De todas las obras que inició la revolución Vaca Muerta, esta, sin dudas, es la más relevante. Una vez que esté finalizada, permitirá duplicar la producción actual y exportar unos 20.000 millones de dólares adicionales a los más de 6.000 millones que se esperan para este año.
Para tomar dimensión, la última gran obra de expansión de Vaca Muerta inaugurada en abril de este año (el proyecto Duplicar Plus de Oldelval) agregó unos 320.000 barriles de capacidad al sistema. En este caso, se sumarán 750.000 barriles con la puesta en marcha de sus tres etapas.
Se trata de una iniciativa privada que es comandada por un consorcio con las ocho petroleras más grandes del país (YPF, Vista, PAE, Pluspetrol, Pampa, Shell, Chevron y Tecpetrol), quienes ya consiguieron un crédito en el mercado por más de 2.000 millones de dólares para financiar los trabajos.
Forbes fue a visitar la recta final del Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS) en los alrededores de Punta Colorada (sur de la provincia de Río Negro), la cabecera donde estará el mayor puerto de aguas profundas del país.
El tramo que une la otra cabecera del ducto cercana a los yacimientos no convencionales de la cuenca neuquina con el océano Atlántico, está prácticamente soldado y gran parte enterrado. Son 437 kilómetros en total, de los cuales, faltan soldar poco más de 40.
"Hoy estamos casi al 90% en la fase de soldadura. Va a estar terminada en los primeros días de noviembre. Nos falta la bajada a la zanja, las uniones, la prueba hidráulica y listo. Pero después también tenemos las instalaciones de superficie con la instalación de 25 válvulas y los cruces especiales en ríos. En marzo terminaríamos toda nuestra parte, pero para poder operar faltan los tanques de almacenamiento y las boyas que no dependen de nosotros y se estima que finalicen a fines del 2026", explican desde la UTE Techint-Sacde que está a cargo de la obra civil del caño.
Las estaciones de bombeo están a cargo de otras dos empresas argentinas (AESA y OPS), mientras que la terminal portuaria, las monoboyas y los tanques de almacenamiento serán construidas por dos firmas internacionales: la española TR y la estadounidense CB&I.
"Este tipo de obras generan un fuerte efecto multiplicador en cada una de las regiones por donde pasa la traza del ducto. La contratación de proveedores y servicios locales impulsa el desarrollo de las comunidades, al mismo tiempo que fortalece a la industria energética nacional", celebró Alejo Calcagno, director del Área Sur de Techint Ingeniería y Construcción.
El paso a paso para hacer un oleoducto
Una vez que se firmó el contrato en diciembre del 2024, lo primero que hicieron desde Techint-Sacde fue enviar a un grupo de topógrafos a recorrer toda la traza a pie. El siguiente paso es limpiar la pista, es decir, remover todos los arbustos para poder hacer la zanja donde se enterrarán los tubos provistos por Tenaris.
Pero antes de eso, se hace el desfile de caños al lado de la zanja para poder organizar la etapa de soldaduras, crear un caño continuo al que después se lo baja en uno de los trabajos más delicados que tiene la obra. "Requiere una coordinación como si fuera patinaje artístico, es de altísimo riesgo porque te puede tumbar todo", dicen los técnicos.
"La complejidad es administrar la logística en una obra tan extensa que pasa por lugares inhóspitos, donde no tenés pueblos cerca y tenés que abastecer a los más de 2.000 trabajadores. Lo fundamental es la coordinación para que ninguna fase se pise con la otra y avancen todas al mismo ritmo", cuenta Damián Mindlin, presidente de Sacde.
Los avances tecnológicos fueron claves para agilizar tiempos. Con la incorporación de soldadoras automáticas, se pasó de un ritmo de 60 o 70 soldaduras por día en el Gasoducto Néstor Kirchner (hoy Perito Moreno) a un récord de 175 soldaduras.
Por otro lado, al tapar la zanja se usa una máquina de 70 toneladas que toma la montaña de tierra y separa las piedras que pueden dañar el revestimiento del tubo. "Antes tenías un montón de fallas por ese tema y resolverlas te llevaba muchísimo tiempo", dicen.
La llegada de un nuevo campo
A pesar de la rapidez de la obra civil, todavía falta mucho tiempo para que puedan concretarse esos 20.000 millones de dólares adicionales que cambiarían totalmente la balanza comercial argentina.
Se calcula que, terminado el caño en marzo y las obras de la terminal portuaria en el último trimestre del 2026, se habilitará una capacidad de transporte de 180.000 barriles diarios que no se llenará de un día para el otro, sino que será algo progresivo de la mano de la mayor perforación de las petroleras y la conexión de pozos.
Una segunda etapa llegaría en el 2027 luego de la construcción de otra estación de bombeo para saltar a una capacidad de transporte de 540.000 barriles. "El proyecto va a arrancar con el caño y la estación de cabecera de bombeo. Por la fricción del crudo con las paredes del oleoducto, va perdiendo energía y va cayendo la presión. Entonces en el medio le hacés otra estación de bombeo para aumentar la capacidad".
En tanto, la última etapa implica una última estación de bombeo y más tanques de almacenamiento, cada uno del tamaño del estadio de River. "Cada barco que venga a buscar petróleo en el puerto puede transportar más de 2 millones de barriles. Entonces en tus tanques tenés que tener esa capacidad. Ahí se va a poder llegar a un transporte de 750.000 barriles diarios que es la producción que tuvo la Argentina en el promedio del año".