JJ.OO: cómo mantener la antorcha encendida

Japón invirtió cerca de US$ 25.000 millones para la organización de los Juegos, que terminaron suspendidos por un Comité Olímpico (COI) presionado por todo el mundo. Qué hay detrás de este evento histórico que no se suspendía desde la Segunda Guerra Mundial.

La prórroga de la prórroga

Mientras el mundo cerraba sus fronteras y el deporte internacional era suspendido de manera indefinida (desde la NBA hasta la Champions League), el COI debatía qué hacer con Tokio 2020, programado para julio. Algunas delegaciones (Australia, Canadá) ya habían advertido que no participarían cuando el alemán Tomás Bach, presidente del COI, anunció la decisión el 24 de marzo. “Estábamos confiados en que Japón estaría listo pero nuestras dudas crecían en torno a si el mundo iba a estarlo”, dijo Bach, quien ya había recibido críticas de estrellas como Michael Phelps.

El sol poniente

El gobierno de Shinzo Abe esperaba que Tokio 2020 significara para su país lo mismo que Tokio 1964: un relanzamiento de la economía japonesa frente al mundo. La decisión se tomó en 2013, dos años después del tsunami y el accidente nuclear de Fukushima. Ahora, los US$ 25.000 millones invertidos quedarán en stand by hasta al menos el año que viene. Frente a la crisis económica global, Abe autorizó a fines de marzo el paquete de estímulo más grande de la historia: US$ 530 millones.

Auspicio Centenario

Coca-Cola es el sponsor más duradero. Auspició los Juegos de Ámsterdam 1928 y ya firmó su compromiso hasta 2028. Aunque no se dieron cifras oficiales, se habrían pagado US$ 3.000 millones por 12 años.

En números

140 ATLETAS

argentinos de 16 disciplinas ya estaban clasificados.

33 DEPORTES

y 50 disciplinas integran los Juegos.

300.000 YENES (US$ 2.700)

costaba la entrada más cara.

¿2021?

Aunque el COI apunta al año que viene, crece la posibilidad de que los Juegos de Verano con los Juegos Olímpicos de Beijing 2022.

PARÍS 2024

es la próxima cita olímpica, y en 2028 llega el turno de Los Ángeles, California.

RÍO 2016

costó más de US$ 11.000 millones y sus ingresos se calculan en US$ 9.000 millones.