Finaliza la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y, a pesar del complejo panorama económico, los números que arroja son interesantes. Más de 1 millón de visitantes recorrieron los pasillos entre el 24 de abril y hoy, 12 de mayo, marcando un aumento del 10% en la afluencia de público en comparación con el año pasado. Este dato, sin dudas positivo, plantea interrogantes sobre si este interés masivo se traduce directamente en un alivio para las editoriales y librerías.
La magnitud del evento se refleja en sus dimensiones: 42.710 metros cuadrados de exposición, con 346 stands y y 465 expositores tanto nacionales como internacionales. La diversidad de la oferta editorial quedó plasmada en los 1.417 sellos presentes, distribuidos a lo largo de nueve pabellones.
Pero la feria no fue solo un espacio de compra y venta de libros. Se erigió como un epicentro cultural con una intensa programación que incluyó 674 actos culturales en salas y otros 657 organizados por la Fundación El Libro. Las 12 salas para eventos y los 11 auditorios semiabiertos fueron escenario de presentaciones, charlas, debates y encuentros que enriquecieron la experiencia de los visitantes.
El carácter internacional de la feria se consolidó con la participación de 24 países y colectividades, siendo Riyadh - Saudi Arabia la Ciudad Invitada de Honor. Además, 20 provincias argentinas mostraron su producción literaria y cultural, reflejando la riqueza y diversidad del panorama editorial nacional.
Impulso al sector profesional y la distribución
Las Jornadas Profesionales también registraron un crecimiento significativo, con la asistencia de 14.730 profesionales del libro provenientes de más de 25 países, un 10% más que en 2024. Los programas "Librero Amigo" y "Bibliotecario Amigo" contaron con una notable adhesión de expositores, fortaleciendo los lazos dentro de la cadena del libro.
Un dato relevante para el sector es el notable incremento en la logística nacional, con 28.900 kilos de libros despachados a más de 350 librerías de 160 ciudades, lo que representa un aumento del 32% respecto al año anterior. Este crecimiento evidencia un esfuerzo por federalizar el acceso al libro y fortalecer las librerías de todo el país.
En contraste, la logística internacional experimentó un descenso del 40%, con 5.300 kilos enviados a 200 librerías de Latinoamérica, España y Estados Unidos. Esta contracción podría ser un indicador de las dificultades que enfrentan las editoriales argentinas para expandirse o mantener su presencia en mercados extranjeros.
La lectura como refugio y conexión
Más allá de los números, la Feria del Libro demostró ser un espacio de encuentro y resistencia en un contexto desafiante. Se acreditaron 2.158 periodistas y 337 bookfluencers. Las cifras de seguidores en diversas plataformas digitales dan cuenta del alcance y la comunidad que se genera en torno al libro.
La edición 2025 también incorporó novedades como la Tribuna Joven y la Zona Streaming, buscando conectar con nuevas audiencias y formatos. La presencia de plataformas como Netflix (con un guiño a El Eternauta a través de un acto y un camión temático), Mubi y TikTok refleja la convergencia entre el mundo del libro y el entretenimiento audiovisual.
Los números positivos de esta edición, que culmina hoy, son un testimonio de la pasión por la lectura y la resiliencia del sector editorial argentino. La cita ya está marcada para la 2026 (se desarrollará entre el 21 de abril y el 11 de mayo), donde la 50ª edición promete seguir escribiendo capítulos dorados en la historia cultural del país.