razón de motivación importante en el largo plazo". Para ella, hacer fundraising exige ser frío, estratégico y muy cuidadoso con el tiempo que le roba al CEO de la operación: "Es un proceso muy desgastante, toma mucho tiempo, es un trabajo full time que le quita horas o meses de trabajo a tu producto y tus clientes".

Emprender como modo de vida (y no quemarse en el intento)

Para el público emprendedor, la pregunta inevitable es si el rol de founder es realmente un 24/7. Álvarez no duda: "Definitivamente es un modo de vida". Pero marca un matiz clave: "No pesa cuando realmente tenés la vocación, y va más allá de la vocación de emprender: es la vocación por solucionar el problema que estás solucionando".

Zavia Bio
Zavia Bio

En su caso, "el problema" es el sistema agroalimentario. "Para mí emprender no era un fin en sí mismo. El fin es generar soluciones para el sistema agroalimentario y eso es lo que realmente me motiva todas las mañanas a despertarme muy temprano, a sacrificar muchas cosas de mi vida personal", admite. La lista incluye tiempo lejos de su familia, amigos y pareja. "Todos esos sacrificios cobran sentido cuando me doy cuenta de que puedo ser protagonista en la transformación del sistema agroalimentario e impactar la vida de agricultores de todo el mundo".

También tuvo que aprender a cargar responsabilidades grandes siendo muy joven. "Personalmente me pasó que, siendo muy chica, ocupé lugares de toma de decisión muy importantes", dice sobre sus pasos por el sector público, privado y ONG. Esa experiencia la entrenó para su rol actual. El otro componente es interno: "Confiar en tu propio criterio y en tu propio instinto es fundamental. Trabajar mucho la autoestima y la confianza en uno mismo es clave cuando sos emprendedor".

La salud mental es un tema recurrente entre founders. "Es un tema que se discute mucho entre pares. Tratamos de darnos mucha contención entre nosotros", cuenta. Y suma la variable cultural: en ecosistemas como el argentino, donde la cercanía es parte del ADN, esa red de apoyo es más visible.

El deporte es su cable a tierra. "Practiqué montañismo toda mi vida", dice. Desde que se mudó a Uruguay, sumó mar y adrenalina: "Incursioné en el mundo del surf, la navegación, la natación... y este año empecé a hacer paracaidismo, como si no faltara acción en la vida de Zavia", bromea.

Deeptech, ciencia ficción y el futuro que se viene encima

Zavia Bio opera en la intersección de biotecnología e inteligencia artificial, un cruce que, según Álvarez, está transformando silenciosamente el mundo. "Muchas de las grandes transformaciones que la inteligencia artificial y la biotecnología están generando van a impactar en la salud, en los materiales, en los alimentos, en la agricultura y realmente van a ser parte del día a día de todas las personas", anticipa.

Su entusiasmo se dispara cuando suma una tercera pata: "Algo que a mí particularmente me tiene muy entusiasmada es cuando a esa ecuación de biotecnología e inteligencia artificial se suma la computación cuántica". Hace poco estuvo en Canadá con startups del sector y salió con la convicción de que el próximo gran salto no va a ser cuestión de siglos ni décadas: los cambios se aceleran. "No va a ser una revolución tecnológica, va a ser una revolución como civilización directamente", dice.

Mujeres en el agro

Esa revolución, advierte, trae tanto oportunidades como dilemas éticos. "Mientras más sabés de estas cosas, un poco más de incertidumbre te genera", reconoce. Pero su respuesta no es retraerse, sino involucrarse: "La tecnología no es buena o mala, sino lo que hagamos con ella. No hay que esperar, no hay que ser espectador: tenemos que ser protagonistas". En su caso, la decisión es usar IA y biotecnología para mejorar el sistema agroalimentario, no para amplificar daños.

El rol que quiere jugar Zavia Bio

Cuando se le pregunta qué lugar quiere ocupar en ese futuro, la respuesta es directa: "Con Zavia estamos trabajando para poder ser parte de los líderes de la industria a nivel global que generen las soluciones para el sector agroalimentario que hoy otras tecnologías no pueden ofrecer. Eso lo vemos en el corto y mediano plazo, no es algo que veamos muy lejano".

En lo personal, el desafío es acompañar el crecimiento de la empresa con su propia evolución como líder. "Los primeros dos o tres años de la empresa requieren una versión de Paz que no es la misma versión que van a requerir los próximos cinco años", admite. Y ahí aparece otro tipo de innovación: "Estar abierta y ser flexible a esa evolución personal y profesional es un desafío grande, pero me entusiasma muchísimo. No solo innovar para afuera, sino también innovarte a vos misma".

Zavia Bio trabaja para empujar los límites de lo posible en el agro con proteínas diseñadas en laboratorio. Paz Álvarez hace lo propio con su propio rol: ajustar, mutar y escalar su liderazgo al ritmo de una deeptech latinoamericana que quiere jugar en la primera liga global.

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