La legendaria casa de joyas Fabergé cambia de manos: el acuerdo millonario detrás
Mary Roeloffs Colaboradora
Mary Roeloffs Colaboradora
La icónica Fabergé, reconocida mundialmente por sus elaborados huevos de Pascua rusos, pasará a manos del empresario tecnológico Sergei Mosunov tras un acuerdo por US$ 50 millones. La firma británica Gemfields, dedicada a la minería de piedras preciosas, confirmó la venta a SMG Capital, propiedad de Mosunov, quien aseguró que su objetivo es potenciar la presencia global de la marca.
Según el contrato, Gemfields percibirá US$ 45 millones al concretarse la operación a fin de mes y otros US$ 5 millones a través de regalías trimestrales. La compañía destinará estos fondos a sus proyectos de extracción de rubíes en Mozambique y esmeraldas en Zambia.
El director ejecutivo de Gemfields, Sean Gilbertson, admitió que la empresa echará de menos "la influencia de marketing y el poder estelar" que implicaba tener a Fabergé, aunque reconoció que la casa de joyas atravesó dificultades recientes en un mercado de lujo en desaceleración.
Fundada en el siglo XIX, Fabergé se mantuvo durante décadas como una de las joyerías más prestigiosas del mundo. Sin embargo, sus ingresos han caído de US$ 17,6 millones en 2022 a US$ 13,4 millones en 2024.
Mosunov, de nacionalidad rusa y residente en el Reino Unido, destacó que "la singular herencia de Fabergé, con vínculos con Rusia, Inglaterra, Francia y Estados Unidos, abre importantes oportunidades para fortalecer aún más su posición en el mercado global del lujo y expandir su presencia internacional". También afirmó que asume "una profunda responsabilidad y una gran inspiración para el trabajo" que viene.
El reto ahora será recuperar el esplendor que convirtió a Fabergé en sinónimo de lujo y artesanía en la joyería mundial.
La casa de joyería Fabergé nació en 1842 en San Petersburgo, Rusia, fundada por Gustav Fabergé. Su hijo, Peter Carl Fabergé, recibió en 1885 un encargo especial del emperador Alejandro III: crear un regalo de Pascua extravagante para su esposa, la emperatriz María Feodorovna. Así aparecieron los célebres huevos Fabergé.
El primero, conocido como "Primera Gallina", estaba hecho de oro y recubierto con esmalte blanco. En su interior escondía una gallina de oro con ojos de rubí. Desde entonces, el emperador pidió uno cada año, dándole a Fabergé total libertad creativa. Con el tiempo, la familia imperial acumuló 50 piezas, hoy llamadas "Huevos Imperiales". Otros 19 fueron fabricados para la aristocracia y distintas élites.
Tras la caída de los Romanov durante la Revolución Rusa de 1917, los 50 huevos imperiales se dispersaron por el mundo. Algunos todavía permanecen perdidos. Estas piezas se realizaban en oro o plata, incrustadas con diamantes, rubíes, esmeraldas, zafiros y otras piedras preciosas. A menudo escondían sorpresas, como un tren Transiberiano en miniatura hecho en oro o una réplica a escala y funcional de la carroza imperial usada en la coronación de Nicolás II.
Hoy, Fabergé sigue creando joyas y objetos inspirados en los originales, con precios que parten desde los US$ 60.000.
Siete. Esa es la cantidad de Huevos de Pascua Imperiales que siguen desaparecidos. Eran ocho hasta 2014, cuando un comprador en un mercado de pulgas del Medio Oeste de Estados Unidos pagó unos US$ 14.000 por uno.
Kieran McCarthy, anticuario londinense, contó a PBS News que el comprador anónimo lo adquirió pensando en revenderlo por su peso en oro y sacar una pequeña ganancia. Sin embargo, luego se confirmó que se trataba de un huevo auténtico. La pieza luce un reloj Vacheron Constantin y está montada sobre una peana de oro con incrustaciones de piedras preciosas.
El empresario ruso Viktor Vekselberg, uno de los hombres más ricos de su país, es el mayor coleccionista privado de Huevos de Pascua Fabergé: tiene 15. En 2004 compró nueve Huevos Imperiales a la familia Forbes —en ese momento, la colección privada más grande del mundo— por poco más de US$ 100 millones.
También es dueño de dos Kelch, piezas encargadas por el noble ruso Alexander Ferdinandovich Kelch, y de otros cuatro huevos. Al cerrar la compra a la familia Forbes, Vekselberg aseguró que la colección era "quizás el ejemplo más significativo de nuestro patrimonio cultural fuera de Rusia. Esta es una oportunidad única para devolver a mi país uno de sus tesoros más venerados".
Sus huevos se exhiben en el Museo Fabergé de San Petersburgo. La familia real británica, por su parte, conserva tres Huevos Imperiales adquiridos originalmente por el rey Jorge V y la reina María, bisabuelos del rey Carlos.
Según Forbes, al lunes Vekselberg tenía un patrimonio estimado en US$ 9,4 millones, lo que lo ubica en el puesto 328 entre las personas más ricas del mundo. Nacido en Ucrania, comenzó su fortuna vendiendo cobre recuperado de cables en desuso. Luego transformó varias fundiciones medianas de aluminio y minas de bauxita en Sual Holding, fundada en 1996.
Más adelante amplió sus negocios al petróleo, lo que le permitió multiplicar su riqueza. En abril de 2022, su superyate Tango, valuado en US$ 120 millones, fue incautado por la policía española y el FBI en Palma de Mallorca.
Nota publicada en Forbes US.