El gobierno de Estados Unidos inició conversaciones con el Banco Central para avanzar en un swap por US$ 20.000 millones, una jugada financiera que busca darle aire a la gestión de Javier Milei en un momento delicado para la economía local. La noticia llegó de la mano del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien confirmó las negociaciones tras el encuentro entre el presidente argentino y Donald Trump en la sede de la ONU en Nueva York.
"Ayer, con Trump conversamos extensamente junto a Milei y su equipo directivo en Nueva York. Como declaró Trump, estamos listos para hacer lo necesario para apoyar a Argentina y al pueblo argentino", señaló Bessent en X, donde dio varios detalles de las negociaciones.
"Trabajamos en estrecha coordinación con el gobierno argentino para evitar una volatilidad excesiva. Además, Estados Unidos está dispuesto a comprar deuda gubernamental secundaria o primaria y estamos trabajando con el gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas", precisó. Además, aseguró que la Argentina "cuenta con las herramientas para derrotar a los especuladores, incluyendo a aquellos que buscan desestabilizar los mercados argentinos con fines políticos".
"He estado en contacto con numerosas empresas estadounidenses que planean realizar importantes inversiones extranjeras directas en Argentina en múltiples sectores en caso de un resultado electoral positivo. La administración de Trump mantiene un firme apoyo a los aliados de Estados Unidos, y el presidente ha otorgado a Milei un respaldo excepcional a un funcionario extranjero, demostrando su confianza en los planes económicos de su gobierno y la importancia estratégica geopolítica de la relación entre Estados Unidos y Argentina", subrayó Bessent, y enfatizó que "inmediatamente después de las elecciones, comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino en el pago de sus principales deudas. Seguiré de cerca los acontecimientos y el Tesoro sigue plenamente preparado para hacer lo que sea necesario".
Durante veinte minutos, Milei y Trump compartieron una reunión cara a cara en paralelo a la cumbre de las Naciones Unidas. El objetivo fue claro: cerrar un esquema que le permita a la Argentina cancelar vencimientos de deuda soberana previstos en los próximos quince meses y al mismo tiempo fortalecer las reservas del Banco Central, que atraviesa una etapa crítica.
Trump, que transita su segundo mandato como presidente de EE.UU., expresó su apoyo sin matices al mandatario argentino. En su cuenta de Truth Social, escribió: "El muy respetado presidente de Argentina ha demostrado ser un líder verdaderamente fantástico y poderoso para el gran pueblo argentino, avanzando a una velocidad récord en todos los ámbitos". Además, celebró el giro económico y cuestionó con dureza a la gestión anterior. "Heredó un 'desastre total' con una inflación horrible causada por el anterior presidente radical de izquierda, pero ha devuelto la estabilidad a la economía argentina", remarcó. Cerró su mensaje con un respaldo total: "Contá con mi apoyo total y absoluto para su reelección como presidente. ¡Nunca les defraudará!".
La comitiva argentina también celebró el espaldarazo de Trump. Luis Caputo, ministro de Economía, fue uno de los primeros en compartir su entusiasmo: "Impresionante reunión! Impresionante apoyo a la gestión de nuestro presidente Milei. Argentina será próspera!", publicó en redes.
Bessent afirmó que Washington está dispuesto a actuar para sostener el programa económico argentino. "Estamos preparados para hacer lo necesario dentro de nuestro mandato", indicó. Paralelamente, calificó a la Argentina como un país "sistémicamente importante" dentro de la región y dejó en claro que la Casa Blanca acompaña las reformas que impulsa Milei. También subrayó que las "oportunidades para la inversión privada siguen siendo amplias".
La apuesta por un nuevo swap responde a una necesidad urgente: cubrir los compromisos externos y evitar un salto del dólar que complique aún más la inflación. El préstamo se perfila como una herramienta para blindar al Banco Central en una etapa en la que escasean los dólares y crece la incertidumbre financiera. Mientras tanto, el Gobierno espera que el apoyo de Washington no solo funcione como un salvavidas económico, sino también como un mensaje de confianza al mundo financiero.