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Kigüi
Negocios

Desarrollaron una startup que transforma el desperdicio alimentario en una oportunidad rentable y Amazon invirtió en ellos

Rodolfo Rey Blanco

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Se trata de Kigüi, creada por tres ejecutivos que se conocieron haciendo un MBA y recibieron inversiones de Amazon, BID Lab y The Yield Lab Latam, entre otros fondos. Cuáles son sus próximos pasos.

11 Agosto de 2025 07.34

Kigüi nació por casualidad, como la hija de tres estudiantes en un MBA del IAE Business School. Fue creada como un emprendimiento con propósito: reducir el desperdicio de alimentos mediante tecnología. En un mundo donde casi un 1/3 de los alimentos termina en la basura, esta startup argentina propuso, desde su concepción, una solución que combina inteligencia artificial, eficiencia operativa y sustentabilidad.

Fue durante la etapa final del MBA que coincidieron los tres estudiantes: Mauricio Kremer (actual CEO y uno de los cofundadores de la empresa) conoció a Maximiliano Dicranian (COO), que quería desarrollar un proyecto final vinculado al rubro gastronómico. "Maxi quería hacer algo relacionado con restaurantes, pero yo venía del consumo masivo y, en su lugar, le propuse trabajar en una solución para prevenir el vencimiento de alimentos en supermercados", recuerda Kremer.

De esta manera, los compañeros de maestría se convirtieron en socios y transformaron un proyecto de tesis en una iniciativa de impacto real. Y, al poco tiempo, sumaron a Gonzalo Castro, que también estaba terminando su MBA, como CTO de la empresa. La cuarta socia del equipo, Diana de la Sancha, se sumó unos años después como CBO, con base en México.

Del aula al mercado

Kigüi dio sus primeros pasos con una inversión inicial de US$ 1 millón, proveniente de fondos propios y una primera ronda de inversión en la que participaron Amazon y BID Lab. En la actualidad, busca cerrar una nueva ronda por US$ 500.000, liderada por The Yield Lab Latam, y también cuenta con inversores en Estados Unidos, México, Perú, Centroamérica y la Argentina.

Kigüi
 

Aunque sus comienzos fueron en un formato B2B, la empresa rápidamente cambió a un modelo B2C para crecer con mayor rapidez.  Sin embargo, el equipo pronto detectó que el mercado B2B representaba una oportunidad aún más potente. "Si bien habíamos cambiado nuestro modelo original de B2B a B2C porque queríamos escalar rápido, nos dimos cuenta de que el consumidor quería otra cosa -explica Kremer. Las marcas y supermercados necesitaban una solución más integral". Ante este panorama, el equipo pivotó nuevamente hacia un modelo B2B basado en software como servicio (SaaS), a mediados de 2024.

El nuevo producto, una plataforma conectada a los sistemas internos de los supermercados, permite identificar los productos en riesgo de vencimiento, asignar tareas automáticas al personal y ofrecer métricas en tiempo real para optimizar el inventario. Mientras que muchas startups del rubro se concentran en el "último minuto" del producto, Kigüi actúa antes: su sistema se conecta al software del supermercado, analiza los productos por fecha de caducidad y lanza alertas para activar promociones o descuentos, anticipándose a la pérdida.

"No vendemos productos. Le damos al supermercado una herramienta que le permite saber qué productos están en riesgo y actuar antes de que se transformen en merma", afirma Kremer. Además, la plataforma aprende con el tiempo: usando algoritmos de machine learning, detecta patrones de consumo y brinda insights a las áreas de Logística sobre qué productos no deberían reponerse, o cómo optimizar la reposición en función de su rotación y vencimiento.

Kigüi
 

En 2024, Kigüi alcanzó una facturación de US$ 90.000 y, en la primera mitad de 2025, ya superó los US$ 100.000, con un crecimiento tres veces mayor respecto al año anterior. El objetivo ahora es claro: facturar US$ 1 millón en los próximos 12 meses. El público directo de Kigüi son los supermercados y marcas de consumo masivo con cadenas de más de 20 tiendas y sistemas de stock. En la actualidad, la empresa opera en la Argentina, México y Perú, y tiene clientes como Cencosud, Walmart, YPF, Farmacity, Nestlé y Arcor.

Una fruta como cábala

El nombre "Kigüi" surgió con un rasgo casi supersticioso: los socios querían vincularlo con una fruta como el kiwi que, además de ser diferente y divertida, es reconocida internacionalmente. "Queríamos una fruta, por cábala. Como tienen las empresas Apple o Lemon. Pero kiwi ya estaba registrado como dominio así que cambiamos unas letras y así nació Kigüi", explica Kremer.

El camino no estuvo exento de obstáculos. A mediados de 2023, la startup decidió cerrar sus operaciones en la Argentina. "En ese momento, nadie quería invertir si la base operativa estaba en nuestro país. Entonces, nos enfocamos en México y dejamos la operación local en pausa, aunque la empresa nunca cerró del todo", indica Kremer. Fue así que, a comienzos de 2025, tras contratar un nuevo representante comercial y con una estrategia renovada, Kigüi reabrió sus operaciones en Buenos Aires y Córdoba.

Hoy, la empresa tiene un staff permanente de seis personas, además de colaboradores externos para las áreas de Diseño y Desarrollo. Gracias al avance de la inteligencia artificial, la compañía también pudo optimizar significativamente los recursos técnicos. Además, su foco sigue puesto en expandirse en Latinoamérica, con especial atención en los mercados de México y la Argentina, y con la vista puesta a futuro en Estados Unidos.

Kigüi
 

Los resultados son promisorios, dado que el desperdicio de alimentos a nivel mundial alcanza el 30%, y el 17% de esa cifra ocurre en los supermercados. En este contexto, Kigüi trabaja con sus clientes para reducir esa merma en un 40%. La trazabilidad también es clave: el objetivo para los próximos meses es ampliar el seguimiento desde el fabricante hasta la tienda, creando un mapa completo del ciclo de vida del producto.

Esta combinación de tecnología, escalabilidad y propósito convirtió a Kigüi en un actor de referencia en la industria de la eficiencia alimentaria. Su impacto no se limita solamente a la rentabilidad sino que también responde a una demanda global por modelos de negocios sostenibles y responsables. En ese sentido, la empresa apunta a convertirse en una solución de trazabilidad y prevención de desperdicio de alimentos de referencia en la región.

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