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La PS5 y la Xbox Series X son enormes por el mismo motivo

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16 Junio de 2020 17.50

Cuando Microsoft presentó la Xbox Series X, a la gente le cayó mal. Era un objeto curioso, diseñado para parecerse a una PC y con suficiente peso: un enorme rectángulo negro al que inmediatamente bautizaron “la heladera”. Después llegó la PS5, que optó por algo llamativo y diferente con su diseño a lo nave espacial noventosa. Pero las dos tienen algo en común: son gigantescas. Los que todavía no estén viendo cómo hacerles lugar van a tener problemas.

Como podrán imaginarse, esto tiene un motivo. El vicepresidente de diseño de experiencia del usuario de PlayStation, Matt Maclaurin, comentó en algunas publicaciones de LinkedIn ?vistas por VG24/7? que el gran tamaño del aparato se debía a “lo térmico”. “Las de esta generación son mini supercomputadoras”, escribió Maclaurin en una publicación que después borró. “El procesador de 7 nm se maneja espectacularmente bien con el calor para la potencia que tiene, pero esa potencia es muy extrema”.

Esto no sorprende a nadie. Microsoft ofreció una explicación parecida y un poco más detallada para el diseño de la Xbox Series X. En una entrevista con Eurogamer, el director de ingeniería mecánica de Xbox, Jim Wahl, explicó los aspectos complejos del flujo de aire que le dieron su forma peculiar a la Series X. La entrevista es interesante y recomiendo leerla. Pero en última instancia, el flujo de aire también está relacionado a lo térmico y la refrigeración. En el caso de la Series X, Microsoft quería hacer equilibrio entre sus objetivos de diseño y la capacidad de funcionar lo más silenciosamente posible, algo que a la Xbox One X le sale bárbaro.

Esto podrá ser historia antigua, pero no creo que nadie que diseñe hardware para consolas en esta industria ignore la Xbox 360. La primera de esas consolas sufría el paralizante “anillo rojo de la muerte”, una falla causada por los problemas para controlar la temperatura que casi hunde a la por entonces relativamente joven división de Xbox. Esa probablemente sea la razón por la cual la primera Xbox One era tan grande: nadie quiere manejar mal el control de temperatura.

Las consolas se achicarán más cuando se venga el primer rediseño de hardware, como pasa básicamente con cada consola que sacan ahora. En el caso de la primera versión, los entusiastas las quieren y están dispuestos a hacerles lugar; lo que no quieren es que se les queme una consola nueva.

Autor: Dave Thier

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